Gimnasia La Plata y Vélez empataron 2-2 en el estadio Juan Carmelo Zerillo, en el bosque de la ciudad platense, en un partido de la jornada 2 de la Copa Liga Profesional, 2020/2021. El partido tuvo un expulsado en el equipo visitante (Lautaro Gianetti, por doble amonestación) y un empate sobre el final, con un golazo del juvenil Lucas Orellano, tras una jugada preparada de tiro libre frontal y una asistencia precisa de Ricky Alvarez. Los goles del local los anotaron Matías García y Carbonero, mientras que había abierto el marcador Thiago Almada, la gran apuesta de la entidad de Liniers.

El Lobo transitó una semana convulsionada. Casi volcánica. Comenzó con la internación de su director técnico, Diego Maradona; continuó con la noticia de que debía ser operado de un hematoma en la cabeza; finalizó con la denuncia por acoso a Johan Carbonero, uno de sus futbolistas titulares. Fueron días difíciles, de mucha tensión. El fútbol, tras aquel debut auspicioso contra Patronato (3-0), tuvo que pasar a un segundo plano. Vélez, todo lo contrario: enfocado en lo deportivo y con la firme intención de no descuidar ningún frente: el miércoles pasado avanzó de instancia en la Copa Sudamericana y hoy el técnico Mauricio Pellegrino puso lo mejor que tenía a disposición.

Este contraste se notó en el inicio del juego. El Fortín, aplomado y sereno. El Lobo de Sebastián Méndez, confundido e impreciso. En los primeros instantes no dio resultado la presión alta local y el equipo visitante manejó la pelota con justeza. Esa posesión fina desembocó rápidamente en el 1-0: Ricardo Álvarez colocó un pase profundo y bien incisivo; Francisco Ortega desbordó y mandó el pase hacia atrás; Almada, de primera, definió junto a un palo.

El tempranero tanto de Vélez fue un nuevo golpe para el ánimo de Gimnasia. La apertura en el marcador acentuó las posturas iniciales. En los minutos posteriores al gol, el Fortín potenció su tenencia prolija y el Lobo agudizó su desconcierto.

Cuando promediaba el primer tiempo, sin embargo, todo cambió. El conjunto de Pellegrino se desinfló, mientras que los dirigidos por Méndez se recompusieron de una manera asombrosa. A tal punto creció Gimnasia, que hizo méritos para empatar antes del descanso. Con intensidad y verticalidad, acorraló a su rival y le generó varias situaciones de riesgo; las más nítidas, un remate de Marcelo Weigandt que salió apenas desviado y un mano a mano de Carbonero que tapó Alexander Domínguez.

La segunda etapa comenzó con la misma tendencia que el cierre de la primera y la voracidad del Lobo tuvo premio: Weigandt, lateral derecho, presionó como si fuese extremo izquierdo y esa corazonada modificó el trámite del juego. Lautaro Giannetti le cometió penal y se fue expulsado. Un minuto después, Matías García canjeó por gol y estampó el 1-

Pero Gimnasia no se conformó. Fue por más. ¡Y consiguió más! Carbonero, ese mismo que había sido denunciado por acoso y estuvo en duda hasta último momento, convirtió el tanto de la victoria 2-1 parcial. ¿Por qué jugó? Porque la comisión directiva, luego de tratar el caso con el área de legales y la subcomisión de género, determinó que el jugador continúe a disposición del cuerpo técnico hasta que se aclare su situación. ¿Cómo fue el gol? Un buen zapatazo bajo, desde afuera del área. El acierto deportivo no tapa el error institucional. Una mancha innecesaria.

El triunfo tripero parecía asegurado. Jugaba mejor, estaba arriba en el resultado y tenía superioridad numérica. El panorama de Vélez era opuesto: perdía, jugaba con diez hombres, había cambiado medio equipo y no lograba acomodarse. Sobre el final, hubo sorpresa: jugada preparada de tiro libre (otro gran pase de Álvarez) y potente definición de Luca Orellano, para el 2-2 definitivo.

Los dos quisieron ganar. Los dos deberían estar satisfechos. El Lobo sorteó una semana difícil, la más complicada de los últimos meses, y sumó un punto ante un adversario de jerarquía. El Fortín, por su parte, reaccionó a tiempo y se salvó de hipotecar su clasificación a la segunda fase de la Copa Liga Profesional. En el duelo de las dificultades, hubo de todo menos un ganador.

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