Por algunas diferencias entre jugadores o por cuestiones que a veces pueden ser irreconciliables, la decisión de tomar caminos separados puede ser un motivo principal en la gestación de muchos de los clubes de rugby de nuestro país.
En la ciudad de San Nicolás, en el extremo norte de la provincia de Buenos Aires, la historia se escribió al revés, con dos clubes que se fusionaron para darle vida a un nuevo proyecto.
Regatas y Belgrano son dos instituciones rivales en San Nicolás: fútbol, básquet, rugby y otros deportes viven con mucha pasión cada enfrentamiento entre ambos. Belgrano fue precursor en el rugby y muchos de sus jugadores a su vez, eran socios de Regatas donde practicaban deportes náuticos.
Un conflicto con la dirigencia general del club, a mediados de los 90′, llevó al éxodo y la creación del equipo de Regatas y el nacimiento de una nueva rivalidad clásica. Durante años, ambos equipos compitieron diezmados en los diferentes niveles del desarrollo de la Unión de Rugby de Rosario, hasta que una oportunidad, en 2019, puso frente a frente a Jerónimo Galván y Rosendo Cerella, para dar forma a un sueño: unir los dos clubes y jugar juntos.
“Regatas se había ganado en la cancha el derecho a jugar en el torneo nivel III de la Unión. Teníamos que presentar todas las juveniles además del plantel superior. Los chicos venían jugando pocos partidos y el nivel no era muy competitivo”, recuerda Rosendo “Pacha” Cerella, miembro de la subcomisión de rugby de Regatas, integrante del Consejo de la Unión de Rugby de Rosario y además entrenador de la Menores de 16. “Pasar a jugar con los equipos de Rosario era mucha diferencia. Estaban contentos, pero no llegábamos”.
Una estación de servicio fue el lugar de encuentro de Pacha y Jerónimo y empezar a gestionar la unión. “Nos juntamos con Jero, planteamos un objetivo, fuimos claros y nadie pensó en sacar ventajas. Hubo muy buena intención. Me saco el sombrero, Jero fue muy abierto. Le expuse mis ideas y aceptó”, destaca Cerella.
Unos años antes, se había intentado unir a los clubes, pero la idea no prosperó. Esta vez la situación era diferente, el apoyo de la Unión como las ganas de ambos clubes, potenciaron la fusión.
“Después de la primera charla, fuimos sumando más gente de ambos clubes. Costó convencer a algunos porque éramos todos amigos, pero había quedado ese dolor que muchos se habían ido”, rememora Jerónimo Galván vicepresidente de Belgrano y presidente de la subcomisión de rugby.
Cerella continúa con el relato. “Los presidentes aceptaron la idea y nos fuimos para la Unión donde nos encontramos con la mejor voluntad. Solucionábamos los problemas grandes y aparecían otros más chicos, como fue el nombre. ¿Cómo hicimos? El presidente puso un papel con el nombre de cada club en las manos, eligió el tesorero y se estableció el orden. Así quedó entonces Regatas Belgrano de San Nicolás”.
Además del nombre, había que elegir también la nueva camiseta. En los primeros partidos, el Plantel Superior usó dos juegos del seleccionado de Rosario que le prestó la Unión. Los juveniles, por su parte, alternaban partido y partido con las dos camisetas, y cada uno con las medias de su club.
“Nadie tuvo problemas en usar la camiseta del otro. Sinceramente de la forma en que se dio esta situación, como se acoplaron todos, no lo esperábamos. Como todos salimos más o menos del mismo lugar, fue un reencuentro”, asegura Cerella.
La camiseta hoy, es otro reflejo de esta unión que reconoce sus raíces. Es blanca, un color neutral, y en cada una de las mangas muestra los colores de los clubes que lo fundaron: el rojo y amarillo de Belgrano en una, y el azul y naranja de Regatas en la otra. Las medias son en tono celeste turquesa, que es el color de la ciudad.
Esa alternancia se trasladó a entrenamientos y partidos, un día en cada club. Por ejemplo, una división entrena el martes en Regatas, el jueves en Belgrano y el sábado hace de local en Regatas y a la semana siguiente, invierte los días y lugares. Así, para todos los equipos.
Los staffs de entrenadores, managers y preparadores físicos, también se unieron y comparten el liderazgo en cada uno de los equipos. En rugby infantil, cada club mantiene su identidad ya que al ser clubes polideportivos, preservan su lugar dentro de las instituciones. Cuando llegan a M14, comienzan a juntarse progresivamente para luego jugar juntos a partir de M15.
La celeridad de los acontecimientos fue frenética. “Decidimos juntarnos en la primera semana de marzo. Hubo algunos entrenamientos y ya estábamos jugando nuestro primer partido oficial con la Primera”, reseña Galván.
Los miedos por juntarse con el pasado muy presente, sólo era una idea en la cabeza de los más grandes. “Los chicos nos dieron una lección. Tenía miedo que en las prácticas estén separados, pero no fue así. En su primer partido ante Provincial, entre partido y partido los chicos se juntaban y andaban juntos, fue muy natural y una enseñanza. Esto es un ejemplo a nivel deportivo en todo el país”, sintetiza Jerónimo.
Regatas Belgrano San Nicolás es una realidad impensada unos años atrás. Es la coronación de un camino de diálogo, de un objetivo común por mejorar y que ha dejado resultados sociales muy positivos en la comunidad.
Fuente: Prensa UARugby – Fotos Prensa UARugby