/Escuelita Angel Labruna El sueño de Dani Dorado: jugar en la Primera de River para comprarle una casa a su madre

Escuelita Angel Labruna El sueño de Dani Dorado: jugar en la Primera de River para comprarle una casa a su madre

Con su mamá y su hermano viven en Costa Esperanza, un asentamiento a 40 km al oeste de Buenos Aires, donde cada vez que llueve, la casa se inunda y el barrio se transforma en un lodazal. Su ídolo es el ‘Pity’ Martínez

Daniel Dorado, o simplemente Dani, tiene 12 años. Lo primero que hace en cada despertar es patear la pelota. Hincha de River desde la cuna, sueña con jugar en la Primera División del popular club argentino y comprarle una casa a su madre.

Al igual que muchos niños latinoamericanos, sueña con ser jugador profesional por su pasión futbolera y para salir de la pobreza.

«Siempre quise ser jugador, desde chiquito veía los partidos con mi papá y mi hermano Marcos (17). Estoy contento porque me hicieron hincha de River», le dijo a la agencia AFP.

Sus padres paraguayos llegaron a la Argentina hace 15 años; él nació en Argentina. Cuando tenía 4 años y 8 meses, su padre murió y desde entonces su madre, María Báez, es el único sostén familiar.

Daniel Dorado mirando en el celular un partido River Plate desde su casa en Costa Eperanza. Forto: AFP/Ariel Torres.

Daniel Dorado mirando en el celular un partido River Plate desde su casa en Costa Eperanza. Forto: AFP/Ariel Torres.

Dani, su mamá y su hermano viven en Costa Esperanza, un asentamiento a 40 km al oeste de Buenos Aires, en una casa básica y precaria que construyeron sobre un terreno que compraron hace 12 años. Cada vez que llueve, la casa se inunda y el barrio, casi sin servicios públicos, se transforma en un lodazal.

Dani no se inspira en Lionel Messi Diego Maradona sino en «el Pity», dice. Su ídolo es el volante ofensivo Gonzalo ‘Pity’ Martínez que juega en el Al-Nassr ,de Arabia Saudita, y pasó por River entre 2015 y 2019, siendo figura del equipo de la Banda Roja que alzó la Copa Libertadores en 2018 al vencer en la final a su archirrival Boca Juniors.

Daniel Dorado con su madre en la casa de Costa Eperanza. Foto: AFP/Ariel Torres.

Daniel Dorado con su madre en la casa de Costa Eperanza. Foto: AFP/Ariel Torres.

Su madre trabaja en una Organización No Gubernamental (ONG) que distribuye viandas de comida a vecinos del barrio, donde las carencias se agravaron con la pandemia del Covid-19, que en Argentina, en recesión desde 2018, llevó el índice de pobreza a 40,9% en el primer semestre.

En esa casa, Dani hace las rutinas que le indican por Zoom o por videos, impedido de ir a entrenarse desde que el 20 de marzo se decretó el confinamiento por la pandemia.

A los seis años, Dani comenzó a entrenar en un programa de la Fundación Pequeños Pasos, vinculada a la Fundación River. Fue así que se le abrieron las puertas para asistir a la Escuela de fútbol Angel Labruna del club ‘Millonario’, donde está becado, y que dirige Alejandro Cean.

Dorado, en la calle, con la camiseta y la ilusión de jugar algún dìa en el Monumental. Foto: AFP/Ariel Torres.

Dorado, en la calle, con la camiseta y la ilusión de jugar algún dìa en el Monumental. Foto: AFP/Ariel Torres.

En tiempos normales, Dani va dos veces por semana a entrenar al club emplazado en el exclusivo barrio capitalino de Núñez. Toma dos colectivos y un tren. Dos horas de ida y dos de vuelta. A veces un ‘remise pagado por la Fundación River acorta el tiempo de viaje.

Su realidad es muy diferente a la de la gran mayoría de los 900 alumnos de la escuela Labruna, chicos de clase media y media alta que pagan la cuota de socio del club, además de la matrícula y el arancel mensual. La escuelita no depende, además, de la estructura del fútbol infanto-juvenil del club, sino del Departamento Físico de River.

«Lo que más me gusta es patear al arco», dice Dani, un jugador de ataque, convencido de que llegará a la Primera de River. «Quiero ayudar a mi mamá y comprarle una casa», sostiene.

El ‘Profe Ariel’ Gómez, su entrenador en Pequeños Pasos, hace hincapié en que hay que evitar alimentar el afán por el éxito.

Subido a una montaña de tierra en el medio de un basural. Ahí vive sus sueños el pibe Dani Dorado: jugar en River, saiir de la pobreza y comprarle una casa a su madre. Foto: AFP/Ariel Torres.

Subido a una montaña de tierra en el medio de un basural. Ahí vive sus sueños el pibe Dani Dorado: jugar en River, saiir de la pobreza y comprarle una casa a su madre. Foto: AFP/Ariel Torres.

«Si bien Dani tiene condiciones, un talento y una inteligencia deportiva que debe explotar, es pronto para hablar de una carrera profesional. Vi muchos chicos como él, con capacidad, y a veces van pasando cosas y se van frustrando», advierte.

Lo mismo dicen en la Escuela Labruna donde «pueden jugar los que quieran sentir la camiseta del club» sin importar sus habilidades con la pelota, explica el entrenador Federico Rocafull.

Con los botines embarrados al hombro. Dani Dorado, el pibe de 12 años que lucha con el objetivo de triunfar en River. Foto: AFP/Ariel Torres.

Con los botines embarrados al hombro. Dani Dorado, el pibe de 12 años que lucha con el objetivo de triunfar en River. Foto: AFP/Ariel Torres.

Según él, solo uno de cada 300 o 350 chicos llegará a quedar en el fútbol amateur del club, donde se eligen a los 30 mejores de cada edad y allí sí el objetivo es prepararse para llegar a la Primera División.

«A los 12, un pibe puede pintar para bueno pero antes de llegar al profesionalismo pasan mil situaciones. No todos los técnicamente buenos llegan»,  advierte Rocafull.

JCH

Fuente: Liliana Samuel (Agencia AFP) – Clarín.com – Deportes – Fotos: AFP/Ariel Torres – Clarín.com – Deportes

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