Central sigue sin marcar presencia como visitante. El flojo empate con Barracas es un capítulo repetido de su historia en la liga, donde ganó una sola vez.
Las dos caras de la luna. Una iluminada por el sol, la de local que brilla en el Gigante. La otra envuelta en la sombra, la de visitante, la que se vio de nuevo en la cancha de Barracas Central. Esta parece ser la imagen dual repetida de Central en lo que va de la actual Liga Profesional. Ante el guapo volvió a nublarse, a confundirse, a ser inofensivo. Más allá del 0 a 0 que le valió sumar un nuevo punto para las tablas coperas. Desde el juego no hubo nada para ponderar. Sigue perdido y desorientado lejos de casa.
Barracas Central, sin subestimar a ningún rival, era ideal para animarse a más. Para que el campañón que está haciendo el canalla tenga otro paso al frente, para aprobar la materia de la rebeldía de visitante y para dar la talla de protagonismo en campo ajeno.
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Pero nada de eso ocurrió. Claro que no es lo mismo empatar que perder. Pero Central nunca se creyó que podía ganarle a Barracas y allí estuvo el principal déficit del equipo de Russo. No se animó a pisar el acelerador ante un rival muy precario y que hasta se le animó a incomodarlo.
Y no es la primera vez que le pasa. Para muestra valen las últimas tres visitas. Donde se midió con rivales que no son temibles de antemano.
Fue al José Amalfitani y ante un Vélez en crisis, en el que luego se terminó yendo el Tigre Gareca, no pasó del cero a cero. También en una actuación discreta del canalla.
Después le tocó la excursión a Banfield y en el sur del Gran Buenos Aires la pasó muy mal ante el taladro. Otro equipo que llegaba a los tumbos lo complicó y lo venció 2 a 0, en otra actuación individual y colectiva decepcionante de la tropa de Miguel. Y llegó el turno de visitar a Barracas Central, con la ilusión de sacudirse la modorra fuera del Gigante. Pero otra vez la puesta en escena fue fallida. Más allá del punto, el juego no estuvo ni cerca de parecerse al de local. Así la única victoria afuera ante Huracán es muy poco. Ahí está la deuda de Central en el marco de una campaña arrolladora ante su gente en Arroyito.
