Con goles de Gino Peruzzi y Néstor Ortigoza –de penal-, los de Paolo Montero mantuvieron el invicto; en Boca, más allá de la caída, aplauden el esfuerzo y empiezan a apuntar algunos nombres.
Tras las constantes negativas de la Liga Profesional de posponer el encuentro, al menos, 24 horas, los chicos de Boca se volvieron a esforzar ante un elenco de Primera, nada menos que San Lorenzo. Y si bien les faltó generar peligro, volvieron a dejar buenas sensaciones pese a la derrota: en la Bombonera, el Ciclón se impuso 2-0 con goles de Gino Peruzzi y Néstor Ortigoza, de penal, y las siete unidades lo ubican parcialmente puntero. En el local volvieron Edwin Cardona y Frank Fabra, de flojos desempeños.
Comenzó picante el clásico. La presencia de los chicos no le quitó el fuerte condimento que siempre tiene este enfrentamiento. Claro, Boca le sumó experiencia con los retornos de Frank Fabra al lateral izquierdo (por Valentín Barco) y Edwin Cardona (por el desgarrado Ezequiel Almirón). Justamente, el volante colombiano discutió con Néstor Ortigoza y el partido elevó su temperatura. Enseguida, Federico Gattoni fue a buscar una pelota alta por encima de la cabeza de Gabriel Vega y se armó el tumulto. De ese tiro libre, en la puerta del área, Boca tuvo la primera chance: Cardona ejecutó algo desviado cerca del ángulo.
Los juveniles xeneizes volvieron a mostrar el carácter para igualar futbolísticamente un encuentro que -en la previa- parecía inclinado a San Lorenzo. Las tres infracciones de Yeison Gordillo al volante Vega, antes de los 10 minutos, lo hacían notar. No obstante, una mala salida del local le dio la oportunidad al Ciclón de su primera chance, por demás peligrosa: Óscar Romero asistió a “Uvita” Fernández con espacios en el ataque y éste remató de zurda al palo derecho de Agustín Lastra.
Germán García Adrasti – POOL ARGRA
Sin embargo, la primera emoción de la noche fue a favor del elenco azulgrana. A los 30 minutos, la ley del ex fue aplicada: Ángel Romero cuidó la pelota al extremo sobre la línea de fondo y, al momento justo, sacó un centro al segundo palo que pasó por detrás de todos, menos de Gino Peruzzi, que cabeceó al fondo del arco de Lastra. De todas maneras, el duelo mantuvo su intensidad y su pierna fuerte: los chicos no se sintieron menos y no negociaron la actitud. De los pies de Ortigoza y los hermanos Romero salió lo mejor del equipo parcialmente victorioso, pero las diferencias no se notaron -al menos- hasta el término del primer tiempo.
Battaglia activó los cambios. Por un lado, para evitar el desgaste de estos chicos que están poniéndole la cara una circunstancia excepcional. Por otro lado, para corregir cosas. Así, mandó a la cancha a Érik Bodencer en lugar de Israel Escalante y a Barco en lugar de Fabra, que -como acostumbra- volvió a salir en la foto de un gol rival, cuando Peruzzi le ganó la espalda por distraído.
No obstante, lo planeado se esfumó muy rápido. Antes del minuto del pitazo de Fernando Echenique para iniciar la segunda mitad, Julián Palacio ganó el espacio a las espadas de los centrales y Lastra le cometió penal por inexperto y, por ende, apurado. Ortigoza se hizo cargo y con su particular efectividad su derechazo fue al ángulo izquierdo del arquero juvenil.
A San Lorenzo no le molestó en absoluto que el Boca juvenil manejara la pelota lejos del arco de Torrico. Así, mantuvo su formación con una postura de espera, aguardando algún error para salir despedido al contragolpe. El aporte ofensivo de Barco le dio algo más de claridad al ataque boquense con respecto a los minutos que disputó Fabra. De hecho, fue él quien recibió abierto como un extremo y lanzó un centro preciso para la entrada en el segundo palo del otro lateral, Eros Mancuso: la ansiedad del gol llevó a que su cabezazo fuera ejecutado de pique al suelo y por encima del travesaño, a los 18 minutos del complemento.
A los 23 minutos, Battaglia decidió la salida del experimentado que quedaba en el campo: Juan Pablo Cabaña reemplazó a Cardona, que fue perdiendo la sintonía con los compañeros durante el segundo período. A su vez, la ilusión de los chicos de marcar un primer gol en Primera le restó peligro al conjunto azul y oro: Bodencer tuvo ataques con posibilidad de pases, pero eligió la personal, algo que ya había repetido Taborda en los 45 minutos iniciales y generó varios retos del entrenador. Entendible, igualmente, la carga emocional de estas oportunidades de mostrarse.
El partido, entonces, se dedicó a mantenerse en esa tónica. A San Lorenzo le sobró desde el marcador, mientras que Boca empujó, pero no complicó. Algo lógico, claro. Se terminó la necesidad de la utilización de los más jóvenes: ante Talleres, en Córdoba, Miguel Ángel Russo volverá con su principal plantel. No obstante, quedan apellidos bien resaltados para potenciar el futuro del xeneize.