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Mundiales: el nuevo mapa que imagina la FIFA y que enoja a la UEFA

Desde la entidad que regula el fútbol mundial proponen un escenario futbolístico que en Europa no ven con buenos ojos.

La escandalosa suspensión del partido en San Pablo entre Brasil y Argentina por la clasificación para Qatar 2022 tiene a la pandemia como elemento constante en el entramado de normativas sanitarias locales, protocolos regionales y análisis internacionales sobre cómo el fútbol puede ser posible en un contexto tan adverso. El Covid-19 sigue presente como un trastorno que afecta al negocio del deporte, sabiendo que en realidad lo que está afectada es la vida misma con sus impactos en la salud, la economía y un futuro que no termina de llegar.

Las derivaciones del Brasil-Argentina que el mundo se quedó sin ver ahora dependen de los reglamentos disciplinarios que aplique la FIFA; y si hay alguna duda con la documentación migratoria presentada por la selección argentina, el recorrido irá por los canales diplomáticos entre los dos países. Pero la pandemia también es un elemento constante como para apreciar el crujido de las estructuras del fútbol que cada tanto se manifiestan con una noticia de alto impacto. Hace unos meses fue la creación de una Superliga Europea. El último dato habla de organizar los Mundiales de Fútbol cada dos años.

Los dos hechos -suspensión del partido, anuncio oficioso de la FIFA- no tienen vínculo directo pero sí responden al brusco cambio de escenario que experimenta la industria del fútbol a partir de la pandemia y los problemas económicos que generó. Estas “triples fechas” que tienen los seleccionados para pavimentar su camino a Qatar, estas eliminatorias que en circunstancias normales consumen 18 meses, es parte del argumento que la FIFA utiliza cuando propone intercalar su Mundial con la Eurocopa y la Copa América a partir de 2028 y que todos los años los aficionados tengan un gran acontecimiento de selecciones calendarizado.

Alexander Ceferin, presidente de la UEFA y Javier Tebas, presidente de La Liga, ya dijeron estar en contra. La FIFA usó los encantos del distinguido Arsene Wenger, director de desarrollo de fútbol de la entidad, para presentar el caso con una entrevista a L´Equipe. El ex entrenador del Arsenal habló de una planificación que le permitiría a los clubes contar con sus futbolistas siete meses al año y asegurarles sus 25 días de vacaciones reglamentarios. El resto del tiempo lo dedicarían sin conflicto a sus selecciones.

Wenger también se basó en las nuevas dinámicas de consumo de contenidos: “Tuvimos hace poco la Euro 2020, pero ya nadie se acuerda de ella”. Ya que el fanático de fútbol olvida pronto, el mensaje sería hacerle recordar que el año que viene ya llega un nuevo Mundial. O una nueva Copa América, según se trate. La experiencia fallida de la Superliga Europea puso mucho más en claro algo que ya lo era: los clubes europeos son los que pagan las cuentas de los futbolistas y buscan ceder cada vez menos a sus jugadores. Entonces, circunstancialmente, hay tensión y alianzas por conveniencia con la UEFA y la FIFA.

Europa viene de unos de los mercados de pases de veranos más salvajes que se recuerden con Lionel Messi y Cristiano Ronaldo cambiando de camiseta y Kylian Mbappé enojado porque PSG no aceptó los 200 millones de euros de Real Madrid. Pero lo cierto es que los montos por transferencias internacionales, que involucran a 8.000 clubes, pasaron de 7.350 millones de dólares en 2019 a 5.630 millones en 2020, el flujo más bajo desde 2017.

La pandemia alteró las cuentas del mundo del fútbol y acelera nuevos planes. Anvisa, ajena a este ruido, construyó su propio papelón para arruinar un domingo de fútbol que lucía más que interesante.

Fuente:Ir a notas de Marcelo GantmanMarcelo Gantman  PARA LA NACION – Foto: JAYSON BRAGA – BRAZIL PHOTO PRESS – Tweets:Reuters@Reuters –Fabio@Faaaabio – LA NACION Deportes