/River y una noche caliente: el detrás de escena de la pelea por patear un penal entre Borja y Barco y el hongo de Demichelis

River y una noche caliente: el detrás de escena de la pelea por patear un penal entre Borja y Barco y el hongo de Demichelis

En Tucumán, una discusión marcó el pulso del empate.

Fuente:Ir a notas de Juan Patricio Balbi VignoloJuan Patricio Balbi Vignolo  PARA LA NACION – Fotos: Fernando Font – X:Imagen de perfil cuadradaSportsCenter@SC_ESPN – LA NACION Deportes

TUCUMÁN.- “Es un hongo esto, es un hongo”. Martín Demichelis fue uno de los últimos en retirarse del vestuario del Estadio Monumental José Fierro entrada la madrugada del jueves. Detrás de la mayoría del plantel y el cuerpo técnico, caminó con su bolso colgado en el hombro derecho con tranquilidad rumbo al micro, se frenó a firmar una camiseta y sacarse una foto antes de partir rumbo al aeropuerto de Tucumán y, justo en la puerta del sector donde están ubicadas habitualmente las cámaras de televisión y los periodistas, disparó ese mensaje tocándose el pómulo derecho de su cara. El entrenador de River, tras el empate 0-0 ante Atlético Tucumán, ya conocía la explosión mediática del doble penal errado por Esequiel Barco y decidió entrar en acción para desactivar los rumores instalados sobre una posible pelea en el entretiempo, supuesta razón de esa marca en su cara. Por eso su aclaración inmediata, de frente a los periodistas que estaban en ese sector, contiguo a los vestuarios. Postal de una noche caliente en Tucumán.

De acuerdo a lo que pudo reconstruir LA NACION, la situación en el vestuario fue tan cruda como contundente. Pero lejos del escándalo que se instaló a través de capturas de pantalla de los rostros de Demichelis y Barco. Claro está, todo comenzó cuando Barco decidió desobedecer la orden de cambiar el ejecutante para el segundo penal: el DT pidió que lo pateara el número 9 y hasta se acercó con su ayudante Javier Pinola a hablar con el colombiano. Pero el ex Independiente no cedió la pelota, falló su remate con una pésima ejecución por encima del travesaño y automáticamente el entrenador mandó a calentar a Franco Mastantuono. La decisión estaba tomada: debía demostrar autoridad.

Barco mira el cielo: allí mandó la pelota en la segunda ejecución del penal
Barco mira el cielo: allí mandó la pelota en la segunda ejecución del penalFernando Font

El joven mediocampista ofensivo de 16 años estuvo 20 minutos intensificando los movimientos precompetitivos con el profesor Flavio Pérez, pero Demichelis contuvo su evidente bronca y fastidio -dejó de dar indicaciones al campo de juego, por ejemplo- y optó por esperar al entretiempo para hacer la variante. Una vez finalizada la primera parte, se dieron dos situaciones. La primera, cuando los jugadores millonarios se juntaron en el centro del campo a charlar, Barco quedó cabizbajo detrás de todos y el primero que se acercó a calmarlo y contenerlo con un abrazo fue el propio Borja. Y la segunda, cuando los futbolistas suplentes saltaron al campo para continuar la entrada en calor, la decisión del CT fue que todos los integrantes del plantel ingresaran al vestuario. Allí se produjo el punto clave de la noche.

Demichelis reunió al plantel y al cuerpo técnico en una vehemente charla en la que explicó su malestar y comunicó la decisión de hacer la modificación. Además de la palabra de los referentes Franco Armani y Nacho Fernández, también el propio Barco pidió disculpas ante sus compañeros por lo sucedido y acató el cambio. Fueron 15 minutos fuertes, pero en la intimidad de la delegación aseguran que hubo unanimidad y consenso con la postura del entrenador y que no se dieron discusiones entre las partes al respecto. El jugador entendió, pidió perdón y, aunque salió visiblemente compungido, salió al segundo tiempo ya con ropa de entrenamiento y se sentó en el último asiento del banco de suplentes casi sin hablar durante los segundos 45 minutos. Solo intercambió unas palabras con el propio Miguel Borja cuando fue reemplazado, ya que el colombiano se ubicó al lado suyo a acompañarlo, a pesar de la discusión.

La controvertida situación que duró unos 10 minutos entre penal y penal dejó muchísima tela para cortar. A los 18′ del primer tiempo, Breitenbruch bajó en el área a Nacho Fernández y el árbitro Nazareno Araza sancionó penal. Barco y Borja agarraron dos pelotas diferentes, Colidio intervino para que lo pateara el ex Independiente y, frente a la decisión que ya parecía irreversible, el colombiano que llevaba 7 goles en 5 partidos se enojó, reventó una pelota contra el alambrado y se fue al círculo central con un profundo malestar, al punto tal que ni siquiera se quedó en la medialuna para el rebote.

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