SANTA FE.- Igualaron 0-0 en Santa Fe; el Sabalero (con 17 intentos) mantiene el liderazgo en la Zona 1 y el equipo rosarino (con 10 disparos) no puede despegar de la mitad de la tabla; el Pulga Rodríguez se hizo respetar ante las ganas de Ferreira ante un tiro libre: “Pateo yo”
Colón y Rosario Central jugaron un partido con algunas emociones sobre el final, pero empataron 0-0 en el estadio Brigadier Gral. Estanislao López, por la jornada 6 de la Copa de la Liga Profesional, 2021/2022.
El Sabalero dejó los primeros puntos en el camino, aunque sigue al frente de las posiciones en su zona. Este domingo no pudo ser de triunfo. Pese a las emociones en el descuento, desde el juego el partido fue de los menos interesantes de los últimos meses. Claro que el equipo de Eduardo Domínguez no fue el único responsable. También el conjunto rosarino aportó lo suyo.
Lo mejor del partido
Colón se fue masticando bronca porque recién se acordó de intentar cambiar su suerte en los minutos finales. Pero eso no fue suficiente. Central no fue mejor. Esperó lo que podía hacer su rival y en el escaso espacio que le dejó Colón no supo aprovecharlo. Los dos, quizá por vergüenza deportiva, se animaron a intentar algo diferente en los minutos finales. El local tuvo dos ocasiones para definir, en los pies de Farías y Leguizamón, pero falló el tiro del final. También Burián evitó el éxito visitante. El resto fue para el olvido.
La etapa inicial fue lo más intrascendente que mostraron dos equipos con intenciones serias, intenciones que supieron muchas veces superar pasajes débiles de sus líneas. Los dos equipos buscaron poco, no tuvieron ideas y mucho menos ambiciones para resolver las pocas situaciones que generaron en las áreas del adversario.
Los problemas estuvieron repartidos. En Colón, el “Pulga” Rodríguez se perdió en la intrascendencia, quizá porque le faltó compañía en la creación. Poco aportaron los laterales (Eric Meza y Gonzalo Piobi) y los volantes se fueron apagando. Sin esos argumentos, el sabalero se volvió lento, intrascendente. Y le facilitó el trabajo a Central, que tampoco tenía demasiadas ideas para aproximarse a Leonardo Burián. Rafael Sangiovani intentó más de lo que resolvió, y arriba Emiliano Vecchio intentó pero lejos de Patricio Cucchi y Marco Ruben.
Esa intrascendencia ofensiva fue también el resultado del escaso atrevimiento que mostró el conjunto rosarino. Colón no pudo salir de este entretejido y se sumó al desconcierto general.
Fue un tiempo para el olvido, de un nivel cercano a la mediocridad, donde no hubo nada para rescatar, ni individual ni colectivamente. Casi no hubo explicaciones para justificar tanta falta de ideas. Y es cierto, cuando los que saben no gravitan, los equipos son anodinos. Y el cotejo intrascendente.
Los que creyeron que el complemento podría ser diferente, se equivocaron. Central seguía ordenado pero con escaso peso ofensivo. Marcos Ruben siguió perdido entre los centrales y los laterales se fueron alejando del área rojinegra. Mauricio Martínez perdió presencia para abastecer a los delanteros y entró a preocuparse más por acercarse a Brown que a Burián. El resto dependía de lo que pudiera generar Vecchio, otro que se fue apagando.
Colón tampoco se desordenó pero al igual que su adversario tuvo desplazamientos lentos, sin sorpresa. Por eso los defensores rivales se sintieron cómodos. Leguizamón siguió esperando lejos de Brown y Cristian Ferreya siempre impresionó más de lo que concretó. A ello se le sumó que Yeiler Góez no disimuló la ausencia de Aliendro y entonces todo se complicó en la generación de un fútbol más dinámico, más resolutivo.
Cristian Ferreira, que llegó a préstamo de River, en un momento le pidió patear un tiro libre al Pulga Rodríguez, pero el veterano delantero se hizo respetar: “Lo pateo yo”, así fue y encima Ferreira al instante fue reemplazado.
El resultado conformó a ambos, aunque lo que mostraron fue muy poco, un rosario de imprecisiones. La semana no fue la mejor para el sabalero: fue eliminado por Argentinos por la Copa Argentina y ahora dejó puntos que podrían servir para respaldar una gran campaña. Central sigue intentando cambiar su suerte. Aporta poco para lograrlo.