En Avellaneda, venció por 2-0, por la 6° fecha, con goles de Chancalay (olímpico) y Fabricio Domínguez; encontró oxígeno en el primer partido tras la salida de Pizzi.

Racing consiguió un triunfo por 2 a 0 ante Newell’s que vale mucho más que tres puntos para la Academia: sirve para dar vuelta la página de una semana cargada tras la derrota en el clásico de Avellaneda, que incluyó la salida del entrenador Juan Antonio Pizzi. Sin mejoras en el juego, Racing se llevó una victoria que sirve para despejar algunas nubes en un horizonte que se parecía bastante a la noche de domingo en Avellaneda, cargado de niebla. Los goles de Tomás Chancalay y Fabricio Domínguez se llevaron esas dudas, al menos  por un rato.

Cuando el cero se volvía cada vez más grande en los dos arcos, apareció el primer gol gracias a las mejores individualidades que tuvo Racing en lo que va del año, más allá del rendimiento colectivo. Eugenio Mena trepó por izquierda, llegó hasta el fondo con dos gambetas y ganó un córner. Entre la niebla, Tomás Chancalay divisó que Alan Aguerre dejaba libre su primer palo, sin ningún futbolista de Newell’s cubriendo la zona. Apuntó cerrado y sacó el derechazo. Golazo olímpico, justo una después de que terminaran los Juegos de Tokio.

Lo mejor del partido

Un alivio para el presente brumoso. La derrota en el clásico ante Independiente terminó de derrumbar piezas que ya estaban flojas hace meses, como la del técnico Pizzi, quien dejó el cargo el miércoles pasado con críticas a la dirigencia y a la metodología del club. Pero también movió estructuras que desde hace unos años parecían más firmes.

Las versiones cruzadas entre el presidente Víctor Blanco y el mánager Rubén Capria por la charla casual entre Blanco y Javier Mascherano el pasado jueves en el predio de Ezeiza pueden ser una muestra. Como también la idea cada vez más firme de apostar por este interinato de Claudio Úbeda como un proceso de transición, una suerte de desensillar hasta que aclare. Curioso cuando el torneo lleva apenas cinco fechas y para diciembre faltan cuatro meses.

El currículum de Úbeda, más allá de sus más de 300 partidos con la camiseta de Racing, marca que este es su segundo ciclo como interino en el club, además de un paso como técnico de Huracán (2007), Independiente de Rivadavia (2010), Boca Unidos de Corrientes (2012) y Deportes Magallanes, de Chile.

En su regreso al Cilindro buscó mover pocos nombres. Darío Cvitanich fue el elegido para reemplazar al desgarrado Lisandro López. Y la apuesta fue hacerle lugar de arranque a Benjamín Garré en lugar de Enzo Copetti. También buscó sorprender con algunas jugadas de pelota parada, el camino que encontró Racing para lastimar.

Difícil evaluar a un cuerpo técnico que se armó para la ocasión. Hasta el lunes pasado, Úbeda era el coordinador del fútbol infantil, Juan Ramón Fleita, coordinador de juveniles y Carlos Arano estaba a cargo de la Quinta división. Con apenas cuatro prácticas, salieron a enfrentar a Newell´s, un rival que llegaba con la moral alta y que parece haber construido una identidad con la promoción de algunos juveniles que eligió Fernando Gamboa.

Esa distancia se hizo notar durante el primer tiempo, cuando el visitante manejaba el ritmo del partido gracias a su número 35, Nicolás Castro, uno de los pibes en los que se apoyó Gamboa. A Racing, en cambio, le costaba juntar pases y sus jugadas más lúcidas aparecían cuando la pelota pasaba por los pies de Cvitanich, en una posición casi de enganche.

El gol de Chancalay en el arranqué de la segunda mitad borró todo lo que había pasado en el primer tiempo. Racing se sintió cómodo con la ventaja y Newell’s ya no supo encontrar los caminos. Úbeda decidió mover el banco. Y los futbolistas que entraron en sus primeros tres cambios fabricaron el segundo gol del partido.

Enzo Copetti cambió de frente para Maximiliano Lovera, que recortó hacia adentro y sacó el derechazo. Aguerre dio un rebote largo que aprovechó Fabricio Domínguez. El uruguayo, en su posición natural de mediocampista, tuvo su estreno en las redes de Primera. Suerte de entrenador interino, una reversión de aquella vieja sentencia que decía “técnico que debuta gana”. No es poco para la Academia en este contexto.