El seleccionado dirigido por Santiago Gómez Cora vuelve a la actividad el sábado, en Dubái.
Lejos quedó ese joven de piernas flacas y largas zancadas que irrumpió en la escena en Dubái, hace siete años. Con 19 años Matías Osadczuk saltó de su club, SITAS, a los Pumitas y del seleccionado juvenil a los Pumas 7s en una etapa de reconstrucción: el inicio del ciclo post Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, un momento vital para la consolidación de una estructura que empezó a afianzarse para conquistar la medalla de bronce en Tokio 2020. Osadczuk fue uno de los cinco jugadores que disputó aquel Mundial M-20 en Manchester, en el que los Pumitas lograron su mejor posición histórica en la categoría (3er. puesto), que en el mismo año fueron convocados por Santiago Gómez Cora para los torneos que dieron inicio a esa temporada. Los otros, José Barros Sosa, Lautaro Bazán Vélez, Bautista Delguy y Domingo Miotti. “Todo cambió muchísimo desde que arranqué. No me olvido más cuando empecé, el tema de las salidas. No éramos un equipo que trajera salidas con dos manos y se nos complicaba el juego aéreo” recordó en diálogo con LA NACION.
Osadczuk hace foco en las salidas de mitad de cancha, una faceta importantísima en la disciplina, como el aspecto del juego que más evolucionó desde su arribo al seven. “Hoy ya estamos viendo el detalle de qué opciones hay cuando agarrás la salida, que hay que hacer después. Lo ves a Rodrigo Isgró, que agarra la salida con las dos manos, y es impresionante; la facilidad de saltar y agarrarla con esa destreza que tenemos desarrollada. Hoy los chicos más jóvenes vienen con esa técnica entrenada”.
En aquella temporada inicial terminó siendo elegido como el mejor novato del mundo y se afianzó como una figura indiscutida en las convocatorias de Gómez Cora. Con el paso de los años fue forjando su liderazgo en un equipo que se consolidó en la elite. “Tengo la suerte de ser uno de los líderes adentro de la cancha. Si bien están Santi Álvarez, Gastón Revol y Germán Schulz, que son los que más años y experiencia tienen, Santi Gómez Cora me dio la oportunidad de ser capitán el año pasado y tomé esa responsabilidad. Asumí ese rol de líder y lo tengo que demostrar con acciones. No soy tanto de hablar, sino de hacer adentro de la cancha. Es algo lindo saber que el equipo confía en mi”, admitió quien puede desempeñarse como forward o centro. Dentro de la cancha y en la construcción del grupo se transformó en un referente para el plantel. “También tengo que demostrarlo día a día en los entrenamientos y afuera. Está bueno tener ese rol y transmitir mis vivencias y experiencias a los más chicos y enseñarles todo lo que aprendí. Tuve la suerte de que me tocaron muy buenos líderes cuando yo estaba entrando en el equipo”.
Ausente en las dos etapas finales de la temporada pasada en Toulouse y Londres por una lesión en el ligamento interno de la rodilla derecha, Osadczuk afrontará su torneo número 36 en el World Seven Series. Lleva 186 partidos y 100 tries en el circuito. Por su poderío físico, su capacidad de quiebre, su juego aéreo y, sobre todo, su notable trabajo defensivo y en los rucks, se convirtió en una pieza vital en el engranaje del equipo que terminó escolta de Nueva Zelanda en la temporada pasada y ahora tiene la premisa de sostenerse entre los primeros puestos. “Tomamos como algo positivo ser uno de los favoritos. Es una responsabilidad, tratamos de que nos dé confianza. Los equipos nos van a respetar más y vamos a buscar aprovechar ese respeto que nos tienen. No quiere decir que vamos a salir a la cancha y vamos a clasificarnos a una final así nomás… Sabemos lo difícil que es y todo lo que cuesta el camino” explicó quien tuvo un breve paso por Argentina XV en 2019 y 2020. “Nuestro chip está en ser el mismo equipo de siempre, seguir laburando en lo que nosotros llamamos el ´dar´, ser humildes sabiendo que llegamos al segundo puesto haciendo ese trabajo y mirando muy para adentro en todos los detalles. Los objetivos se van a ir dando solos. No queremos bajar la vara. Buscamos repetir o mejorar el año que tuvimos”.
El cambio de formato elevará el nivel de competencia. Bajar de 16 equipos a 12 por torneo obligará a enfrentar a rivales más exigentes en una temporada que se reducirá a siete etapas, más la serie final en Madrid. “Vas a ser más complicado, va a subir el nivel. Va a haber mucha competencia que es lo que buscamos y eso nos va a servir para prepararnos para los Juegos Olímpicos porque ahí nos vamos a cruzar con los mismos equipos y el nivel físico que buscamos va a ser de lo mejor. En cada torneo vamos a tratar de clasificar a los cuartos de final que es nuestra barrera y a partir de ahí apuntar a las semifinales y la final si nos toca jugar”. El sábado los Pumas 7s compartirán la zona con Australia, Irlanda y España.
“Los Juegos Olímpicos están en la cabeza de todos, pero antes tenemos mucho por delante para llegar de la mejor manera. Tenemos un gran equipo y vamos a llegar bien preparados”, dice Osadczuk ante la consulta del gran evento al que apuntan todos los seleccionados. París 2024 está cerca, pero al mismo tiempo lejos. El camino en la temporada arrancará el sábado en Dubái, el mismo escenario en el que debutó en la escena internacional uno de los líderes de los Pumas 7s.
Fuente: Nicolás Casanova – LA NACION Deportes – Fotos:Mike Lee – Mike Lee – KLC fotos for World Rugby – Marcio Jose Sanchez – AP – LA NACION Deportes – Video: Mundo UAR@MundoUAR – You Tube – LA NACION Deportes