En el José María Minella, el primer encuentro con espectadores tras recibir el permiso para la reapertura de los estadios, el conjunto marplatense cayó por 2-1 y no suma hace siete juegos.

AR DEL PLATA.- Matías Carreras, socio 12542. Con su hija Lola, de la mano y fiel compañera de tribuna, quedará en la historia como el primer hincha argentino en volver a un estadio argentino de primera división tras la pausa por la pandemia. Para él y demás simpatizantes de Aldosivi pasaron 578 días desde la última vez: “Estoy desesperado, no aguantaba más”, aseguraba a LA NACIÓN y se le agrandaba la sonrisa cuando a las 18 le abrieron paso, carnet de vacunación en mano. Una hora y media después, le brillaban los ojos cuando su equipo abrió el marcador con el gol en contra de Emanuel Britez, pero Unión de Santa Fe dio vuelta el marcador para vencer por 2-1, con los goles de Gastón González.

Carreras, Lola y otros cientos por fin avanzaron puertas adentro del José María Minella, con el “te alentaremos, de corazón, esta es tu hinchada que te quiere ver campeón” que otros fanáticos coreaban desde la larga cola que se formaba, uniformada del verde y amarillo que un rato después y después de más de un año y medio tiñó una de las tribunas, esta vez la popular Norte.

Es que pasaron 578 días desde aquel 8 de marzo del año pasado que fue caída ante San Lorenzo por 3 a 1. Una eternidad hasta este enfrentamiento de este viernes ante el Tatangue, en busca de cortar una serie de derrotas consecutivas que parece interminable. Van siete al hilo. “Ojalá ella nos traiga otra suerte”, se esperanzaba al llegar al estadio Evelyn Cisneros, que desde niña no se pierde partido de local y regresó a la cancha pero con Agostina en brazos, su hija de apenas nueve meses de edad. “Ni imaginaba en quedar embarazada la última vez que vi acá a Aldosivi”, dijo.

El gol de Aldosivi (1-0)

Faltaba poco menos de una hora para el inicio del partido cuando el humo rojo de una bengala encendida marcaba el camino y anunciaba la llegada en autos, motos que aceleraban y colectivos repletos. Era el grueso de la hinchada que llegaba con los líderes de “La Pesada” a la cabeza y su orquesta de tambores y trompetas. Es el folklore y la pasión, pero también las botellas cortadas con hielo y bebidas que, en pocos segundos, tuvieron algo que ver con escaramuzas y riñas que no pasaron a mayores. ¿Bandas internas enfrentadas? “Naaa…. Es mucho alcohol”, bajó el tono uno de los referentes, mientras pedía a un camarógrafo de TV que no filme.

Camiseta, campera, gorro, vincha y/o bandera le pusieron color a este regreso de los simpatizantes, que esta vez debieron llegar sí o sí a los controles con constancia de cartón o digital de vacunación. Se exhibió al ingreso y se volvió a revisar su coincidencia con el DNI en siguientes postas en las que se repartieron policías, personal de seguridad privada, del gremio Utedyc y la Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte (Aprevide). “No está muy claro, nos estamos ordenando para que salga lo mejor posible”, admitían controles de las distintas áreas involucradas.

El empate de Unión (1-1)

La ansiedad de los hinchas por el regreso a las gradas se palpó desde temprano, a la mañana, con una hilera de socios en la puerta de la villa deportiva para actualizar carnets o pagar cuota social. “Ya no se aguantaba más esto de verlo por la tele, me desesperaba por estar en la cancha y alentar desde la tribuna como toda la vida”, aseguró Diego Arcés.

“Hoy hay previa, como retomamos hace ya un tiempo, pero por fin todos terminamos luego adentro del estadio”, anticipaba Matías Vissoso, que como de costumbre fue con su mujer, Milagros, y sus hijos Juani y Bruna. “Me vacuné ayer para poder venir a ver al ´Verde´”, aseguró Yiyo, que por primera vez trae a la cancha a Vero, su novia. “Vengo desde cerca de Camet, porque Aldosivi es el equipo de la ciudad”, afirmó Guillermo, Alias el Flaco, fastidioso porque a los hinchas los ubicaban en la popular Norte, la que suele ocupar el eterno rival local, Alvarado.

Cuando llegó el micro de Aldosivi, un grupo de hinchas se acercó a insultar a los jugadores y tuvo que intervenir la policía. Un jugador de Unión al que lo insultaban, ironizó: “¡Que lindo con gente, aunque sea para que te puteen!”. Del Tatengue, en las tribunas, un puñado de allegados.

El segundo gol de González para Unión (2-1)

El regreso de los hinchas a los estadios coincide con la crisis edilicia del Mundialista. Las autoridades de Aldosivi habilitaron sólo dos tribunas –Popular Norte y platea descubierta Norte– con capacidad máxima permitida para 6000 personas, casi nada para un escenario que puede recibir hasta 30000. Además del aforo por razones sanitarias se suman problemas de infraestructura que se detectaron en la platea cubierta, clausurada desde la semana pasada. Una inspección confirmó lo que hace tanto se sabía: la corrosión avanzó sobre la estructura metálica de soporte y se teme que ese techo, en cualquier momento, pueda provocar una tragedia. Las restricciones alcanzaron a la prensa. Aun cuando espacio es lo que sobra, solamente ingresaron para cubrir este partido los medios radiales y televisivos.

Los hinchas locales se ilusionan en medio del mal momento. Hace siete fechas que el equipo no suma puntos. Renunció Fernando Gago y la semana próxima asume como director técnico Martín Palermo, que siguió el juego desde un palco. Hay bronca con los jugadores, pero el aliento en vivo, contenido durante más de 18 meses, no se mezquinó. “Yo te sigo a todas partes, cada vez te quiero más”, se escuchaba desde la calle cuando los equipos ya estaban en la cancha y el árbitro se preparaba, apenas pasadas las 19, para pitazo inicial. Más tarde, sí, el disgusto bajaba desde las tribunas en modo de insultos y reclamos por el resultado adverso y el nivel de juego. Fútbol de primera pero con gente. Una vieja costumbre que por fin volvió. Ojalá para quedarse.