Venció 1-0 a Defensa y llegó a los 14 puntos, uno más que Newell’s; el equipo de Gorosito acumula 12 partidos invicto, con diez victorias y dos empates.
LA PLATA.- Los dos necesitaban ganar: Gimnasia para pasar la línea de Newell’s y trepar a la punta de la Liga Profesional, y Defensa y Justicia para conseguir su primera victoria en el torneo. Pero el Lobo pareciera tener la fórmula del éxito. Una receta que no requiere de grandes rendimientos para llegar al objetivo.
Sin jugar bien y con el arquero Rodrigo Rey como principal figura, el elenco de Néstor Gorosito derrotó 1-0 al Halcón y escaló a la cima. El ingresado Tomás Muro, con la ayuda de un desvío, convirtió el único tanto del encuentro.
¿Triunfo merecido? No, ¿pero qué le importa eso a los hinchas triperos, si ven la tabla y están arriba de todo? Al Lobo lo respaldan las estadísticas: suma 14 puntos (de 18) y llegó a las 12 presentaciones sin caídas (diez éxitos y dos empates). Mucho más que una racha.
El Halcón resultó un obstáculo complejo. En la etapa inicial predominó la paridad y en ningún momento hubo un dominador absoluto: en Gimnasia Brahian Alemán participó poco y a Defensa le costó transformar posesión en profundidad. A pesar del trámite parejo, el equipo de Sebastián Beccacece fue levemente superior.
La visita dispuso de tres situaciones claras y todas concluyeron con el mismo denominador común: una buena atajada del arquero Rey. El Lobo, por su parte, contó con dos ocasiones –ambas en los pies de Ramón Sosa– y los remates del paraguayo salieron desviados.
El Halcón, con mayor tenencia, careció de recursos ofensivos; mientras que Gimnasia extrañó al uruguayo Alemán, quien no completó un buen primer tiempo.
Si la parte inicial fue apenas discreta, con pocas emociones, ¿qué decir del comienzo del complemento? Las primeras posibilidades concretas se dieron a los 26 y 27 minutos: las dos para el Lobo y ambas de cabeza. Sin embargo, Ezequiel Unsain respondió bien y salvó a Defensa por duplicado.
A partir de esa doble acción, Gimnasia se animó. Y fue. Sin muchas ideas, aunque buscó lo que precisaba: el triunfo. La llave resultó el ingresado Muro: luego de un córner, el mediocampista la paró y remató, con la fortuna de que la pelota rebotó en un rival y se alejó aún más del arquero Unsain.
En la jugada siguiente, el Halcón casi lo empata. Pero el Lobo lo tiene a Rey, un gran arquero con un excelente presente. El tiro libre de Kevin Gutiérrez viajaba hacia el ángulo y una volada cambió la dirección de la pelota, que pegó en un palo.
Durante los últimos minutos, el Lobo aguantó. Se defendió como pudo y cuando falló apareció Rey. La figura excluyente de la noche. El tiempo pasó y Defensa nunca entendió cómo vulnerar a ese arquero cada vez más gigante.
Lo mejor del partido
Gimnasia ganó. Otra vez ganó. El triperío festeja y es comprensible: hoy mira a todo el fútbol argentino desde arriba.