Nosotros jugamos 13 partidos antes de esa noche de la final con Corinthians, y el equipo había mostrado una cosa totalmente distinta. Se venía mostrando una actitud y un fervor que esa noche no aparecieron. En esa final, algo extrafutbolístico nos transformó en un equipo que no mantuvo lo que había hecho durante toda esa Copa Libertadores», dijo Gustavo Otero, uno de los ayudantes de Julio Falcioni en aquel cuerpo técnico de Boca, al recordar la derrota por 2-0 en Brasil en el desenlace del torneo de 2012, luego de un 1-1 como local. Ese día, Juan Román Riquelme anunció que dejaba el club.
Otero era el preparador físico de aquel equipo. La relación entre el director técnico y el número 10 no era buena. Antes de aquella definición, uno de los hermanos de Román había sugerido en las redes sociales que Riquelme no seguiría. En el ambiente del fútbol siempre se puso énfasis en que la decisión de no continuar en Boca había sido anunciada a sus compañeros antes de ese segundo capítulo de la final y que eso había afectado al plantel. Otero recogió el guante. «Hoy es difícil saber cuánto influyó en el plantel la decisión que tomó. Nadie lo sabe. Lo que sí puedo decir es que estábamos todos movilizados por esa situación», manifestó al programa radial Mundo Boca.
Falcioni había llegado en diciembre de 2010, tras un ciclo exitoso en Banfield, y tomó las riendas del grupo liderado por Riquelme y Martín Palermo. Con el paso del tiempo, las cosas se pusieron tirantes. «Cuando Román dijo que lo habíamos hecho correr como un b…, fue porque no estuvo de acuerdo con lo que habíamos decidido. La idea era darle una semana más de descanso para afilarlo en lo físico», recordó Otero sobre una declaración del enganche que había puesto tensión en una conferencia de prensa. «Yo juego cuando me lo dice el entrenador, yo no decido nada», habría ironizado Román.
«A la distancia uno piensa que se pudo manejar de otra manera esas cosas, comunicarlas mejor para evitar esos roces con Román y así estar más mancomunados. Siempre pensamos que estábamos haciendo lo mejor», explicó el preparador físico, que conoció a Falcioni en Vélez cuando éste era entrenador de arqueros. Hasta entonces, Otero trabajaba en otros deportes.
«Hoy manejaríamos de manera diferente la relación con Román. Son cosas que uno aprende con el tiempo. No volví a hablar con él, pero nunca hubo una pelea. Sí se presentó una situación tensa que no era lo que buscábamos. Si me cruzo con Román, le daría un abrazo sin ningún problema. Nosotros evaluamos lo que hacemos a través del tiempo y los jugadores que alguna vez dirigimos saben que nos manejamos de manera profesional», agregó.
Pese a la presencia de Riquelme, un clásico enlace, Falcioni nunca se apartó de su estilo de juego, muy identificado con el esquema 4-4-2. Pese a haber logrado el Apertura 2011 y la Copa Argentina 2012, el entrenador dejó el club poco después de que buena parte del estadio lo insultara y pidiera el regreso de Carlos Bianchi. «Nos sentimos muy valorados por el hincha de Boca. Si hubo cuestionamientos, no fue por nuestra forma de trabajo , sino por el cariño que les tenía la gente a Bianchi y a Riquelme. El mundo Boca quería a las estrellas, quería a Bianchi y a Riquelme. Era lógico que pasara eso. Nosotros lo entendimos. Pero también nos sentimos reconocidos por el hincha, aunque me quedé con ganar de seguir», concluyó Otero, casi ocho años después de aquellos hechos.
Fuente: LA NACION DEPORTES / JR – www.actualidaddeportiv.com.ar – Fotos: Télam – LA NACION DEPORTES – Video: 360 TV – You Tube – LA NACION DEPORTES