Lo de Gimnasia en este torneo es para subrayar. Le pasó de todo y siempre se levantó. Si bien los golpes lo lastimaron, nunca lo voltearon definitivamente. La entereza de este plantel es para resaltar y elogiar. Los aplausos faltaron solamente porque el fútbol se juega sin público. Este plantel recibió varios cachetazos, el más elocuente el fallecimiento de su entrenador y emblema (Diego Maradona, claro), y sin embargo los jugadores siempre se repusieron. Esta noche no alcanzó. Perdió 1-0 contra Atlético Tucumán y las ilusiones de llegar a la final Copa Maradona se derrumbaron.

El Lobo salió decidido y en los primeros minutos acorraló al Decano. Lo empujó contra su arco y dejó en claro sus intenciones de ser protagonista. En esos instantes iniciales, el equipo de Leandro Martini y Mariano Messera generó una situación clara, pero el cabezazo de Nicolás Contín salió desviado.

Tras el asedio, Atlético se ordenó. Se adelantó unos metros y controló mejor la ambición de Gimnasia. En ese pasaje, la visita dispuso de ocasión nítida, tras una corrida de Lucas Melano, aunque la definición de Augusto Lotti resultó defectuosa.

En el último tramo del primer tiempo, el conjunto de Ricardo Zielinski se desinfló y el Tripero lo aprovechó. En ese segmento del partido, el Lobo creó cuatro jugadas de riesgo: un remate apenas afuera de Eric Ramírez, una aparición de Paolo Goltz que no llegó a empujarla y dos acciones notables de Cristian Lucchetti (en ambas, el arquero se lució con una doble atajada).

La segunda etapa comenzó con menor intensidad. Gimnasia no logró sostener lo que había hecho y Atlético Tucumán se volvió a asentar en la cancha. El elenco visitante primero avisó y puso el 1-0 con un buen remate de Marcelo Ortiz tras una serie de rebotes.

La próxima jugada clara estuvo en los pies del ingresado Lucas Barrios, pero lo cerraron justo cuando se aprestaba a definir. Sin embargo, enseguida avisó el Decano que casi estira las diferencias con un tiro de Ramiro Ruiz Rodríguez.

El capítulo siguiente del encuentro también fue de Lucchetti, quien sacó dos pelotas muy difíciles. Una abajo y la otra arriba, pero en ambas con absoluta solvencia.

El Lobo lo buscó. Sin tantas ideas, es cierto. A pesar de la falta de inventiva, Gimnasia mereció más. ¿Por qué no pudo con Atlético? Por Lucchetti. La gran razón de la derrota fue, sin dudas, el arquero del equipo tucumano.

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