“Vi bastantes vídeos ayer para comprobar cómo jugaba», indicó Schwartzman, enfrentado a un jugador que nunca había disputado un cuadro final de Grand Slam. «Juega muchos torneos en polvo de ladrillo. Tiene la mano muy, muy pesada. La pelota le sale muy fuerte y eso lo había visto. Pero le veía con muchos altibajos. Muchas veces quiere jugar el punto pero la pelota le sale tan fuerte de la mano que comete muchos errores. Pero veía lógica en muchos tiros de su juego y sabía que iba a ser un partido duro».
El desafío para Schwartzman era evidente. En un torneo veloz como ningún otro año, ante un jugador con la agresividad como método de juego, los reflejos marcarían el destino del partido.
«Acá, con las canchas tan rápidas, iba a tener que estar un poco más atento», reconoció Diego. «El primer tiro de él en la devolución iba a venir muy bajo y con su saque no me esperaba que metiera tantos primeros. Estuvo muy preciso con el saque y con la segunda pelota. Prácticamente no hubo puntos de más de 5-6 pelotas».
El sufrimiento del argentino fue notable para seguir el ritmo del encuentro. Un servicio inalcanzable era seguido por un tiro ganador, sin antes pasar por un golpe sin capacidad de respuesta. Un choque carente de ritmo en el que agarrar sensación alguna.
«Me fue costando. En ningún momento del partido pude tocar bien la pelota», subrayó Schwartzman, que apenas sumó una rotura de saque en todo el choque. «No pude sacarlo del medio, meter mejores saques,… El no poder tener un arma en mi saque hace que estos partidos no los pueda ir llevando cerca en el score y a veces se me escapen. Pero tuve chances de volver, tuve chances de ponerme break arriba pero siempre decidía él».
Karatsev logró algo que parece imposible. Ante uno de los mejores restadores del circuito, sobre un rival que muerde en cada turno de devolución, el ruso se anotó el 70% de los puntos con el saque. Un oxígeno permanente que terminó de anular cualquier opción del sudamericano. «Pude tomar muy pocas decisiones, y dentro de las pocas que pude tomar no pude cambiarle altura, no le pude hacer correr… Eso hizo que esté muy cómodo durante todo el partido», reconoció Diego.
Con el billete a los octavos de final, Karatsev se ha asegurado el ingreso en el Top 100 del FedEx ATP Rankings por primera vez en su carrera. Un ascenso que ya le consolida como cuarta raqueta del tenis ruso y todo un peligro en Melbourne Park.
«Acá ganó los tres partidos sin perder sets por más que sea su primer Grand Slam. Creo que es difícil mantener esa forma de jugar con cierta regularidad, porque es muy fuerte y arriesgada», valoró Schwartzman. «Pero si logra jugar así se va a cansar de ganar partidos».
Fuente: ATP Staff – Foto: © Getty Images – ATP TOUR