Golpe tras golpe, Boca debía recuperarse ante Newell’s del flojo debut. Era todo un desafío poner la cabeza en los tres puntos, de tener que jugar el mismo día en el que Carlos Tevez debió regresar a Buenos Aires por la muerte de Segundo, su padre adoptivo. No era fácil, pero más que nunca había que dedicarle al capitán y máximo emblema un triunfo que le acaricie el corazón. Con mucho sudor lo logró, por el pincel de Edwin Cardona y un cabezazo de Carlos Izquierdoz.
Todo el Mundo Boca, incluso Carlitos, ya venían digiriendo la noticia que el propio ídolo había anunciado la noche de la consagración en la Copa Diego Maradona: «Mi viejo no tiene posibilidades de salir». Todos ya venían con un grado importante de sensibilidad, además, por lo que le pasó a Felipe Román, el refuerzo colombiano que no pudo ser por la miocardiopatía hipertrófica arrojada por la revisión médica que, casi con seguridad, lo obligará a dejar la actividad profesional.
El resumen del partido
Las disconformidades de Miguel Ángel Russo siguieron exponiéndose al plantar el equipo en Rosario. Con la salvedad de que Eduardo Salvio reemplazó al N°10, el entrenador sigue experimentando: la novedad de Nicolás Capaldo de lateral derecho (salió del equipo Leonardo Jara, que no conforma y parece no haber intenciones de renovarle el contrato que vence en junio) y el debut de Cristian Medina, el volante que dejó fuera a Alan Varela, el otro juvenil que parecía ganarse el protagonismo.
El trámite del primer tiempo fue un déja vu del que protagonizaron hace más de tres meses, también en el Marcelo Bielsa: el Newell’s de Frank Kudelka muy encima de los elaboradores xeneizes, pero sin lastimar a Andrada; un Boca tratando de superar esos obstáculos hasta encontrar la potencia de Salvio y Villa por los costados, pero siempre incómodos. Aquella noche de noviembre, el que más peligro generaba era Carlos Tevez. De hecho, él fue el que destrabó ese partido en la primera mitad, con una acción rápida y lúcida.
Sin su líder, esta vez el xeneize se fue al entretiempo con el cero en ambos arcos. Y las oportunidades de gol se contaron con los dedos de una mano. Una caricia de Cardona a los 5 minutos que rozó el poste derecho de un resignado Aguerre. Recién a los 33 tuvo otra peligrosa en la zurda de Villa, tras una buena jugada colectiva de derecha a izquierda, que manoteó al córner el arquero leproso, antes de que se le filtrara por el primer palo. ¿El local? Lo único destacado fue el esguince que sufrió Bittolo.
Los de Russo no pudieron contar con ese Tevez motivado que, por estos tiempos, suele ser sinónimo de solución y rebeldía ante compromisos así de cerrados. Y, también como esa noche, Russo se desesperó con los volantes. «¡Los centrales solos no pueden, necesitamos más movilidad en el medio!», gritó ya comenzado el complemento.
Lo mejor de Boca estuvo en el trío colombiano de la izquierda: siempre con Cardona como conductor más claro, la verticalidad de Fabra y el mano a mano de Villa fueron constantes, pero ninguno profundizó.
Sin estar fuerte en el juego, el equipo azul y oro se va acostumbrando a tener un salvador. Y ese es el propio Cardona. Otra vez, por la delicadeza de su diestra, la visita se desahogó a los 25 del segundo tiempo: ejecutando un tiro libre en el costado del área, puso la pelota justa para un frentazo seco, sin marca, de Izquierdoz. El zaguero heredó la capitanía y, poniendo las dos manos abiertas ante la cámara, le dedicó el gol al ’10’.
Boca pudo estirar la ventaja con Villa; Newell’s siguió sin incomodar pese a las modificaciones. Tres puntos para Carlitos. Aunque las dudas del juego no se despejan.