MAR DEL PLATA.- Brazalete negro en los brazos. Remera con la foto en el pecho. En el centro del campo la camiseta 18, que será eterna. Y el sentido minuto de silencio compartido con los rivales. Todo recuerda a Santiago Morro García, que decidió irse para siempre hace poco más de una semana. Y al que sus ex compañeros de Godoy Cruz homenajearon en la cancha de la mejor manera: victoria ante Aldosivi y festejos de goles con todos los jugadores abrazados, con dedos, miradas y sonrisas que apuntaron al cielo. ¿Lágrimas? Claro, también, pero recién al final.

Un debut conmovedor para el equipo mendocino que inicia esta nueva copa luego de días de tragedia y conmoción. De impacto en lo más profundo de los sentimientos, pero también de plantarse frente al difícil momento para superarlo desde el juego y los goles.

Lo mejor del partido

Y cuando las dudas pasaba por la capacidad de respuesta frente semejante golpe, lo que dejaron los dirigidos ahora por Sebastián Méndez estuvo a la altura. Con el correr de los minutos, muy por encima de la propuesta con la que Fernando Gago estrenó su saco y camisa de director técnico. Pudo plasmar sobre el césped del Estadio Mundialista algunas buenas intenciones para un funcionamiento que esta primera vez tuvo más errores que aciertos. Para él fue debut y derrota.

El partido se definió en el complemento, cuando parecía que el local iba por algo más y Godoy Cruz encontró más claridad para afirmar y sostener algunas pinceladas interesantes, en particular en el tridente ofensivo que comparten Tesuri, Boullade y Badaloni.

Gago, que lleva menos de un mes al frente del plantel y apenas dispuso de un par de refuerzos, dio primeros indicios de su modelo. Pronto quedó a la vista el intento de juego con pelota al pie. Incluso desde la salida de arco propio, aun con riesgos. Salió bien la mayoría de las veces, y el técnico aplaudió. Pero cuando se falló casi le cuesta muy caro. Pocrnjic, con los pies y mano a mano ante Boullaude, se encargó pronto de reparar lo que sus compañeros de defensa habían complicado.

En los últimos cinco minutos llegaron los goles, en ambos con el arquero Espínola como protagonista. A favor, su fuerte saque de meta hasta el área rival. La defensa dejó que picara el balón, Schunke dudó ante la salida de Pocrnjic, y Boullaude, atento, metió la punta del pie para marcar con un remate alto y suave. Festejo y dedicatoria con brazos y mirada al cielo, en memoria del Morro García.

Y cuando Aldosivi parecía todo desconcierto, en la última jugada llegó el empate, con asistencia del debutante guardametas paraguayo. Cometió un error infantil cuando vaciló ante un muy largo tiro libre de Lodico que se le colaba por alto. Lejos de despejar con los puños, quiso tomar la pelota con ambas manos y ante el riesgo de caer con ella dentro del arco, la soltó. Era gol en contra. Se lo regaló a Andrada, que solo tuvo que empujar.

Los ajustes de Gago durante el entretiempo se tradujeron en el inicio del complemento en un equipo más decidido a atacar. Parado en campo rival, presionó diez metros más adelante pero no le alcanzó para hacer la diferencia que sí encontró Godoy Cruz. Tesuri peleó la pelota dos veces sobre la derecha, la segunda pisando el área grande. Y desde allí habilitó a Badaloni que, ante varios defensores, logró definir bajo, junto al palo izquierdo. Entonces más abrazos y ojos apuntando a lo más alto, con ex compañero goleador que se fue para siempre.

Hubo algo de apuro sobre el final con los intentos de Aldosivi, desprolijos pero sostenidos. Expuesto también a los contragolpes, arma que Godoy Cruz quiso aprovechar, pero se encontró siempre con un recompuesto Pocrnjic.

El triunfo mendocino fue una absoluta ofrenda a García. Así se valoró en la breve arenga del final que Méndez encabezó en el centro de un círculo formado por sus jugadores, todos abrazados. Unidos en el dolor. Ahora por fin en la alegría. Y en este homenaje que soñaban: un festejo, también para el Morro.

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