El seleccionado de hockey sobre césped se medirá el sábado ante Alemania, en busca del partido decisivo.
Las gargantas enrojecidas, los rostros desencajados de felicidad: las Leonas derrotaron a Inglaterra por 1 a 0 y se clasificaron para las semifinales del Mundial de España y Países Bajos. Una valla durísima, más complicada de lo imaginado, pero al fin y al cabo las chicas cumplieron el objetivo de instalarse entre los mejores cuatro equipos del hockey sobre césped femenino. De esta manera, el sueño sigue vigente para conseguir el tricampeonato mundial, después de las conquistas de Perth 2002 y Rosario 2010.
El próximo desafío será este sábado desde las 16.30 ante Alemania, que en cuartos de final le ganó ayer a Nueva Zelanda (1-0), mientras que Países Bajos venció a Bélgica (2-1) y espera al vencedor de España-Australia, en Terrassa, para configurar la otra semifinal. El equipo dirigido por Fernando Ferrara venía de liderar el Grupo C con tres victorias encadenadas: Corea del Sur (4-0), España (4-1) y Canadá (7-1). Y después de un inusual lapso de seis días de descanso, volvió a la cancha y doblegó a un conjunto rocoso, con escaso talento pero mucha disciplina para destruir el juego rival.
De esta manera, la Argentina se quitó un estigma por aquella eliminación en los cuartos de final del Mundial de Inglaterra 2018, cuando Australia se impuso en los penales. El cierre fue ideal, con una selfie generalizada en el medio de la cancha y el aliento de muchos de los familiares, que disfrutaron desde las tribunas del Estadio Olímpico de Terrassa. Cuerpo técnico y jugadoras, unidos en la gran meta de volver a la cúspide de este deporte.
El gol del triunfo argentino
Dominio sin gol
En el primer cuarto, las Leonas inclinaron la cancha y multiplicaron sus incursiones en el semicírculo a lo largo de todo el período. Fue elogiable la manera en que Eugenia Trinchinetti y Agostina Alonso, fundamentalmente, recuperaron pelotas en el mediocampo y favorecieron los ataques argentinos. Sin embargo, la defensa inglesa se mantuvo estoica, contuvo las diabluras de las hermanas Granatto y Agustina Albertario alrededor de su arquera Maddle Hinch y no cedió un córner corto. Por allí pasaba la cuestión: tratar de conseguir una jugada fija para destrabar un partido muy físico que proponía Inglaterra, tal como estaba previsto.
Fue una presión constante sobre el territorio inglés, una supremacía que hasta los primeros 30 minutos no se había reflejado en goles. La Argentina tuvo todo a favor: esa intención de provocar el desequilibrio desde el primer instante, la posesión de la pelota y las situaciones de gol, aunque ninguna resultó demasiado clara. En aquella primera etapa, Fernando Ferrara se quejaba por la falta de rigor de las árbitras, porque el entrenador entendía que las inglesas se estaban sobrepasando con el juego brusco y no recibían amonestación alguna. De hecho, no hubo una sola tarjeta verde en ese lapso.
El asedio continuó a partir del tercer cuarto, pero las inglesas tenían la virtud de provocar que las delanteras argentinas recibieran de espaldas. Un dispositivo que frustró una y otra vez la chance de que las Leonas se pusieran delante en el marcador. Pero al mismo tiempo, desde el control de la bocha, Inglaterra empezó a emparejar el desarrollo y le dio una señal clara a Argentina de que también podía generarle peligro. Un momento de fuertes replanteos para la selección argentina, que pese a asumió el rol protagónico no pudo provocar un solo córner.
Pero el desahogo llegó a los dos minutos del último cuarto: una penetración profunda de Sofía Tocallino en el semicírculo rival derivó en un pase atrás que aprovechó Victoria Grannato: la delantera disparó con un remate cruzado y desató el grito eufórico de las Leonas, que poco después obtuvieron su primer córner corto a través del video-ref. Sin embargo, el remate de Agustina Gorzelany no provocó consecuencias. El 1-0 obligó a Inglaterra a ir a buscar definitivamente el partido, y de hecho Belén Succi tuvo que esforzarse en un centro cruzado y la chance concreta de un desvío.
