En la empinada y frágil escalera que lleva a la gloria en el presente Tour de Francia, resulta imprescindible tener un buen equipo y trepar a paso firme los exigentes Alpes Franceses. Fiel a su estilo de escalador, el ciclista esloveno Primoz Roglic del Jumbo-Visma solventó el jueves sin sobresaltos la última etapa de alta montaña de la actual realización y quedó a tiro de añadir a su exitoso currículo la primera consagración en la Grande Boucle.
Con un promedio de edad de 30 años, con ciclistas rodadores en plena madurez y aplicando los métodos de dominio apabullante que años atrás practicaba el equipo Sky (hoy Ineos), la formación neerlandesa del Jumbo es una locomotora amarilla que a un ritmo de carrera asombroso lleva sin problemas a su líder de filas rumbo a los Campos Elíseos, de Paris, en una verdadera demostración de trabajo colectivo a lo largo de los 3145 kilómetros recorridos. «Nosotros queremos establecer un ciclismo total», explicó al diario francés L’Équipe Richard Plugge, el mánager del equipo, haciendo referencia al «fútbol total» concebido en década del 70 por el Ajax de Ámsterdam y la selección holandesa bajo el impulso de Johan Cruyff.
Lo exhibido en las 18 etapas por la formación del Jumbo lo convierten en la banana mecánica del ciclismo actual. No solo impone una táctica opresiva sobre la carrera, sino que también parece ser el dueño de la pelota y no deja que los demás la toque. No sueltan el potenciómetro, ese aparatito que llevan sobre el manubrio para controlar sus fuerzas; se saben de memoria todos los hábitos de los rivales y calculan al metro, al minuto, los relevos que tiene que dar cada uno del equipo para evitar ataques rivales.
El resumen de la etapa 18
😍Disfruta con la culminación del gran esfuerzo de @RichardCarapazM y @kwiato 🏅🏅
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— Tour de France ES (@letour_es) September 17, 2020
Ese trabajo estratégico de demolición que está materializado en el liderazgo de Roglic es producto de roles y jerarquías bien diferenciadas dentro de un equipo, que afronta la competencia reina del ciclismo con un presupuesto de 20.000.000 de euros. Detrás del andar del líder de filas, es fundamental el trabajo de los gregarios, esos ciclistas dispuesto a sacrificarse por su jefe, protegerlo y ayudarlo en los momentos duros (caídas o dificultades). Muchos firman contratos caros y están condenados a no festejar triunfos propios. Ser un gregario en el equipo inglés Ineos, el de mayor presupuesto del Tour (46 millones de euros), es mucho más redituable que ser la figura del equipo belga ByB Hotels-Vital Concep, que maneja un presupuesto de 9.000.000 de euros.