Al exlateral derecho, que debutó como entrenador de Primera el sábado pasado, lo acompañan Leandro Gracián y Roberto Pompei; “Han pasado cosas que le dan de comer a los medios, se disfruta mucho”, dijo por radio Riquelme, el gran ausente.
En medio de los convulsionados días que vive Boca desde la derrota ante Corinthians, que lo marginó de la Copa Libertadores en octavos de final, Hugo Ibarra fue confirmado como DT interino de Boca, al menos hasta diciembre.
La novedad es que en ese triunvirato que el Consejo de Fútbol determinó como sucesor de Sebastián Battaglia habrá un cambio. Sale Mariano Herrón y entra Roberto Pompei. Leandro Gracián sigue.
En menos de 30 minutos, los hombres que tomaron la palabra en la Bombonera se contradijeron de una manera asombrosa. “Boca no espera”, dijo Ibarra. “Nos vamos a tomar todo el tiempo del mundo para buscar un DT”, afirmó Jorge Bermúdez un rato después. “Ibarra no es temporal. Es el DT de Boca”, aseguró más tarde Jorge Ameal.
Todo suena a una decisión improvisada, en donde la salida de Herrón puede interpretarse como un gesto del CdF para descomprimir una relación con el plantel, que hoy está quebrada. Todo terminó de romperse el viernes, cuando el trinomio que sucedió a Battaglia decidió marginar del partido con San Lorenzo al capitán Carlos Izquierdoz. Acto seguido, no fue casual que Marcos Rojo fuera a abrazar al Cali luego de marcar el 1 a 0.
“Estoy muy feliz. Contento. Quiero muchísimo a este club, todos lo saben. Me ha dado muchísimo. Como jugador dejé todo, hasta la última gota de transpiración. Es un desafío importante estar al frente de este equipo y estoy muy feliz”, fueron las primeras palabras del formoseño, el único del trinomio que tuvo la palabra.
Acerca de la llamativa salida de Izquierdoz del equipo, Ibarra fue escueto y lo consideró “una decisión técnica”. A continuación, le tiró flores a los jugadores: “Tenemos el mejor plantel del fútbol argentino para mi gusto y en el club más grande del mundo. Todo lo que quede por jugar, lo tenemos que ganar. Nos tenemos que mentalizar de esa manera”.
Al mismo tiempo, minimizó la actuación del sábado ante San Lorenzo: “Nosotros tomamos un día antes al plantel y al equipo. Sin dudas que estaba golpeado por haber quedado eliminado de la Libertadores. A nosotros nos tocó en alguna oportunidad. Y ellos saben que en este club no se puede estar dolido más de un día. Hay que dar vuelta la página. Boca no espera. Hemos pasado por esa situación y hay que reponerse lo más rápido posible”.
Ameal explicó que el vínculo es hasta diciembre porque allí ambas partes harán la evaluación pertinente y analizar los pasos a seguir. A casi un año del arribo de Battaglia, el Déjà vu es evidente.
Al mismo tiempo, Jorge Bermúdez afirmó: “Hay una enorme conviccción de que estamos haciendo las cosas bien. Queremos tomarnos el tiempo para poder tomar la decisión para el futuro, y estamos seguros de que esta decisión es la mejor para este momento. Ellos tienen todas las condiciones para realizar un gran trabajo”.
Sobre la gestión de Battaglia, el Patrón destacó: “Vamos a estar siempre muy agradecidos por el gran trabajo que hizo Sebastián con el plantel. Le vamos a agredecer siempre su respeto y profesionalismo. Para muchos no era el técnico del momento para Boca, y gracias a Dios salió campeón dos veces y lo disfrutó. Es nuestro amigo, esta es la institución que lo vio nacer, crecer, ser el hombre más ganador de la historia y DT. Siempre agradecidos”.
El vínculo entre el plantel profesional y el Consejo fue tenso casi desde el comienzo. Pero la escalada final comenzó el lunes, donde hubo una reunión caliente vinculada con los premios de la Copa Libertadores.
Al día siguiente, la lapidaria frase de Darío Benedetto antes de salir a jugar contra Corinthians: “Vamos a demostrarle a estos hijos de puta, que ayer nos dijeron que somos perdedores, que nosotros somos ganadores”. El insulto, que en ese momento parecía apuntado al rival brasileño, a los dos días se supo que era para los integrantes del Consejo.
El miércoles por la noche Boca anunció el despido de Battaglia, técnico que tenía el apoyo generalizado del plantel. y el viernes, un día después de que se anuncie a Ibarra como interino, se conoció que el capitán Izquierdoz perdía la titularidad ante San Lorenzo.
Una conferencia improvisada
– Yo señor? No señor.
– ¿Pues entonces quien lo tiene?
Como aquel juego infantil en donde nadie tenía claro quién tenía el Gran Bonete, a las 11 en Boca no sabían quién había convocado a la conferencia de prensa de este mediodía. Tampoco quién hablaría. De hecho, Jorge Ameal habría mandado a preguntarle a los hombres de su confianza exactamente lo mismo, para interiorizarse del contenido de la misma.
El doble comando quedó otra vez en evidencia. Los responsables de la comunicación oficial del club de la Ribera se enteraron por televisión que desde Ezeiza habían citado a los medios para las 12.30 en la Bombonera.
Una hora antes de que alguien de la dirigencia enfrente a los medios, Juan Román Riquelme habló en Radio 10, espacio de confianza donde su afinidad con Jorge Rial queda en evidencia.
“Tenemos 18 meses que, bueno van a molestar bastante. Hay que tener paciencia, no pasa nada. Las cosas van bien, tomamos las decisiones que hay que tomar con calma y mucha seguridad, estamos para eso”, inició Riquelme sus dichos. Y agregó: “Está clarísimo que han pasado cosas que le están dado de comer a los medios, pero está bien. Se disfruta mucho”.
Fuente:Pablo Lisotto LA NACION – Fotos: Fabián Marelli – LA NACION – Mauro Alfieri – LA NACIÓN – Fotobaires – LA NACION Deportes