/Tour de Francia: Tadej Pogacar, el prodigio esloveno que ahora compite con Luka Doncic en popularidad

Tour de Francia: Tadej Pogacar, el prodigio esloveno que ahora compite con Luka Doncic en popularidad

El maillot amarillo no le cabe por el orgullo que infla su pecho. El deleite de la gloria se le escapa por sus ojos. Los pensamientos se le disparan en sonrisas infinitas al ver la multitud que lo ovaciona al pie del podio montado en los campos Elíseos. A los 21 años, Tadej Pogacar se convirtió en el campeón más joven de la historia del Tour de Francia, por detrás de Henri Cornet (1904). Nadie sabe qué tan grande puede ser su futuro, por lo pronto su éxito lo erigió en el nuevo héroe de ciclismo mundial y lo puso en carrera en una lucha con Luka Doncic, la joven estrella de la NBA, por ser el esloveno más popular en el mundo.

Los más grandes ciclistas de la historia fueron precoces ganadores, lideraron grandes equipos a temprana edad y ganaron el Tour antes de acumular un cuarto de siglo: el francés Jacques Anquetil a los 23, y su compatriota Bernard Hinault y el belga Merckx, a los 24 años. A los 21 años y 364 días, Tadej Pogacar se convirtió en el hombre menos longevo en consagrarse campeón de la carrera por etapas más importante del planeta, superando al colombiano Egan Bernal, ganador del Tour 2019 a sus 22 años y 196 días. «Mi sueño no era ganarlo sino correrlo, pero al final, claro, también soñé con que se podría producir una historia así», reconoció.

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Pogacar hizo su entrada triunfal en París en la 21a y última etapa, ganada en el sprint por el irlandés Sam Bennett. El joven esloveno representa, junto a los belgas Remco Evenepoel, Wout Van Aert y Mathieu Van der Poel y el suizo Marc Hirschi, a una camada de ciclistas dispuestos a borrar las barreras entre contrarrelojistas, sprinters y escaladores. Reúnen todas las cualidades técnicas y físicas que debe tener un ciclista completo. «Son jóvenes que llegaron al ciclismo siguiendo una pasión competitiva de ser los mejores, no son ciclistas por una necesidad económica; mentalmente están a otro nivel», explicó al diario El País de España, Iñigo San Millán, entrenador español que se encarga de la preparación del joven esloveno desde finales de 2018.

Pogacar, de 21 años, en la etapa final entre Mantes-la-Jolie y Paris; desde 1904 no había un ganador tan joven
Pogacar, de 21 años, en la etapa final entre Mantes-la-Jolie y Paris; desde 1904 no había un ganador tan joven Crédito: REUTERS / Stephane Mahe

Haciendo honor a su juventud y voracidad competitiva, Pogacar dejó constancia de lo que siempre debería ser el ciclismo: un deporte individual, donde gana el mejor porque es el que sube más rápido, el que sentencia en las contrarrelojes y el que salva el llano y las caídas sin contratiempos. Casi en soledad por las bajas que sufrió su equipo, se las ingenió para convertirse en la bomba de una carrera que durante 18 etapas marchó rumbo a Paris al ritmo que imponía Primoz Roglic y sus compañeros del poderoso equipo del Jumbo Visma.

La jornada del sábado, en la que sentenció su consagración, pasó a los anales del ciclismo por la demostración de fuerza y velocidad que brindó Pogacar. Pese a ser el tramo más exigente, el prodigio esloveno voló en la cronoescalada y relegó a su referente y amigo, Primoz Roglic, al segundo lugar de la clasificación general. Batió todos los récords, a más de 50 de media en los primeros 15 kilómetros, a 45,7 antes de llegar a la subida y los últimos 5,9 kilómetros se los devora en 16m11s, lo nunca visto para un Tour nunca visto.

