El delantero se despidió de la actividad a los 38 años en la igualdad 1-1 en el Florencio Sola.

La ovación del adiós lo llenó de calor en el frío de la destemplada noche del martes en el Sur. Darío Cvitanich, a los 38 años, vivió su última jornada como futbolista. Más allá del 1-1 que decretó la salida de Banfield y la Universidad Católica de Ecuador de la Copa Sudamericana, las emociones mayores llegaron en la despedida del delantero que marcó una época en el Taladro, que ahora afrontará una nueva etapa en su vida.

El clima, es cierto, no acompañó; tampoco la instancia, con el equipo prácticamente al margen de los octavos de final. Poco le importó a los seguidores de Banfield que acompañaron a Cvitanich, el capitán, el goleador, en su noche final como jugador. Lo envolvieron los aplausos en el minuto 20, el número de su camiseta; muchos más lo siguieron a los 20 del segundo tiempo, cuando el flamante DT Claudio Vivas dispuso su salida.

Así concluyó una extensa y exitosa carrera para el jugador que empezó y culminó en Banfield, y tuvo sus capítulos en Ajax (Países Bajos), Pachuca (México), Boca, Olympique de Niza (Francia), Miami FC (Estados Unidos) y Racing.

El encuentro también marcó el reestreno de Claudio Vivas al frente de Banfield, en su segunda etapa en el Taladro y con la misión de reemplazar a Diego Dabove, desvinculado tras un ciclo con resultados por debajo de lo esperado.

Lo mejor del partido

El empate terminó de ratificar lo que asomaba en lo previo: los dos se quedaron sin chances de seguir en carrera, aun cuando queda una fecha por delante. Banfield, con 4 puntos (todos como local), ya no tiene posibilidades de alcanzar o superar a Unión La Calera (8) o al brasileño Santos (7), los que se enfrentarán en la noche del miércoles, en un duelo crucial por el único pasaje a los octavos de final.

En la noche fría y ventosa, fue Banfield el que se mostró más ambicioso en el comienzo, pero, tal como le costó a lo largo de la temporada, le costó mucho más tratar de llegar por abajo, en un cotejo que se hizo trabado con el transcurso de los minutos.

Después de la media hora empezó a verse lo mejor del equipo argentino, que se aproximó con más frecuencia al área visitante, y estuvo cerca de anotar en un centro de Cuadra que se cerró y casi se le mete por detrás al arquero, y luego estuvo cerca con un cabezazo de Galoppo -por lejos el que más intentó, aun a veces abusando de la acción individual- y un zurdazo alto de Urzi.

Sobre el sector izquierdo la velocidad de Urzi podía encontrar terreno para explorar, y por allí desbordó el volante, que dejó solo en el área chica a Juan Manuel Cruz, pero el delantero definió apurado y permitió un despeje providencial.

Ese dominio de Banfield en el último tramo de la primera parte tuvo su continuidad en el comienzo del período complementario, y nuevamente fue Galoppo el que intentó con un remate cruzado, que obligó a una atajada de Cuero, que dio un largo rebote, pero Cvitanich no pudo llegar a conectar cuando estaba solo delante del arco; hubiera sido el adiós ideal para el delantero, reemplazado poco después por Jesús Dátolo.

En el tramo final llegaron las emociones, porque Dátolo abrió la cuenta con un golazo de chilena, tras un centro desde la izquierda, con un remate que dejó parado a Cuero, para un triunfo que hacía renacer la esperanza del local. Pero la Católica mejoró también con el ingreso de varios de sus titulares habituales que estaban como suplentes, y en tiempo de descuento alcanzó la igualdad, en una jugada que inició Borja, y continuó Alzugaray con la asistencia para el ingreso de Ismael Díaz, que definió con un remate rasante. Después, sólo hubo tiempo para una nueva ovación, algunos insultos para el presidente Spinosa, y el último saludo de Cvitanich.