El 5-0 en el estadio de Banfield otorgó al cuadro canalla la vanguardia en el grupo A, a falta de una fecha; en la última jornada recibirá a 12 de Octubre, de Paraguay, el próximo jueves.
Aplastante y demoledor. Rosario Central paseó su ímpetu y tiene en sus manos la clasificación para los octavos de final por la Copa Sudamericana. Con el 5 a 0 contra Huachipato, hasta este miércoles puntero, suma 10 puntos en la zona A, dos más que su vencido y cinco más que 12 de Octubre, que este jueves intentará ganarle a un desahuciado San Lorenzo que ya no tiene chances. El equipo canalla recibirá al paraguayo en la última fecha de la zona, el próximo miércoles, con un panorama muy favorable: un mero empate casi le resultaría suficiente para ser el ganador del grupo y el que avanzará de rueda.
Central construyó la goleada después del primer cuarto del partido en el estadio de Banfield, donde se jugó a raíz de una cuestión de protocolo sanitario de Conmebol y del aeropuerto de Funes, cercano a Rosario; hasta entonces el conjunto chileno había sido mejor. Huachipato, lejos de una actitud especulativa, le planteó el partido en campo ajeno. Y le hizo pasar alguna zozobra al arquero Jorge Broun. Pero con el correr de los minutos, el desarrollo cambió de dueño y Central tuvo el dominio territorial y la pelota.
Compacto de Rosario Central 5 vs. Huachipato 0
El arco contrario empezó a ser un objetivo claro. Aparecieron los que más saben y comenzaron a marcar diferencias en el ataque. Marco Ruben tuvo a mano el gol, y luego Lucas Gamba. Cuando este último anotó a los 27 minutos, presagió un vendaval. Israel Poblete tuvo la chance de evitar la tormenta, dos minutos después de ese gol, pero inexplicablemente erró al arco ante un indefenso Broun. Entonces sí, se desató la tempestad amarilla y azul.
Central desbordaba en todos los sectores de la cancha. Una inocente infracción de Nicolás Baeza se convirtió en penal, y éste, en un gol de Emiliano Vecchio a los 36. A los 44, Joaquín Gutiérrez convirtió en contra, en un intento desesperado por despejar cuando Gamba se relamía. Instantes después, a los 45, Diego Zabala, de gran despliegue asistió a Damián Martínez, que entró como número 9 y definió con un toque de zurda. Cuatro a cero en una sola etapa.
La segunda fue discreta. Los canallas manejaron el juego sin inconvenientes, ante un rival que buscó sin éxito. Central se dio el gusto de marcar el quinto gol, vía Luca Martínez Dupuy, para cerrar una noche perfecta, un impecable andar de Central en el Florencio Sola, casi sin fisuras. La victoria lo tranquiliza y lo impulsa, tras unos antecedentes que sumaban y restaban en casi iguales proporciones. Los altibajos del conjunto auriazul parecen quedar atrás y el futuro asoma mejor que hace un mes, unos cinco partidos atrás.
La vorágine del calendario hace perder perspectivas. Cristian “Kily” González, el entrenador, tenía por entonces un pie fuera del club. Desorientado en el plano local y en la Copa Sudamericana, Rosario Central se encontró con dos rivales desvencijados: el San Lorenzo desesperante de Diego Dabove por la Sudamericana y el Newell’s en picada al precipicio de Germán Burgos por la Copa de la Liga Profesional.
Y fueron dos victorias claras, por 2 a 0 y 3 a 0, en las que no dejó resquicios. Las mejores del ciclo del ex volante de Boca Juniors. González revivió. De castigado a líder, de condenado a comandante en jefe. Pero cuando todo parecía andar sobre rieles, surgió un golpazo en la última fecha por la Copa de La Liga, ante Platense. Un 1-4 en Vicente López lo dejó al margen de los cuartos de final. Pero otra vez San Lorenzo se puso en el camino internacional y, en otra buena actuación, Central lo superó por 2 a 1. La montaña rusa lo puso en un tramo de ascenso otra vez.