River no tenía obligaciones ante Godoy Cruz, al que recibió en el estadio de Independiente, ya que estaba clasificado para la zona Campeonato y el empate del viernes entre Banfield y Rosario Central le había asegurado el primer lugar del grupo 3, en la Copa Diego Maradona. Por eso, Marcelo Gallardo optó por una formación alternativa (el jueves jugará el primer partido de su cuarto de final de Copa Libertadores ante Nacional, de Uruguay) que superó bien al equipo mendocino en un encuentro de ida y vuelta constante: fue 3-1, con goles de Bruno Zuculini, Julián Álvarez y Lucas Pratto; Tomás Badaloni descontó para el visitante. El conjunto millonario finalizó en la zona con 15 unidades de 18 posibles.

Zuculini infló la red e instantáneamente a Gallardo se le dibujó una sonrisa. No gritó, no aplaudió, no cerró sus manos ni chocó puños con algún colaborador. Sólo intentó confirmar el autor del gol, miró al banco de suplentes y sonrió. Una expresión que mezclaba calma y alegría. Tan sólo siete minutos habían pasado en el cronómetro, y el correr del encuentro con Godoy Cruz se encargaría de confirmar la mueca: River tiene respuestas individuales y colectivas por fuera de su equipo titular.

Compacto de River 3 vs. Godoy Cruz 1

Enrique Bologna, Santiago Sosa, Fabrizio Angileri, Leonardo Ponzio, Zuculini, Jorge Carrascal, Álvarez y Pratto mostraron que el DT puede confiar en ellos a la hora de tener que apostar por el recambio. Como contracara, Jorge Moreira no tuvo una buena tarea e Ignacio Fernández todavía no logra reencontrarse con su fútbol. Pero son más certezas que dudas lo que le dejó a River la zona 3, en la que terminó líder tras cinco triunfos en fila con alineaciones alternativas.

Desde el inicio del 2020, River no sumó ningún refuerzo: la última incorporación fue la de Paulo Díaz en agosto de 2019. A pesar de las partidas de Exequiel Palacios, Lucas Martínez Quarta y Juan Fernando Quintero, Gallardo apostó a potenciar niveles escondidos en el plantel y a jugadores de las inferiores del club. Y muchos empiezan a dar la talla y a superarse.

En el triunfo frente al Tomba la gran figura fue Zuculini. De ser un mediocampista central clásico pasó a transformarse en un polifuncional que puede jugar como «doble cinco» o como volante interno para ser rueda de auxilio y una innovadora carta de ataque. Su nueva función le trajo mucho rédito: al igual que frente a Rosario Central en Arroyito, se destacó con mucha intensidad, marca firme, despliegue constante, buen dominio de la pelota y mucha presencia en el área ajena.

Este último punto se volvió una cuestión central en su juego: Gallardo necesita que Zuculini sorprenda como opción de remate para darle más variantes ofensivas al equipo, ya sea en su versión 4-3-3, en la 4-3-1-2 o en la 4-2-3-1, la que usó ayer. Eso sí, tuvo fortuna: su gol (segundo en 50 partidos) se dio apenas una jugada después de cometer una mano en su área, con el brazo izquierdo extendido, que el árbitro Pablo Echavarría no sancionó con penal.

Entre los experimentados, Bologna y Ponzio muestran que todavía no tienen fecha inminente de vencimiento a pesar de sus 38 años. El arquero volvió a ser fundamental con una actuación que realza su gran presente como titular en los últimos cuatro partidos del torneo local. Pese a que no logró mantener invicta la valla por el tanto de Badaloni para el 2-1 parcial, sostuvo al equipo al resolver con buenas atajadas tres concretas ocasiones de gol de Godoy Cruz y estuvo rápido para cortar con los pies, claro para mover la pelota y seguro en el juego aéreo.

Por su parte, Ponzio es otra de las respuestas positivas del equipo alternativo. Voz de mando, claridad para jugar, inteligencia para posicionarse y resto físico son algunas de las credenciales que expuso anoche en Avellaneda para mostrar que sigue siendo una opción. Según los números de Opta, fue el más preciso (90,8%, con 59 pases correctos de 65), el que más tocó la pelota (80 veces) y el que más recuperaciones (9) y entradas (4) realizó.

En el fondo, Sosa volvió a dejar en claro que no le pesa el puesto de primer marcador central y Angileri sigue pidiendo pista en el lateral izquierdo. Mientras Milton Casco no levanta su nivel, su pieza de recambio directo no para de crecer. El período de adaptación de Angileri parece estar superado y sus actuaciones ofrecen lo que Gallardo buscó cuando lo incorporó en marzo de 2019: marca férrea, proyección constante, ida y vuelta y una buena pegada, exhibida en el centro a Zuculini para el 1-0.

En el ataque, Carrascal no brilló (quizás su rendimiento se potencia desde el banco), pero dejó destellos de su talento, asistió a Álvarez para el 2-0 y tuvo buenas conexiones como volante ofensivo. Por otro lado, también se acabó la sequía de los delanteros después de cuatro partidos: Álvarez se lució por la banda derecha con mucha potencia y marcó el segundo tanto con un gran zurdazo, y Pratto cerró otra noche positiva con gran sacrificio y su cuarto gol desde el regreso del fútbol, para sentenciar el 3-1.

En los últimos 20 minutos, River se dio el lujo de disfrutar a los juveniles de su cantera: los delanteros Lucas Beltrán, Federico Girotti y Benjamín Rollheiser y el mediocampista Santiago Simón mostraron sus pinceladas en un partido de prueba que terminó dándole al plantel seguridad y confianza para las instancias decisivas que se acercan.

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