En La Plata, los de Gallardo se impusieron 2-1 con un doblete de Girotti (descontó Heredia) y se clasificaron a los octavos de final donde chocarán con Boca.

Habrá Superclásico por los octavos de final de la Copa Argentina. Hizo lo que debía River: le ganó 2-1 a Atlético Tucumán. Y mostró dos caras el equipo de Marcelo Gallardo: brilló en el primer tiempo; sufrió hasta el último minuto y terminó pidiendo la hora. El balance, igual, fue positivo porque además de imponerse tuvo pasajes de buen juego.

La pregunta de la semana fue qué le pasaba a River tras los empates sin goles contra Racing y Arsenal. “El equipo funciona. Me volvería loco si no jugáramos a nada, si no tuviéremos una idea clara”, fue lo que dijo Marcelo Gallardo respecto de los cuestionamientos y de los 222 minutos sin convertir. Y siguió trabajando el Muñeco, sabiendo que al gol y a la victoria se llega más fácil si se busca con herramientas. Porque River es, entre muchas cosas, un equipo rico en herramientas. Juega bien River, qué duda cabe. No es mentira lo que dice Gallardo: tiene una idea. Ataca con muchos jugadores, circula rápido el balón, tiene movilidad y toma riesgos en los pases. El primer gol de Federico Girotti llegó tras 14 toques, en una jugada en la que participaron todos menos Alvarez y Beltrán. Un golazo digno de un equipo que juega bien.

En Federico Girotti (21) hay que poner la lupa. O en Marcelo Gallardo, que es parecido. Fue potente la imagen que mostró la TV segundos antes del inicio del juego: atrás del entrenador con barbijo aparecía Rafael Santos Borré. La capacidad de liderar es uno de los rasgos más notorios del entrenador millonario. No se casa con nadie, se dijo mil veces. Sentó en el banco a pesos pesados como Cavenaghi, Lucho González, Saviola, D’Alessandro, Aimar, Ponzio, Pinola, Maidana, Scocco, Pratto y más. Un par de partidos malos del colombiano, que también está atravesado por su posible salida del club y arrastra molestias en una de las rodillas, convencieron al técnico para sacarlo. Y ahí surgió Girotti, el Palermo de Núñez: tocó dos y metió dos goles. En ambas definió adentro del área. En la primera aprovechó un centro de Angileri desde la izquierda y en la segunda uno de Montiel por la derecha. Sí, se hace ancho River y perfora por los costados con los laterales.

Trató de defenderse Atlético Tucumán, pero el plan le duró 11 minutos. Había arrancado mejor el conjunto de Omar De Felippe, buscando pelear con fuerza en la mitad de la cancha. Todo hasta que Angileri metió un centro exacto entre las piernas de Ortiz y Girotti tocó al gol. Desde entonces todo fue de River. A los 21, Palavecino encontró con un pase largo a Montiel, que mandó el centro atrás para la definición de Girotti.

Nadie podía presagiar lo que fue el final del partido. Estaba para golear River y terminó sufriendo. Hay factores que explican el bajón. El descuento del ingresado Leandro Heredia -tras una pelota parada- lo llenó de energía a Atlético. Pero se quedó sin piernas River y Gallardo volvió a demorar demasiado los cambios. El partido le pedía a gritos refrescos y recién a los 30 minutos realizó las primeras modificaciones.