La sensación que le queda al hincha argentino sobre Rusia 2018 es de frustración. Apenas pueden recordarse algunos buenos momentos de la selección en aquel Mundial: el golazo de Lionel Messi ante Nigeria y el tanto agónico de Marcos Rojo en ese mismo último partido del Grupo, que selló la clasificación para los octavos de final. Antes y después, todo estuvo en gran medida relacionado con los desaciertos futbolísticos, tanto dentro como fuera de la cancha.
Un gran foco estuvo puesto en las decisiones del entrenador Jorge Sampaoli, que nunca pudo hacer pie al mando del equipo. En una entrevista con Infobae, Rojo reveló lo que ocurrió en una reunión del plantel con el cuerpo técnico, un raro tufillo en el que prevalecía la idea de «así no vamos a ningún lado» y, además, con un staff que estaba dividido.
«Fueron dos realidades totalmente diferentes. Si bien los resultados buenos siempre hacen más fácil la convivencia. En Rusia de entrada ya no salieron las cosas. Después se hacen muchos cambios con Croacia. Me toca salir a mí, a Angel (Di María), a Biglia… Cuando metés la mano así es jodido. Si no te sale bien perdés toda la credibilidad del plantel», contó el defensor de Estudiantes.
Para reforzar la idea, Rojo admitó: «Yo sentía que Jorge había perdido un poco el norte y no sabía cómo seguir. Se le notaba. El jugador lo percibe. La charla era eso. Decirle que no lo estábamos entendiendo, que por ahí se lo notaba perdido, que se veía que la relación con Beccacece no era la mejor y eso al grupo le influía un montón. Después de Croacia quedamos todos mirando Islandia-Nigeria y gracias a Dios nos quedó una chance más».
El desabrido empate 1-1 con Islandia en el debut y la paupérrima actuación en la derrota 3-0 con Croacia daban una idea del clima interno en la Argentina. En este contexto, se recuerda la imagen que escenificó la mañana del 25 de junio de 2018 en Bronnitsy, la ciudad base del campamento argentino: fue una conversación que Javier Mascherano y Sampaoli mantuvieron en la tribuna ubicada al costado del campo de entrenamiento. Se trató del momento previo al comienzo de los ejercicios, cuando la mayoría se terminaba de poner los botines para iniciar el calentamiento. Entonces, ya se hablaba de la inclusión de Rojo, que no había estado frente a los croatas.
El ex lateral de Manchester United describió lo que sucedía puertas adentro antes del duelo frente a los africanos: «En ese momento, la idea fue hablar, que entendiera que estábamos un momento recontra mil complicado y que si no lo hacíamos juntos no lo íbamos a sacar adelante. Él podía tomar las decisiones que le parecían bien, pero la correcta fue ésa: que dieran la cara los más grandes. Más allá de que Kichan (Pavón) cuando entró jugó bien, Maxi Meza también… No es fácil jugar un Mundial y más uno así. Si no ganás te volvés a tu casa con una mochila que no te la sacás nunca más».
Era un ecosistema que se alimentaba como nunca de teorías conspirativas, sospechas y denuncias, y a un día de aquel partido ante Nigeria en San Petersburgo, que cobraba un peso inédito para aquella generación de jugadores, la imagen de Mascherano y Sampaoli potenció otra de esas «verdades» que repiten aquellos que gustan de las afirmaciones tajantes. «Mascherano le arma el equipo al técnico» era el comentario más obvio que circulaba de esas bocas (periodísticas, internas y también virtuales) desde la mañana, sin importar si se contaba con elementos concretos y reales para aseverarlo.
La realidad es que llegó el alivio frente a Nigeria, con el gol del propio Rojo sobre el final, pero la Argentina recibió un golpe de realidad en los octavos de final ante Francia (finalmente, el campeón del mundo) y la Argentina se despidió del Mundial Rusia 2018. «A los chicos que vivieron la eliminación en primera ronda en el 2002 hoy en día se lo siguen recordando. Bielsa también… No era momento para andar apostando o intentando algo raro. Él lo aceptó de la mejor manera, sabiendo que teníamos la razón. Si no, hoy no estaríamos hablando de que pasamos la zona», confesó Rojo.
Fuente: LA NACION DEPORTES – Fotos: Prensa Estudiantes – LA NACION DEPORTES