A dos minutos del final, Succi contuvo de manera enorme el único córner corto del que dispuso Inglaterra. Y lo que siguió después fue la última postal de nerviosismo, con una situación de riesgo que mereció un pedido de video ref. “No hay razón para cambiar el fallo”, determinaron los árbitros en la cabina. Era el pasaje a las semifinales y una ilusión cada vez más grande para agigantar la leyenda de un equipo que empezó a escribir una historia grande con la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000.
El resumen del partido
Emocionada por la conquista con el gol de su hermana Victoria, María José Granatto analizó: “Hicimos un gran partido. Sabíamos que iba a ser durísimo. Salimos a jugar desde el primer minuto con una agresividad y una intensidad que es para aplaudir. El gol fue una alegría inmensa, me dejó más tranquila. Estábamos atacando mucho y no se nos daba. Pero no lo íbamos a perder, se sentía eso…”
Asimismo, Majo reconoció: “Al final hubo situaciones que me dieron un poco de miedo, pero ya estaba. Un par de desatenciones nos podían haber costado caras, pero ya está… Seguimos adelante”. Y destacó: “Desde que llegamos al torneo hay una unión increíble y es hermoso confiar en la que tenemos al lado. Ponemos el equipo por sobre todo”.
Por su parte, Rocío Sánchez Mocchia adhirió a los conceptos generales de su compañera, mientras sostenía en sus brazos a su hija Francesca. Y añadió: “Se notó la entrega y el esfuerzo que hizo todo el equipo. Es un triunfo súper merecido, vinimos por todo y lo estamos demostrando partido a partido”.
Ambas subrayaron el nivel de la arquera Belén Succi, decisiva con sus atajadas en los minutos finales. “Fue un animal, está ahí siempre cuando la necesitamos. Estamos acostumbradas a eso”, destacó Granatto, mientras que Rochi sumó el valor personal de lo que significó la tarea de la número 1. “Estoy feliz por Belén, que está jugando su último torneo”.
La propia Succi sumó su voz: “Sabía que quedaba poco tiempo y me tenía fe (de atajarlas todas). Había que dejar la vida para defender el triunfo. Las chicas me cargan porque soy muy obsesiva del sistema defensivo, las vuelvo loca. Me llegan poco y quiero evitar que sea fácil para el rival. En un momento cometimos un error y terminó en córner”.
“Tienen una de las mejores arqueras del mundo y es difícil marcarle. Le tirás muchas balas, se le hace simple y se termina agrandando. Mis compañeras estaban defendiendo impecable y a mí me llegaban poco”, recreó Belén, que destacó: “Empezamos a levantar nuestro nivel en los últimos tiempos de a poco, veníamos golpeadas de años anteriores y fuimos sumando a la nueva generación”.
“Estuve llorando antes del partido, cuando hablé con mucha gente. Traía mucho stress porque podía ser mi último partido en la selección, y para seguir necesitaba del equipo, que la pelota entrara en el otro arco. El día a día y los viajes son duros, estar lejos de mi hijo Bauti… Yo no estoy para encarar emocionalmente dos años rumbo a los próximos Juegos Olímpicos, aunque físicamente esté en condiciones, y por eso anticipé que este torneo iba a ser el último que iba a jugar”, confesó la figura. Y sobre Alemania, el próximo rival, pronosticó: “Va a ser complicado. Tienen un juego parecido a Inglaterra. Con ellos no se puede fallar”.
Trinchinetti, que le dio a Succi el premio que le entregó la organización, mencionó al respecto: “Lo merecía Belén, que tuvo unas tapadas espectaculares. Se lo regalé porque para mí fue la jugadora del partido”. Y sumó: “La entrega y la actitud del equipo fue muy buena”.
Por su parte, Alonso completó: “Fue un gran trabajo en conjunto. Este equipo viene creciendo, con jugadoras que tienen algunos Mundiales encima y otras más nuevas. Era el partido más importante, nos mentalizamos en que había que pasar esta instancia y ahora tenemos por delante dos chances de medalla”
Fuente:Gastón Saiz LA NACION – Fotos: Enric Fontcuberta – EFE – Europa Press Sports – Europa Press – LA NACION Deportes – Instagram: fihockey – LA NACION Deportes – Videos: ESPN 2 – LA NACION Deportes