Entre mayores y juveniles, las dos potencias sudamericanas se enfrentaron en once finales y los brasileños se quedaron con siete.
Los seleccionados de Argentina y Brasil definirán este sábado en el mítico Maracaná al campeón de la Copa América. La rivalidad, una de las más tradicionales del mundo, tiene en su estadística cuatro enfrentamientos a nivel de seleccionados mayores en partidos decisivos y otros siete por categorías juveniles y Juegos Panamericanos. Las dos máximas potencias futbolísticas del continente reeditan un clásico con un título en juego. A continuación, todas las finales entre los albicelestes y el Scratch.
La última victoria trascendente, por un oro panamericano
En 2003 se disputaron los Panamericanos de Santo Domingo, una competencia que tanto Brasil como la Argentina eligieron como banco de pruebas para el Mundial de ese año, que terminaría ganando el equipo verde y amarillo. Ambas selecciones fueron con equipos Sub 20, aunque la Argentina tuvo dos “mayores”: Alejandro Alonso (Huracán) y Alexis Cabrera (San Lorenzo). La final, disputada ante 16 mil personas y en medio de la lluvia, se decidió con un gol de Maximiliano López, delantero de River que aún hoy sigue activo.
Fue la única jugada de ataque del equipo comandado por Miguel Ángel Tojo, ya que el entrenador principal, Hugo Tocalli, estaba con la Sub 17 en el Mundial de la categoría, en Finlandia. En aquel partido decisivo, Argentina como gran figura en el arco a Gustavo Eberto, entonces arquero de Boca, quien fallecería el 3 de septiembre de 2007 a consecuencia de un cáncer testicular. El equipo argentino, consagrado campeón sudamericano, no tuvo en República Dominicana a Fernando Cavenaghi, quien se convertiría en el goleador del conjunto albiceleste en el Mundial de Malasia de ese año.
Las cuatro finales de mayores
El historial favorece a Brasil por 3-1. Los últimos tres partidos decisivos en torneos ecuménicos quedaron de su lado: las Copas América de 2004 y 2007 y la Copa Confederaciones de 2005. El único triunfo argentino data de 1937, que el equipo albiceleste obtuvo luego de imponerse por 2-0 en la final, jugada en el Gasómetro. Vicente de la Mata anotó ambos goles del equipo argentino en tiempo suplementario en la primera final de un torneo continental entre ambas potencias.
La primera final entre argentinos y brasileños ni siquiera estaba contemplada por el reglamento. En 1937 no había Copa América, sino Campeonato Sudamericano de Selecciones. Y los torneos se definían por puntos, luego de jugar partidos en el formato todos contra todos. No se contemplaba la herramienta de la diferencia de gol para desempatar. Pero la Argentina y Brasil ganaron cuatro partidos y perdieron uno, por lo que igualaron en la primera colocación con ocho puntos. Así, hubo que organizar un partido para definir al campeón. Vicente de la Mata, un niño prodigio de apenas 17 años que ingresó desde el banco de suplentes al comienzo del segundo tiempo en reemplazo de Roberto Cherro, rompió la paridad. Una curiosidad: el torneo se comenzó a jugar a fines de 1936 y se resolvió en 1937. Y un segundo dato de color: la Argentina venció dos veces a Brasil (por la fase regular, y en la final) en el mismo estadio, el Gasómetro, y con el mismo árbitro: el uruguayo Aníbal Tejada.
Tres derrotas al hilo
Después, la Argentina y Brasil no volvieron a enfrentarse en finales por casi 70 años. Hasta que llegó la Copa América de 2004. De un lado, Marcelo Bielsa como entrenador. Del otro, Carlos Alberto Parreira. La sede, el estadio Nacional de Lima. Hubo dos goles en el primer tiempo: de un lado, Christian “Kily” González de penal. Del otro, Luisao. En el segundo tiempo, y a tres minutos del final, una volea inolvidable de César Delgado parecía darle el triunfo a la Argentina. Pero en la última pelota, la defensa albiceleste se desconcentró y Adriano hizo su trabajo en el área. 2-2, definición por penales y, más tarde, 4-2 para Brasil desde los doce pasos.
Aquel fue el “día más feliz” en la vida de Adriano, el goleador brasileño también bautizado “Emperador”. “Solamente habíamos empatado, pero sabíamos lo que pasaría en los penales y así fue”, escribió el futbolista brasileño en The Players Tribune. Y agregó, evocando aquella final inolvidable: “Éramos los campeones. Argentina no lo fue. Ganar así a Argentina, para mi país, con mi familia mirando, probablemente fue el día más feliz de mi vida. ¡El chico de las malditas favelas!”, recordó el delantero, criado en uno de esos barrios populares de Río de Janeiro. Y se preguntó: “¿Cómo no pensar que Dios había bajado su mano del cielo para tocar mi vida? Esa es una lección para todos. Porque sin importar quién seas, podés estar en la cima del mundo; podés ser el Emperador”.
