Un gol de Barreto, a 13 minutos del final, le dio el triunfo a los de Avellaneda frente al flamante campeón de la Recopa; el Rojo es uno de los escoltas en la Zona B de la Copa de la Liga.
in que le sobrase nada, sin una demostración de fútbol que permita euforias ni grandes alardes, Independiente volvió al triunfo después de cuatro jornadas. El 1-0 frente a Defensa y Justicia lo vuelve a subir al tren de los que pelean por entrar a los cuartos de final del torneo. Los de Varela, por el contrario, llevan cinco partidos sin ganar y ven cada vez más lejos la posibilidad de alcanzar esa instancia.
Impulsado a medias por las ausencias, las necesidades y la catarata de críticas recibidas, el cuerpo técnico del Rojo decidió desarmar por primera vez en el torneo la línea de tres centrales para sumar un volante ofensivo que enganche con los de arriba. Al experimento le costó un rato consolidarse y empezó con el paso cambiado: a los 45 segundos, Bou llegó solo por el medio y su disparo se marchó a un palmo del palo izquierdo de Álvarez, pero a partir de que fue amainando la presión visitante en el medio, Independiente dejó de pasar zozobras.
No defendió peor el equipo de Falcioni por tener un zaguero menos, incluso a pesar del hueco que se creaba cuando los delanteros querían presionar la salida del Halcón sin que Pacchini y Lucas Romero achicaran a sus espaldas, pero no consiguió disimular su déficit crónico del otro lado de la cancha.
La presencia de Roa expuso una intención muy pocas veces concretada. Bien cercado por volantes y defensores, el colombiano se perdió en sus propias gambetas, no aportó la creatividad que su equipo viene echando en falta desde el comienzo del torneo, y así Independiente quedó supeditado a las escasas ocasiones en las que Bustos tuvo margen para trepar por derecha o Palacios y Menéndez lograron desafiar en el mano a mano a sus marcadores, muy pocas veces con éxito.
El Halcón planteó el partido fiel a su fórmula. En su vuelta al Libertadores de América tras su traumático paso por el Rey de Copas, Sebastián Beccacece no resignó ninguna de sus convicciones: repitió diez de los once titulares presentes en la consagración en Brasilia, salió decidido a presionar bien arriba desde el arranque y aleccionó a los suyos para que moviéndose en bloque le redujeran los espacios al rival y los ensancharan con la pelota en su poder.
Su problema fue que, tal como le ocurrió al local, en la primera etapa cumplió muy bien con la mitad de la tarea. El esfuerzo de todo el equipo en la recuperación le sirvió para desconectar durante muchos minutos al Rojo y, a partir de ese movimiento, adueñarse de la pelota. Sin embargo, le faltó picante arriba y después de aquella ocasión inicial solo inquietó a Álvarez con un remate desviado de Braian Romero y un cabezazo débil de Bou.
Amenazó Independiente con subir un par de grados el índice de agresividad en la presión al regreso del vestuario, tal vez convencido del posible agotamiento de Defensa y Justicia tras los 120 minutos ante Palmeiras, y a los 48, un robo de Roa acabó con un remate de Silvio Romero que se fue afuera por muy poco.
La impresión se demostró equivocada durante un buen rato. Continuó siendo más consistente y fluida la circulación de pelota del flamante campeón de la Recopa. Respondió en ocasiones de gol con un derechazo de Enzo Fernández demasiado ancho y, sobre todo, mantuvo intacta la capacidad para obstaculizar el ataque local, que nunca tuvo claridad.
Sin embargo, el fútbol suele guardarse en la manga argumentos que no se aprecian en el desarrollo del juego. A los 67 y de sobrepique, Silvio Romero sacudió el travesaño de Unsain por segunda vez en el encuentro (la primera había sido por un tiro libre de Lucas Rodríguez). Fue un anticipo. Diez minutos más tarde, Barreto ganó en lo alto en el lanzamiento de un córner y con un cabezazo perfecto marcó el tanto del triunfo.
Se apuró entonces Omar Píccoli, el sustituto de Julio Falcioni en el banco, para recomponer la línea de tres centrales y aguantar el supuesto empuje final de un Halcón con más vergüenza deportiva que frescura mental. Ganó Independiente. Mantiene la ilusión. La deuda de fútbol y la definición de una línea de juego continúan buscando soluciones.