Con una definición magistral del capitán, los canallas superaron 1-0 a Deportivo Táchira en el Gigante de Arroyito; Bragantino, el próximo rival.
Con el triunfo 1-0 sobre Deportivo Táchira, Rosario Central se convirtió en el único equipo argentino en los cuartos de final de la Copa Sudamericana. Sin jugadores de experiencia como Marco Ruben y Jorge Broun, sin refuerzos, porque Milton Caraglio no fue habilitado para la serie de octavos de final, los canallas superaron la llave y convirtieron a la presente aventura como la mejor en sus participaciones en el torneo continental: nunca antes los rosarinos lograron la instancia de cuartos de final en cinco oportunidades. Bragantino, de Brasil, el futuro del conjunto que dirige el Kily González.
Con dos jugadas preparadas, Rosario Central enseñó el trabajo de la semana del Kily González. Un tiro libre que le bloquearon a Gastón Ávila y, más tarde, un tiro de esquina en el que Emiliano Vecchio habilitó a Lautaro Blanco, que remató desviado. Lejos de dejarse maniatar por el rival, los canallas se adueñaron del control, con el capitán Vecchio como eje. Sin la presencia de Ruben -con Covid-19, al igual que el arquero Broun, y Lucas Gamba, lesionado-, los tándems del uruguayo Diego Zabala y Damián Martínez, por la derecha, y Blanco-Luciano Ferreyra, por el sector opuesto, eran las llaves para abrir a una defensa que no se mostró segura.
Lo mejor del partido
El empate 2-2 en el partido de ida, un resultado que obligaba a los venezolanos a convertir -el empate sin goles o el 1-1 los eliminaba-, aunque el resultado no apuró la hoja de ruta del conjunto de San Cristóbal. Los antecedentes no favorecían a Deportiva Táchira, que como local se enseñó con tres victorias en la Copa Libertadores -quedó fuera entre los mejores terceros de los octavos de final-, aunque fuera de Venezuela el rendimiento fue opuesto: perdió en sus tres presentaciones.
La juventud de los rosarinos, apenas tres jugadores superan los 23 años -Vecchio, Zabala y Martínez- por momentos aceleraba Rosario Central, que tuvo en los pies de Martínez Dupuy la oportunidad de abrir el marcador y el arquero Varela, a puro reflejo, le ahogó el festejo al mexicano. Fue la advertencia de los canallas, de su superioridad. Apareció la tranquilidad y la inteligencia de Vecchio para descubrir el camino: en una acción individual desarticuló las barreras que levantó Deportivo Táchira y con una definición magistral derrotó a Varela, que más tarde volvió a hacerse gigante frente a Martínez Dupuy, que en el segundo tiempo puso a prueba al guardavallas.
La necesidad de Deportivo Táchira hizo adelantar a los venezolanos, que empezaron a enseñar grietas en la defensa. Esos espacios fueron explotados por Rosario Central, que acumuló situaciones de riesgo frente al arco de Varela, aunque sin puntería para sellar las jugadas. Un tiro de libre de David Zalzman -en el juego de ida estrelló un remate en el poste- puso a prueba al arquero Juan Pablo Romero, que disputó su segundo encuentro internacional.
Alan Marinelli, que anotó el segundo gol en Venezuela, exigió nuevamente a Varela; en la réplica, Deportivo Táchira volvió a generar peligro por el centro de la defensa: Ávila y más tarde Facundo Almada recibieron tarjeta amarilla, por detener la jugada con infracción. El desorden de los venezolanos confundió a los canallas: Uribe, de cabeza, después de un córner, hizo agigantar al arquero rosarino.
El desenlace lo encontró a Rosario Central mejor perfilado, con una media chilena de Martínez Dupuy -más estética que efectiva- y un remate cruzado de Zabala, que se perdió junto al poste derecho de Varela. Romero volvió a intervenir y evitó el empate, que hubiera puesto en riesgo la clasificación. En ese ida y vuelta, los canallas despilfarraron situaciones para asegurar la clasificación, esa que se festejó cuando el árbitro uruguayo Daniel Fedorczuk determinó el final.