Boca está feliz. A cuatro días de jugar la revancha en Vila Belmiro, ante Santos, por un lugar en la final de la Copa Libertadores, el equipo de Miguel Ángel Russo cosechó una enorme satisfacción que lo llena de confianza antes de viajar a Brasil: igualó con Argentinos 2-2, en La Paternal, dejó otra vez en el segundo puesto a River por su derrota ante Independiente (2-0), y espera conocer este domingo al ganador del grupo B de la Zona Campeonato con el que se topará en la final de la Copa Diego Maradona, el domingo 17 en San Juan.

Vestido totalmente de azul, con la indumentaria que conmemora los 20 años que se cumplieron del triunfo 2-1 sobre Real Madrid, en Japón por la Copa Intercontinental, Boca tuvo la novedad de la titularidad de Eduardo Salvio, un titular indiscutido más allá de los altibajos que está sufriendo y que todos adjudican a un ánimo caído por problemas familiares: quizás, de cara a la revancha con Santos en Vila Belmiro, desde ahí se explica su presencia en el estadio Diego Armando Maradona.

Recién a los 7 minutos el xeneize pudo pasar al campo rival. Y es que Argentinos intentó apretarlo contra su arco desde el comienzo, exigiendo a la defensa y rematando a través de Diego Sosa por encima del travesaño. Era todo un aviso: a los 9 minutos, Gabriel Hauche desbordó y tiró un centro que encontró el derechazo a quemarropa de ese volante que, esta vez, jugó unos metros adelantado por la banda izquierda.

Sosa y la apertura del marcador

Con la desventaja, el equipo de Russo se despertó y empezó a tener el dominio de la pelota. A manejarla de derecha a izquierda y viceversa, con un Edwin Cardona que empezó a retrasarse para organizar. Argentinos, en tanto, empezó a achicar más los espacios con el adelantamiento de su última línea. Sosa, definitivamente, era un delantero más en la presión y, contrariamente, Hauche fue un volante por derecha con mucho sacrificio.

Pero Boca empezó a moverse. Volantes y atacantes comenzaron a notar que para encontrar esos huecos que los de Diego Dabove querían impedir. Y fue de esa manera cómo el colombiano se acercó a la verticalidad de Emmanuel Mas para tomar contacto una vez más y mostrar una de sus clásicas pinceladas: a los 24, bombeó la pelota al área y encontró la definición de primera de Mauro Zárate que venció las manos de Lucas Cháves: el ex atacante de Vélez no convertía desde el 3 de noviembre de 2019, en el 5-1 a Arsenal.

El empate de Mauro Zárate

Una ráfaga de sensaciones. Porque no solo Boca se tranquilizaba a partir del 1-1, sino que recibía una gran noticia en simultáneo: Alan Velasco había puesto en ventaja a Independiente y ponía parcialmente a River en el segundo puesto. Eso, a su vez, activaría a Argentinos, que con ese resultado solo debía ganar el partido y no depender de nadie más.

A los 33 estuvo cerca por un tiro libre de Miguel Torrén que impactó en el ángulo derecho de Agustín Rossi. Pero así como el local tuvo la suya, también la visita desperdició la posibilidad de la ventaja: cuatro minutos después, tras un remate flojo de Ramón Ábila, Salvio tomó el rebote y se perdió un gol increíble pese a que el arquero no ofrecía resistencia.

No obstante, se replicaron las emociones en La Paternal y en el estadio Florencio Sola, de Banfield: mientras que a los 40 se producía un nuevo gol de Velasco que ponía 0-2 a River, un minuto después Fernando Espinoza sancionaría penal a favor del xeneize por la mano de Carlos Quintana. Era la oportunidad de poner más fuerte uno de los pies en la final, pero Wanchope se resbaló al ejecutarlo y la tiró por encima del travesaño.

El segundo tiempo comenzó de una manera más ordinaria. Quizás, esperado a partir de que ambos debían buscar la victoria para asegurarse el pasaje a la final. Lucharon, estuvieron imprecisos y subieron las infracciones. Sin embargo, al cuarto de hora, Wanchope mostró por qué es un delantero que suele coquetear entre el amor y el odio.

Tras su fallo en los doce pasos, que Boca pensaba podía lamentar más de la cuenta, se encargó de ponerle algo de belleza a ese momento tan trabado del duelo: aprovechó el error de Franco Ibarra, que la tocó hacia atrás sin observar al delantero cordobés, desparramó a Chaves, engañó ante la desesperación de Torrén por cerrar con una barrida y puso el 2-1 con el arco a su merced.

La exquisita definición de Ramón Ábila

Obligado a convertir dos goles para volver a estar arriba en el marcador, el Bicho empezó a arremeter con mayor agresividad contra el arco de Rossi. No con chances claras, pero sí con mucha movilidad y tres ingresos al mismo tiempo, a los 68, que incluyeron a Elias Gómez, el lateral vertical que es un pilar en el equipo de Dabove (Pucheta y Coronel fueron los otros). No obstante, eligió el camino de los centros, un método que no le resultó demasiado.

Boca dispuso de espacios, pero no los supo aprovechar a partir de las constantes decisiones equivocadas. Salvio no pudo hacer la diferencia y sigue demostrando que su nivel está bastante bajo, una realidad pesimista pensando en el miércoles. Por eso, a los 21 del segundo tiempo, Russo decidió su salida para que Sebastián Villa le aporte aquello que Toto no le estaba dando.

Sin embargo, como se preveía, Argentinos necesitó de otra cosa para lograr el empate que lo volvió a llenar de ilusión: otra vez optó por atacar con un centro, pero el rechazo de cabeza de Mas hacia el centro del campo quedó picando para que Fausto Vera, a falta de tres minutos, sacudiera de media distancia y la colocara en el costado derecho del arco de Rossi.

El empate de Vera que puso en suspenso el pasaje a la final

Se venía el envión del local para intentar conseguir la épica. Sin embargo, enseguida, el estadio sufrió un corte de luz que tuvo el juego detenido durante cinco minutos. En el reinicio, de todas maneras, se posicionó en el campo del rival y mantuvo en vilo el resultado. Intentó con un tiro libre del autor del empate, pero se fue desviado. Y poco más pudo hacer para cambiar el resultado. Espinoza indicó el final y Boca, antes de saber si estará presente el 30 de enero en el Maracaná, ya se aseguró tener por delante la final del 17 de enero y la posibilidad de levantar un nuevo trofeo nacional.

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