El equipo dirigido por Kily González se impuso en el Nuevo Gasómetro y dejó al Ciclón sin chances de seguir en carrera, con dos partidos por delante.
a crisis de San Lorenzo no es nueva. El club, en estos días, se debate cómo seguir. El Ciclón venía de perder por 2-0 el domingo frente a Racing y de quedar así afuera de los cuartos de final de la Copa de la Liga Profesional, lo cual precipitó la salida de Diego Dabove. Además del entrenador el domingo, el último lunes renunció Hugo Tocalli, uno de los encargados de la secretaría técnica junto a Leandro Romagnoli y Alberto Acosta. Un combo difícil de digerir. Y en ese contexto salió este miércoles a jugar ante Rosario Central, perdió por 2-1 y quedó eliminado de la Copa Sudamericana. La debacle azulgrana parece no tener fin.
En lo que va de 2021, San Lorenzo decepcionó y sus carencias futbolísticas se trasladaron a las estadísticas: no se clasificó para la etapa de grupos de la Libertadores, su aventura en el torneo local terminó muy pronto y en la Sudamericana ya no tiene chances, aun cuando restan dos encuentros. Y mientras el cambio de la imagen se impone como una necesidad urgente (Néstor Gorosito podría llegar como DT), el club atraviesa una situación económica muy delicada.
El gol de Gastón Ávila en contra
La actualidad de San Lorenzo es realmente alarmante. Este miércoles, antes del partido, en el Nuevo Gasómetro aparecieron banderas colocadas al revés como protesta por el presente del club. Desde la institución aseguraron que era imposible dejarlas de ese modo, porque cabía la posibilidad de recibir una sanción de Conmebol. Frente a eso, los simpatizantes tomaron la postura de sacarlas y dejaron sólo una: “Esta hinchada no se vende”, decía.
En el plano futbolístico, Romagnoli (acompañado por Diego Monarriz) en su primer partido a cargo apeló a algunos retoques: sacó a Diego Braghieri de la defensa, apostó por algunos juveniles y dejó fuera de la lista de convocados a Fernando Monetti y Lucas Melano, que probablemente se alejen del club. En tanto que el goleador Franco Di Santo regresó tras superar una distensión en un isquiotibial (llevaba ocho partidos sin jugar). La alegría no fue completa para el mendocino, que en el segundo tiempo se resintió de la lesión y abandonó la cancha.
Rosario Central salió con mayor decisión en la fría noche del Nuevo Gasómetro, con profundidad. Del otro lado, San Lorenzo comenzó con pocas ideas futbolísticas, dependiendo demasiado de lo que generara Óscar Romero y elaborando escasas situaciones de gol. Sin embargo, el Ciclón se encontró con la apertura del tanteador a los 25 minutos, tras un centro desde la izquierda de Julián Palacios que Gastón Ávila desvió hacia su propio arco.
A pesar de la desventaja, el conjunto rosarino mostró coraje y se las rebuscó para arrimar peligro al arco local. A los 37, Damián Martínez colocó la pelota en la cabeza de Marco Ruben, pero el arquero Sebastián Torrico respondió con solvencia, como a lo largo de los últimos compromisos. Apenas se había jugado un poco más de media hora y los azulgranas encadenaban descalabros en la defensa.
Otro autogol, pero de Federico Gattoni
El propio Ruben, a los 43 minutos, falló una situación llamativa para un goleador de su calibre. Bajó muy bien la pelota en el área chica y frente a la salida de Torrico y con el arco a su merced, estrelló su remate en el palo derecho. Dos minutos después, Di Santo rechazó parado sobre la línea de meta un cabezazo de Ávila que tenía como destino el fondo de la red.
Estuvo cerca Central, que creció de forma gradual. Más aguerrido, más punzante. Fue inteligente en el tramo final del primer tiempo, tuvo varias ocasiones de gol y dejó una mejor imagen. San Lorenzo exponía su cara más visible de los últimos encuentros: la dubitativa, la peligrosa. Todo esto, incluso, mientras estaba arriba en el marcador.
El tanto decisivo, de Emiliano Vecchio
El segundo tiempo siguió por esa línea. El equipo dirigido por Cristian “Kily” González mantuvo esa posición agresiva y ambiciosa, de la mano de su capitán, Emiliano Vecchio. Parecía chocar una y otra veces con el muro Torrico. Hasta que a los 20 minutos Lucas Gamba empujó la pelota en el área, el balón rebotó en Federico Gattoni y los canallas lograron el 1-1. Merecido, desde luego.
Compacto de San Lorenzo 1 vs. Rosario Central 2
Esa jugada marcó un punto de inflexión y envalentonó a los visitantes. Con San Lorenzo desparramado en la defensa, Central llegó al 2-1 tras un regalo de Jalil Elías, un peligroso pase atrás: a los 27, Vecchio, el mejor jugador de la cancha, definió con justeza contra el palo izquierdo del arco de Torrico y desató el festejo rosarino.
Rosario Central se llevó del Gasómetro un triunfo reconfortante. En la vereda de enfrente, enfocar los malestares de San Lorenzo en los últimos meses sería apelar a una mirada corta. La realidad, visible, indica que el fracaso de los proyectos deportivos es de larga data.