El belga Wout Van Aert fue el más rápido del viernes y Adam Yates sigue siendo el líder, un día antes de la subida a las montañas.
Un viento traicionero sopló este viernes en el Tour de Francia, cuya séptima etapa fue para el belga Wout Van Aert, quien logró su segundo triunfo parcial en esta edición, justo en la víspera de la llegada a los Pirineos de la carrera de ciclismo de ruta más importante del mundo.
En un día marcado por los abanicos provocados por el viento, varios favoritos al podio cayeron en la trampa, pero no así el británico Adam Yates, quien conservó el maillot amarillo como líder de la competencia.
El esloveno Tadej Pogacar (3º en la general de jóvenes), el español Mikel Landa (13º) y el australiano Richie Porte (15º) fueron algunos de los damnificados del día, cediendo más de un minuto y 20 segundos sobre los otros hombres fuertes del pelotón, en la víspera de la primera etapa por los Pirineos, entre Cazères-sur-Garonne y Loudenvielle (141 kilómetros).
Al igual que el ecuatoriano Richard Carapaz, al que la mala suerte y un incidente mecánico le hicieron perder tiempo.
Wout Van Aert, ganador de la etapa del viernes. Foto EFE
Ya ganador el miércoles en Privas, Van Aert, corredor del Jumbo de 25 años, se adjudicó su segundo triunfo parcial en el Tour 2020, el tercero en la ‘Grande Boucle’.
«Todo el mundo temía los abanicos. Al final gastamos muchas energías para estar bien colocados. Yo pasé todo el día junto a Primoz (Roglic). Es un buen día para el equipo. Varios pretendientes a la clasificación general perdieron tiempo», afirmó el ganador del día.
Ni Peter Sagan ni Julian Alaphilippe, desequilibrado cuando se metía en la lucha con Japser Stuyven, pudieron cuestionar la victoria de Van Aert. El corredor galo se mantiene al acecho para recuperar el maillot amarillo -le separan 15 segundos de Yates- en los Pirineos.
«Pocas veces vi una jornada tan rápida», apuntó el que fuera líder hasta la etapa del miércoles, cuando cedió el maillot amarillo por haber recibido una botella de agua en los últimos 20 kilómetros de la etapa. En efecto, los 168 kilómetros fueron recorridos a una media de 47,5 kilómetros por hora.
Adam Yates, con al maillot amarillo, Foto Reuters
El equipo Bora del eslovaco Sagan logró distanciar al resto de velocistas, entre ellos el irlandés Sam Bennett, portador del maillot verde. El belga Thomas De Gendt lo intentó en solitario. El equipo Ineos del vigente ganador de la ronda gala, el colombiano Egan Bernal, tomó entonces la iniciativa y dinamitó el pelotón a 35 kilómetros para meta, pero sin sorprender al resto de favoritos.
En la pelea por el triunfo de etapa, Van Aert fue el más fuerte en un grupo de unos 40 corredores. Superó al noruego Edvald Boasson Hagen y a los franceses Bryan Coquard (3º) y Christophe Laporte (4º) en un sprint sin los principales especialistas, cortados luego del tirón del Bora.
«Viví una etapa similar en 2013: tiramos toda la jornada para dejar atrás a los otros velocistas y gané. No así esta vez, pero estoy muy orgulloso de mis compañeros. No tuve suerte al sprint porque mi cadena se bloqueó un poco. Iba a rueda de Van Aert y me tuve que apoyar en alguien para no caer», confesó Sagan, en busca de llegar a París vestido de verde por octava ocasión, un récord.
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Con información de AFP