El sueño copero millonario se desvaneció demasiado rápido cuando era el gran favorito del cuadro para alcanzar las semifinales de la Copa Libertadores.
¿Y ahora qué? La pregunta retumba fuerte en los pasillos del Monumental. Porque, más allá del dolor de la eliminación con Vélez en octavos de final de la Copa Libertadores y la bronca que aún perdura por la polémica actuación del VAR, en Núñez hoy hay más preguntas que respuestas. El futuro es una incógnita. No hay demasiada claridad sobre lo que puede pasar a corto o mediano plazo. Ni con Marcelo Gallardo ni con el plantel. Es que este semestre, sin el torneo continental y con la Liga Profesional y la Copa Argentina como objetivos, parece un relleno. Y aunque el 31 de diciembre se le vence el contrato al técnico más ganador de la historia, ahora tiene un deber crucial antes de tomar una decisión sobre su futuro: volver a reinventarse para ponerse de pie. Por enésima vez.
Motivación. Eso necesita River a partir de ahora. Reencontrarse con las bases de su juego, con su espíritu, con su convicción. Tras un primer semestre irregular, no pudo convertir un gol en 180 minutos ni superar a un Vélez sólido y ordenado que siempre pareció tener el control de la serie y concretó justamente su pase a cuartos de final. Pese a que tiene un plantel rico en apellidos, experiencia y calidad y técnica individual, el Millonario llegó a los dos partidos más cruciales en medio de un vaivén de rendimientos y pagó la falta de recambio en el ataque. Además, sintió el golpe del 1-0 en Liniers y no se pudo recuperar en Núñez con el 0-0. Y el sueño copero se desvaneció demasiado rápido cuando era el gran favorito del cuadro para alcanzar las semifinales. El golpe más duro del ciclo por contexto.
“Estuvimos mucho mejor que el partido anterior en el desarrollo y el funcionamiento. Vélez nos cerró los caminos, pero a los dos minutos una clara de gol que dio en palo. Eso también es parte del juego, la eficacia y contundencia. Esa jugada podría haber cambiado y no pasó. Fuimos superiores, pero cuando Vélez tiene espacios también tiene buenos jugadores”, dijo Gallardo, y agregó: “Queda acompañar en este proceso de angustia a los jugadores. Teníamos otra expectativa, pero esto sigue. Hoy hay que masticar la bronca, mañana hay que levantarse y seguir porque esto es fútbol y es parte de la vida misma. Seguiremos con ese entusiasmo de levantarse mañana y entrenar para volver a resurgir, Es lo único que nos queda. Digerir esto que vivimos, mañana ya pensaremos en lo que viene”.
Matías Suárez, que ante Vélez volvió a jugar luego de más dos meses por un desgarro en el sóleo derecho y una sinovitis, estará nuevamente afuera del equipo por al menos 30 días: sufrió un desgarro en el isquiotibial derecho
¿Qué le faltó? Lucidez y creatividad ofensiva para construir situaciones de peligro e incomodar al arquero Lucas Hoyos, quien sufrió menos que Franco Armani en la serie; carácter, voracidad e intensidad para jugar los 180 minutos como intentó hacerlo anteayer durante el primer tiempo; y atención defensiva para no repetir errores que le costaron caro durante todo el año. Sumado a eso, no revivió nunca el fuego sagrado que necesitan los equipos para la Copa y terminó siendo el equipo que menos ADN Gallardo pudo mostrar.
Las decisiones del miércoles del DT exponen, en parte, que el rumbo aún no está claro pese a algunos chispazos del River que supo ser que aún perduran. El DT pateó el tablero y jugó el partido más crucial del año con un equipo improvisado: puso a Casco de lateral derecho; hizo ingresar a Maidana -solo había jugado siete partidos en el año- por Martínez; y le dio la titularidad a Aliendro con solo una semana en el club. Así y todo, junto con Armani, tanto Maidana como Aliendro fueron los dos puntos más altos de un equipo que no pudo despegar nunca.
Empate, eliminación y polémica
Pero no todo queda ahí. Beltrán llegó de Colón y solo jugó 28′ en la ida y un puñado de minutos del descuento en el Monumental; Palavecino y Simón, dos piezas que supieron ser cruciales, quedaron olvidados; y el DT sólo puso de titular a uno de los siete refuerzos que llegaron en el verano: Gómez fue el lateral izquierdo, Mammana, Quintero y Barco entraron en la segunda parte, González Pirez fue suplente y Herrera y Pochettino ni fueron al banco.
Ahora, además, tendrá que aprender a convivir sin Julián Álvarez, quien ya se despidió de sus compañeros, viajará hoy a Inglaterra y el domingo será presentado como nuevo refuerzo de Manchester City. Y posiblemente el mismo destino también lo tenga Enzo Fernández, por quien Benfica ya aceleró para hacer oficial la operación y llevárselo lo antes posible.