Frente a la pirámide del Louvre el pelotón acompaña al campeón Pogacar
Frente a la pirámide del Louvre el pelotón acompaña al campeón Pogacar Crédito: CHRISTIAN HARTMANN / POOL / AFP

En las 21 etapas de la 107° realización, Pogi, como lo llaman su familia, tuvo tiempo de descubrir todas las sensaciones y los nervios que es capaz de causar la prueba reina del ciclismo mundial. Sufrió caídas, padeció pinchaduras y debió hacer un esfuerzo sorprendente casi en total soledad para descontar los segundos perdidos. Su cabeza es imprevisible, incontrolable. Corrió el Tour como un pibe de 21 años que tiene ganas de llevarse el mundo por delante, con alergia al pelotón cuando la montaña lo llamó y sin miedo al qué dirán si la cosa no sale bien. Así lo hizo en Laruns, cuando ganó la novena etapa, en el ascenso al Grand Colombier, en la decimoquinta, y en la contrarreloj del sábado, al sacarle 1m57 a Roglic.

En la previa, pocos fueron los que se atrevieron a poner a Tadej entre los máximos favoritos a ganar el Tour. Su condición de debutante tenía como premisa fundamental hacer experiencia y respaldar al italiano Fabio Aru, el líder de filas del UAE Team Emirates. Sin embargo, los contratiempos que obligaron a abandonar a Aru le abrieron la oportunidad para explotar sus propias cualidades, romper con todos los pronósticos y convertirse en el primer esloveno en ganar la ronda gala.

Vestido de amarillo, sonríe Tadej Pogacar, el esloveno que ahora competirá en popularidad con Luka Doncic
Vestido de amarillo, sonríe Tadej Pogacar, el esloveno que ahora competirá en popularidad con Luka Doncic Crédito: REUTERS / Stephane Mahe

Nadie sabe qué tan grande puede ser en la historia de ciclismo mundial. Tampoco qué le deparará el futuro profesional. Por lo pronto, el joven se dedica a reafirmar su potencial con triunfos. Desde que ganó tres etapas y se subió al podio en la Vuelta a España del año pasado, se dedicó a ser protagonista en cuanta competencia corrió en este extraño 2020: obtuvo la Vuelta a la Comunidad Valenciana, fue segundo en el UAE Tour donde ganó la etapa reina, se consagró campeón esloveno de contrarreloj, obtuvo un esperanzador 4º puesto en la última edición del Criterium del Dauphiné, se adjudicó tres etapas en actual la ronda gala y sumó tres maillots de líder (general, joven y montaña), una proeza que solamente había realizado, hasta ahora, el inmenso Eddy Merckx en 1969, 1970, 1971 y 1972.

Tamau Pogi, como aún lo llaman en su casa (‘pequeño Pogi’), comenzó en la bicicleta a los nueve años por la influencia de su papa Mirko, un ex ciclista profesional. Nació y se crió en la ciudad de Kodema, se formó en Italia, actualmente comparte la pasión por el ciclismo con su novia, Urska Zigart, que es campeona nacional de Eslovenia en la especialidad contrarreloj y por estos días disputó el Giro Femenino de Italia.

Con la bandera de su país, el esloveno Tadej Pogacar festeja su mayor triunfo
Con la bandera de su país, el esloveno Tadej Pogacar festeja su mayor triunfo Fuente: AP 

En Eslovenia, el ciclismo es uno de los deportes más populares junto al básquetbol, el fútbol y el esquí. No fue casualidad que dos sus máximos exponentes de las bicicletas Roglic, último ganador de la Vuelta a España, y Pogacar, el alumno, hayan atomizado la lucha por quedarse con el prestigioso maillot amarillo de la Grande Boucle. Tampoco es casualidad que hoy, en esa pequeña nación de algo más de dos millones de habitantes y una superficie similar a la provincia de Tucumán, la figura de Pogacar tenga el mismo protagonismo del basquetbolista de la NBA Luka Doncic, el máximo ídolo deportivo.

«Somos una nación muy competitiva y trabajadora, peleamos por cada oportunidad que tenemos. A mí, después de este Tour me mirarán distinto, pero no voy a dejar que me coma la presión», expresa Tadej, el nuevo talento que corre como los buenos y viejos ciclistas, esos que se mueven por instinto y que escalan con una soltura asombrosa.