Un año después, y en la antesala del mundial de Alemania, la Argentina y Brasil llegaron al partido decisivo de la Copa Confederaciones. Con el Waldstadion de Frankfurt como escenario, la Brasil de Parreira volvió a dejar sin nada a la Argentina, ya dirigida por José Néstor Pekerman, quien renunciaría tras los cuartos de final del mundial del año siguiente. No hubo equivalencias en el marcador: Brasil llegó a estar 4-0 con los goles de Adriano (2), Kaká y Ronaldinho. Descontó Pablo Aimar, quien a los 11 minutos del segundo tiempo había ingresado en lugar de Esteban Cambiasso.
Ese día, la Argentina volvió a tropezarse con el fantasma de Adriano, que puso a los suyos de cara al título con dos goles, sin que la defensa argentina pudiera contenerlo. El equipo albiceleste, dirigido por José Néstor Pekerman, había tenido una muestra gratis de lo que podía pasarle si enfrentaba a delanteros picantes y con gol en el mismísimo predio de Ezeiza y antes de viajar a Alemania para el torneo, que funcionaba como un aperitivo del mundial. Fue en un partido contra los sparrings, futbolistas juveniles que integraban la Sub 20 o la Sub 17. En uno de esos partidos, Facundo Quiroga y Gabriel Milito quedaron pagando ante la desfachatez de un delantero que los pasó como postes y convirtió ante la salida de Leonardo Franco, el arquero. A ese juvenil goleador lo sacaron de la práctica, para evitar un mal mayor. Era un tal Sergio Kun Agüero, y la anécdota integra su biografía.
Dos años más tarde, ambos rivales volvieron a enfrentarse en el partido decisivo de la edición 2007 de la Copa América, disputada en Venezuela. En el debut de Messi, el equipo dirigido por Alfio Basile llegaba de la mejor manera al partido decisivo frente al otro equipo poderoso del continente. Pero ese día, en el estadio José Encarnación Romero, de Maracaibo, a la Argentina le salió todo mal y cayó sin atenuantes, por 3-0. Julio Baptista, Roberto Ayala en contra y Dani Alves sentenciaron la historia en favor del conjunto dirigido por Dunga y capitaneado por Gilberto.
Aquella final de Venezuela fue el primer trago amargo frente al rival de toda la vida que recibió Lionel Messi. Brasil comenzaba a erigirse como bestia negra de la Argentina en los partidos decisivos, un lugar que en la década siguiente tomaría Chile al levantar las Copas América de 2015 y 2016 (Centenario). Argentina llegaba al partido decisivo luego de florearse ante todos sus rivales. Era “el” candidato a quedarse con el torneo continental y terminar con una sequía que había comenzado en 1993. Brasil, dirigido por Dunga, llegaba a los tumbos y sin muchas de sus principales figuras. Sin embargo, al equipo dirigido por el Coco Basile le pasó de todo, incluido un gol en contra de Roberto Fabián Ayala, que más tarde anunciaría su retiro del fútbol internacional. El Ratón, tanto como Messi, es otro de los que buscará revancha en 2021: es uno de los ayudantes de Scaloni.
Las finales de juveniles
La Argentina y Brasil se enfrentaron en dos partidos decisivos de mundiales Sub-20, la categoría reina del semillero. El mundial de México 1983 tuvo a las dos potencias sudamericanas en el partido decisivo: se impuso el Scratch 1-0 con gol de Geovani, de penal, a los 31 minutos de juego. Pero la Argentina se tomaría revancha con creces. En 1995, el equipo dirigido por José Néstor Pekerman daría la nota al derrotar a los brasileños por 2-0 en la final, jugada en el estadio Khalifa de Doha (Qatar). Leonardo Biagini y Francisco Guerrero convirtieron los goles. Fue el comienzo de una generación de oro, que nutriría al equipo principal durante la década siguiente. José Néstor Pekerman, en el entrenador, sería más tarde DT de la mayor y llegaría hasta los cuartos de final del Mundial de Alemania, en 2006.
Además, hay un sudamericano Sub 17 que se dirimió entre ambas potencias: fue en Chile 2009. Argentina y Brasil igualaron 2-2 en Iquique. Leandro González Pirez y Esteban Espíndola convirtieron para el combinado albiceleste, mientras que Zezinho y Philippe Coutinho anotaron para el Scratch. La final fue a penales y allí los brasileños se impusieron por 6-5.
Entre los Sudamericanos Sub 15 hubo tres ediciones que se resolvieron con el clásico de las Américas: 2005, 2017 y 2019. Brasil se quedó con dos (2005 y 2019), mientras que la Argentina obtuvo una: la de 2017, disputada en el estadio Bicentenario de San Juan, y con Pablo Aimar y Diego Placente en el banco de suplentes como dupla técnica.
Ese partido decisivo comenzó a poner los reflectores sobre los “Pekerman Boys” como futuros entrenadores de la mayor. La Argentina de Aimar y Placente perdía por 2-0 contra Brasil a los dos minutos del segundo tiempo. Sin embargo, dieron una muestra de carácter y revirtieron el resultado, ante la mirada del presidente de la AFA, Claudio Tapia, sanjuanino de nacimiento. De yapa, fue la primera vez que la Argentina consiguió el título en este torneo, que se disputa recién desde 2005.
Así, el resumen de las finales entre Argentina y Brasil arroja el siguiente balance: una victoria argentina y tres derrotas entre los mayores, y tres triunfos y cuatro caídas en los partidos de seleccionados juveniles. En total 11 finales, cuatro triunfos y siete derrotas.