El Xeneize, que rotó su equipo titular, ganó 4-1, pero sufrió la igualdad parcial del Charrúa rosarino en el primer tiempo. Debutó Óscar Romero, con destacada actuación.

Ganó por el peso específico de sus nombres, por la jerarquía individual, pero le costó destrabar un partido que terminó en goleada recién en su desenlace. Y aunque avanzó a la siguiente fase de la Copa Argentina, a la espera de Ferro o J. J. Urquiza, el duelo ante el humilde Central Córdoba de Rosario (que milita tres categorías más abajo en Primera C) le dejó mucha tela para cortar al Boca de Sebastián Battaglia, en el medio de las turbulencias provocadas por el espeso clima interno.

Tendrá que rescatar el bautismo en alto nivel de Óscar Romero, un jugador que tiene un gran talento, que no pudo explotarlo en San Lorenzo y es una gran generador de juego. También, a Nicolás Orsini, que se destapó con dos goles, y al pibe Luis Vázquez, que había sido castigado por indisciplina.

Deberá preocuparse por el funcionamiento defensivo que colapsó por errores de los jugadores y desacoples en el retroceso. Dio muchas ventajas. Y el equipo rosarino, que participa del torneo de la Primera C, lo aprovechó en el primer tiempo, cuando estaba con las piernas frescas.

Battaglia hace de Boca un tubo de ensayo. Probó con el 4-3-3 en el arranque de la Copa de la Liga Profesional, pasó al 4-3-1-2 y anoche, en Córdoba, cambió casi todo el equipo. Con dos excepciones: Frank Fabra y Guillermo Pol Fernández.

El colombiano, expulsado ante Independiente, no podrá jugar el domingo ante Huracán. Su presencia entre los titulares se caía de madura. Pero había una razón para sostener al mendocino: el técnico buscaba juntarlo con Romero. Y el paraguayo liberó a Pol de la responsabilidad de corporizarse en el único lanzador.

Fue notable el primer tiempo del Mellizo. Dejó cuatro veces mano a mano a sus compañeros: dos a Orsini, una a Pol Fernández y otra a Eduardo Salvio. Matías Giroldi sólo no pudo con el ex delantero de Lanús, quien recibió del volante guaraní y sacudió su arco con un derechazo.

https://twitter.com/Copa_Argentina/status/1499181621563604992?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1499181621563604992%7Ctwgr%5E%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.clarin.com%2Fdeportes%2Fboca-vs-central-cordoba-copa-argentina-previa-formaciones-directo_0_qlpS2peANp.html

Ganó por el peso específico de sus nombres, por la jerarquía individual, pero le costó destrabar un partido que terminó en goleada recién en su desenlace. Y aunque avanzó a la siguiente fase de la Copa Argentina, a la espera de Ferro o J. J. Urquiza, el duelo ante el humilde Central Córdoba de Rosario (que milita tres categorías más abajo en Primera C) le dejó mucha tela para cortar al Boca de Sebastián Battaglia, en el medio de las turbulencias provocadas por el espeso clima interno.

Tendrá que rescatar el bautismo en alto nivel de Óscar Romero, un jugador que tiene un gran talento, que no pudo explotarlo en San Lorenzo y es una gran generador de juego. También, a Nicolás Orsini, que se destapó con dos goles, y al pibe Luis Vázquez, que había sido castigado por indisciplina.

Deberá preocuparse por el funcionamiento defensivo que colapsó por errores de los jugadores y desacoples en el retroceso. Dio muchas ventajas. Y el equipo rosarino, que participa del torneo de la Primera C, lo aprovechó en el primer tiempo, cuando estaba con las piernas frescas.

Battaglia hace de Boca un tubo de ensayo. Probó con el 4-3-3 en el arranque de la Copa de la Liga Profesional, pasó al 4-3-1-2 y anoche, en Córdoba, cambió casi todo el equipo. Con dos excepciones: Frank Fabra y Guillermo Pol Fernández.

El colombiano, expulsado ante Independiente, no podrá jugar el domingo ante Huracán. Su presencia entre los titulares se caía de madura. Pero había una razón para sostener al mendocino: el técnico buscaba juntarlo con Romero. Y el paraguayo liberó a Pol de la responsabilidad de corporizarse en el único lanzador.

Fue notable el primer tiempo del Mellizo. Dejó cuatro veces mano a mano a sus compañeros: dos a Orsini, una a Pol Fernández y otra a Eduardo Salvio. Matías Giroldi sólo no pudo con el ex delantero de Lanús, quien recibió del volante guaraní y sacudió su arco con un derechazo.

https://twitter.com/Copa_Argentina/status/1499184869859016704?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1499184869859016704%7Ctwgr%5E%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.clarin.com%2Fdeportes%2Fboca-vs-central-cordoba-copa-argentina-previa-formaciones-directo_0_qlpS2peANp.html

La fragilidad de Boca en el fondo, pero sobre todo en el retroceso, permitió que Central Córdoba terminara triangulando y hasta comprometiera a Javier García, en especial con el manejo de Tomás Gaitán. El arquero tapó un tiro frontal de Carrera.

Hubo espacios para la polémica en el primer tiempo: una falta de Ignacio Boggino sobre Orsini que pareció penal. Jorge Baliño dijo “siga, siga”.

Battaglia acomodó rápido el medio. Sacó a Rolón y apostó a Cristian Medina. También ingresó el pibe Velurtas por Mancuso para refozar el lateral. A esa altura, Central Córdoba sólo resistía apoyado en su buen arquero. Romero falló con el arco libre una opción increíble. Hubo más cambios: entraron los juveniles Vázquez y Zeballos. Y cuando ya se hacía insostenible el partido para los rosarinos, Orsini capturó un rebote corto de Boggino y marcó el 2 a 1.

Cobelli casi lo empata. Pero Boca lo terminó liquidando con otro pase sensacional de Romero y la definición de Vázquez. Y el último tiro fue de Zeballos, de penal. Boca goleó por decantación. Y ni aún así puede dormir tranquilo.

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