El “no” de Suárez
Dos piezas claves que se van, mientras River tiene tiempo hasta el lunes para cerrar refuerzos y volvió a la carga por Miguel Borja para renovar la delantera: la CD asegura que en las próximas horas habrá una resolución y son optimistas para que el colombiano pueda ponerse la camiseta millonaria en una operación que ronda los siete millones de dólares por el 100% de su ficha. El jugador no se sumó al plantel de Junior y se está entrenando por su cuenta a la espera de una resolución. Mientras que la contracara es Luis Suárez, quien ayer habló con el manager Enzo Francescoli para comunicarle su decisión de no aceptar la propuesta de River y luego expresó públicamente sus motivos.
“River me motivó. No había nada que me sedujera más. Era un orgullo y un privilegio, pero no podía jugar octavos por la lesión. Por lo reglamentario esperamos a cuartos y, si avanzaban, estaba muy entusiasmado. Pero tuvimos la mala suerte de que ayer River quedara afuera. Tenía un preacuerdo porque no era un tema económico, era una motivación. Llegar bien al Mundial me seducía. Y hoy le dije a Enzo que la chance se cae al quedar eliminado por lo deportivo. Quedamos en seguir hablando, pero estoy agradecido por la oportunidad que me dieron él y Gallardo”, dijo Suárez en ESPNF12.
Así, ya sin el sueño del Pistolero y con la chance de reflotar la opción de Borja, River ya comenzó a trabajar para cambiar el chip. Dejar atrás el cachetazo para volver a resurgir. Pensar en qué pasará a fin de año parece demasiado distante en el tiempo cuando el presente exige respuestas inmediatas: futbolísticas y anímicas. Y el primer paso será el domingo en el Monumental ante Godoy Cruz. Para refundarse, volver a las bases tiene que ser su misión central. Lo necesita.
Empate, eliminación y polémica
Pero no todo queda ahí. Beltrán llegó de Colón y solo jugó 28′ en la ida y un puñado de minutos del descuento en el Monumental; Palavecino y Simón, dos piezas que supieron ser cruciales, quedaron olvidados; y el DT sólo puso de titular a uno de los siete refuerzos que llegaron en el verano: Gómez fue el lateral izquierdo, Mammana, Quintero y Barco entraron en la segunda parte, González Pirez fue suplente y Herrera y Pochettino ni fueron al banco.
Ahora, además, tendrá que aprender a convivir sin Julián Álvarez, quien ya se despidió de sus compañeros, viajará hoy a Inglaterra y el domingo será presentado como nuevo refuerzo de Manchester City. Y posiblemente el mismo destino también lo tenga Enzo Fernández, por quien Benfica ya aceleró para hacer oficial la operación y llevárselo lo antes posible.
El “no” de Suárez
Dos piezas claves que se van, mientras River tiene tiempo hasta el lunes para cerrar refuerzos y volvió a la carga por Miguel Borja para renovar la delantera: la CD asegura que en las próximas horas habrá una resolución y son optimistas para que el colombiano pueda ponerse la camiseta millonaria en una operación que ronda los siete millones de dólares por el 100% de su ficha. El jugador no se sumó al plantel de Junior y se está entrenando por su cuenta a la espera de una resolución. Mientras que la contracara es Luis Suárez, quien ayer habló con el manager Enzo Francescoli para comunicarle su decisión de no aceptar la propuesta de River y luego expresó públicamente sus motivos.
“River me motivó. No había nada que me sedujera más. Era un orgullo y un privilegio, pero no podía jugar octavos por la lesión. Por lo reglamentario esperamos a cuartos y, si avanzaban, estaba muy entusiasmado. Pero tuvimos la mala suerte de que ayer River quedara afuera. Tenía un preacuerdo porque no era un tema económico, era una motivación. Llegar bien al Mundial me seducía. Y hoy le dije a Enzo que la chance se cae al quedar eliminado por lo deportivo. Quedamos en seguir hablando, pero estoy agradecido por la oportunidad que me dieron él y Gallardo”, dijo Suárez en ESPNF12.
Así, ya sin el sueño del Pistolero y con la chance de reflotar la opción de Borja, River ya comenzó a trabajar para cambiar el chip. Dejar atrás el cachetazo para volver a resurgir. Pensar en qué pasará a fin de año parece demasiado distante en el tiempo cuando el presente exige respuestas inmediatas: futbolísticas y anímicas. Y el primer paso será el domingo en el Monumental ante Godoy Cruz. Para refundarse, volver a las bases tiene que ser su misión central. Lo necesita.
Fuente:Juan Patricio Balbi Vignolo PARA LA NACION – Fotos: LA NACION/Mauro Alfieri – JUAN MABROMATA – AFP – LA NACION Deportes – Video: LA NACION Deportes