Dentro de un mes exacto, los Pumas estarán ingresando nuevamente en una cancha. La confirmación del partido ante Rumania, el 3 de julio, significó una buena noticia para Mario Ledesma. No tanto por el peso del rival, integrante del segundo escalón europeo, sino porque necesitaba 80 minutos de test antes de enfrentar el 10 y 17, también de julio, a Gales, en Cardiff. Como ya se sabe, el seleccionado argentino retrocederá a la situación previa a 2016: la mayoría de sus titulares, desperdigados por distintos clubes extranjeros, se juntarán apenas unos días antes. Tras la ausencia de ventanas en 2020 a raíz de la pandemia, el rugby vuelve a su calendario habitual, aunque todavía la circulación del virus por el mundo obligue a cambios de localías y a que los europeos no viajen al Sur.
Ledesma y Marcelo Loffreda, ahora manager, tienen la piel curtida con este escenario que se reedita producto del cierre de Jaguares en el Súper Rugby. Ya lo vivieron respectivamente como jugador y entrenador en el período 2000-2007. Pero no es lo mismo. Por ejemplo, no estaba el Rugby Championship. Tampoco los jugadores, como hoy sucede, habían formado parte de las distintas etapas de un proceso de preparación al alto nivel organizado por la UAR. Son ventajas notorias con respecto a aquella época. Lo que sí se repite es tener a los jugadores lejos, en manos de otros entrenadores y sistemas de juego. Por más que la tecnología haya acortado distancias en lo que hace a la comunicación y al seguimiento, es un escollo por sortear.
Cuando se los consultó al respecto en la conferencia de prensa virtual de la semana pasada, Ledesma y Loffreda aportaron un punto importante: la lejanía funciona como inyector anímico. “Eran tantas las ganas de juntarse para jugar con los Pumas que en parte ayudaba a sortear los inconvenientes que te ocasionaba la falta de tiempo”, sostuvo El Tano. En la mirada del actual head coach, “los chicos son muy amigos y ante todo ponen por delante jugar en los Pumas. Para ellos, como para nosotros antes, lo más importante es eso. Se van afuera porque quieren jugar en los Pumas”.
Veintinueve de los 32 jugadores convocados por Ledesma para esta gira actúan en el exterior: 25 en Europa y 4 en Australia. Once no fueron a la Copa del Mundo 2019 en Japón. Hay otro dato vital: los Pumas tienen nuevo capitán tras la decisión de los dirigentes de quitarle ese honor a Pablo Matera por el desagradable episodio de antiguos tweets que se viralizaron apenas dos semanas después del triunfo histórico ante los All Blacks. El hooker Julián Montoya, hoy en el Leicester Tigers inglés, será el tercer capitán en la era Ledesma, que se inició hace menos de tres años, en el Rugby Championship 2018.
Esta lista (puede cambiar, ya que Juan Imhoff se desgarró, aunque Ledesma quiere esperarlo hasta último momento) se ampliará cuando un mes después los Pumas vuelvan a salir esta vez para jugar el Rugby Championship en tres escalas de visitantes: Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia. Allí podrían agregarse varios de los que quedaron afuera de la primera nómina que dio el entrenador, compuesta por 67 jugadores. Hay, como se ve, un plantel numeroso como nunca, que se va nutriendo temporada tras otra. Seguramente, Ledesma tendrá en 2023 un abanico más amplio del que dispuso para Japón.
Gales, sin diez titulares que estarán de gira por Sudáfrica con los Lions, será un excelente desafío en lo que puede considerarse el inicio de la recta final hacia la Copa del Mundo de Francia 2023. A los Pumas les ha costado enormemente vencer a alguno de los cinco grandes europeos en los años recientes. La última victoria fue con Francia, en Tucumán, en junio de 2016. En el exterior hay que ir hasta el Mundial 2015, ante Irlanda, en el Principality de Cardiff, el mismo estadio que los espera ahora.
Fuente:Jorge Búsico PARA LA NACION – Fotos: AFP – Stuart Walmsley – Archivo – LA NACION