La eliminación de la Copa Libertadores, con un 1-3 sin excusas ante San Pablo, sacudió los cimientos en el Cilindro.
La aventura copera terminó mucho más pronto que lo esperado para Racing, que cayó por 3 a 1 como local frente a San Pablo y quedó eliminado en los octavos de final de la Copa Libertadores. Lo que pintaba como para una noche calma en la mitad celeste y blanca de Avellaneda resultó una vivencia negra. Los tres goles seguidos que consiguió el equipo paulista sacudieron los cimientos del Cilindro. Resultó una derrota inesperada, que, recién en el inicio del semestre, ya pinta un horizonte denso para el equipo de Juan Antonio Pizzi con miras a lo que resta del año.
Anoche el entrenador cosechó todas las dudas que había sembrado en la primera mitad de 2021 y que habían quedado bajo tierra con algunos buenos resultados. La imagen del ídolo Lisandro López mirando la eliminación desde el banco de los suplentes tiene su peso. Lo mismo que Darío Cvitanich. La Academia jugaba su quinta llave de octavos de final de Libertadores en los últimos siete años. Ese equipaje, esa experiencia en este tipo de cruces, no se notó sobre el campo.
Para este encuentro definitorio, Pizzi apostó al libreto que mejor le sale: intentar emparejar el partido a partir de las virtudes del adversario. Como lo había hecho en los otros tres duelos que tuvo contra San Pablo este año, planteó persecuciones individuales por toda la cancha, para impedir la salida limpia del equipo ahora dirigido por Hernán Crespo. El visitante logró romper varias veces esa primera línea de presión y empezó a construir juego con comodidad desde la mitad de la cancha. Y la Academia quedó como un equipo muy largo. Ese espacio fue alimento para la velocidad de Marquinhos Alencar, que se comió el partido. El club tricampeón del subcontinente estuvo más presente: los rebotes y las segundas jugadas caían para jugadores tricolores.
De entrada se sintió lo que estaba en juego en Avellaneda. Cuando los dos equipos salieron al césped del Cilindro, buena parte de las cien personas que ocupaban las plateas tenía puestos los ojos en los televisores que mostraban las imágenes que llegaban desde Belo Horizonte, referidas a la escandalosa eliminación de Boca. Pero apenas pitó el inicio el árbitro Gustavo Tejera ya la pelota atrapó las miradas. Fue un partido intenso. De mucho ritmo. Pero con un solo dominador.
Sara avisó de entrada que iba a ser una noche de actividad en el área del local, pero su zurdazo se fue apenas desviado. Marquinhos, un rato más tarde, peinó una pelota que terminó en la base del palo izquierdo del arco de Gabriel Arias y se fue afuera. Otro anticipo. Unos veinte minutos después, mano a mano con el arquero, la pelota fue a parar al mismo lugar, pero el rebote le quedó a Emiliano Rigoni. Gol paulista. Todo lo que Racing se había traído del Morumbí la semana anterior se desvaneció en el último minuto del primer tiempo.
Las carencias pasaban a ser el gran problema de Racing, que en un cuarto de hora quedó al borde del abismo. Marquinhos marcó el 2 a 0 a los 3 minutos del segundo tiempo. Y a los 12, por tercera vez mano a mano ante Arias, asistió a Rigoni para que el ex delantero de Belgrano definiera la serie.
Marquinhos fue la gran apuesta de Hernán Crespo para esta noche de Copa Libertadores. En lo previo parecía que la mejor noticia para los paulistas era el regreso de dos piezas, Rigoni y Miranda. Ellos dos fueron clave en el triunfo en la Argentina. Pero el jugador que definió el partido fue Marquinhos, un juvenil de 18 años que tuvo su estreno copero en el partido de ida, la semana pasada. Si Crespo llegaba a este duelo con algunas dudas por el errático andar en el Brasileirão, con esa decisión de mandar a la cancha al número 47 recuperó el crédito del comienzo de ciclo. La velocidad del delantero para marcar diagonales fue un problema sin solución para la defensa de Racing, la faceta que suele sostener al equipo.
El 0-3 parcial en este cruce directo tejía puentes con las dos finales que jugó este equipo en lo que va del 2021: el 0-5 a manos de River en Santiago del Estero por la Supercopa Argentina y el 0-3 contra Colón por la Copa de la Liga Profesional en San Juan. Resultados abultados que se corresponden con lo que se ve en el juego.
Javier Correa, con un remate desde el corazón del área, maquilló el marcador final. Pero no alcanzó para encender un Racing apático, ni tampoco para ahuyentar aquellos malos recuerdos por los muy bajos rendimientos en los partidos decisivos. El viaje de Racing para esta segunda mitad del año marcaba a la Copa Libertadores como el camino principal. Deberá reponerse de este cachetazo y recalcular rápidamente.