i se trata de consolidar un modelo, la selección de básquetbol de la Argentina sabe de qué se trata. Cuando de la mano de Silvio Santander, asistente hoy del seleccionado, se divulgó «El Método» que se pretendía establecer para los equipos nacionales de la disciplina, se buscaba justamente conseguir lo que sucedió en los últimos tres partidos del equipo albiceleste. Sin importar los nombres tener una identidad y que todos los integrantes multipliquen el mensaje. Por eso la victoria de anoche frente a Chile (99-65) , por las eliminatorias a la Americup 2022 (antes del partido ya tenía asegurado su lugar por la victoria de Venezuela), con todos jugadores de la Liga Nacional , no es más que la consecuencia de una elección de trabajo.
De la mano de Gabriel Piccato, el DT que reemplaza a Sergio Hernández, nada cambia para el conjunto nacional. Se expresa de la misma forma, con una defensa intensa y un ataque consistente. Ya no se trata de Facundo Campazzo o Luis Scola, la selección de la Argentina anoche en Cali mostró un grupo de jugadores con un promedio de edad de 24 años y todos nacidos en el torneo local. De los 13 basquetbolistas que viajaron a Colombia, apenas dos estuvieron en el subcampeonato del mundo logrado en China 2019: Tayavek Gallizzi y Máximo Fjellerup (anoche tuvo que salir por una lesión en el gemelo derecho).
No se trata de un resultado. Esta tarde, a las 20.30 (televisa TyC Sports), cuando se enfrente contra Colombia, para cerrar la ventana clasificatoria, lo que pretende el conjunto nacional es consolidar un estilo. En varias oportunidades Hernández (que dirigirá al equipo en Tokio 2021) explicó que la renovación en la selección es constante y que se piensa siempre en cómo inocular la idea para que se extienda en el tiempo. Por eso es que Piccato anoche decidió que debuten Martín Fernández (Regatas Corrientes) y Matías Solanas (San Martín de Corrientes), para que comiencen a entender qué es jugar en la selección.
«Decidimos armar una lista que pudiera darle continuidad al plantel que participó de buena manera en la ventana FIBA de fines de noviembre. Queremos seguir dándole lugar a los jóvenes con proyección, rodeándolos de algunos muchachos de experiencia. Apostar al futuro sin descuidar el presente sería la síntesis«. La reflexión de Piccato no hace más que explicar cómo toma el conjunto nacional este período, más allá de que el foco de todos esté puesto en la cita olímpica.
No es nueva esta apuesta por un equipo de jugadores que sean de la Liga Nacional. Hernández ya apeló a ellos en la última ventana eliminatoria para China: logró imponerse a Puerto Rico (87-86, sólo Lucio Redivo y Nicolás Brussino no jugaban en la Liga) y cayó ante Estados Unidos (84-83). En estas eliminatorias, la apuesta le permitió a Piccato darle rodaje a un equipo completo de jugadores del orden local.
Ya sucedió en la primera ventana que fue en noviembre (venció a Chile y Colombia en la Argentina) que armó un equipo de la Liga y en esta fecha, repitió 11 jugadores respecto de la última convocatoria que originalmente fue de 15 basquetbolistas. Finalmente a Cali viajaron 13 muchachos de los cuales ocho tienen 23 o menos años: Franco Baralle (21 años, Quimsa), Fernando Zurbriggen (23, Obras) y José Vildoza (25, San Lorenzo), Leonel Schattmann (33, Boca), Máximo Fjellerup (23, San Lorenzo), Matías Solanas (22, San Martín), Fausto Ruesga (20, Bahía Basket), Martín Fernández (23, Regatas), Leonardo Lema (22, Atenas), Federico Aguerre (32, Boca), Javier Saiz (26, San Martín), Lautaro Berra (23, Obras) y Tayavek Gallizzi (28, Regatas).
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«Buscamos formar el mejor equipo posible siempre. Pero no sólo desde el aspecto individual, sino también en la interrelación entre los componentes. Observamos y privilegiamos el buen momento de cada uno y, a la vez, cómo esa actualidad se trasladaba a lo colectivo. Muchos de estos chicos vienen haciéndolo muy bien en la Liga Nacional y lo ratificaron acá, corroborando que pueden entender nuestra idea de juego y potenciar al equipo», explicó Piccato en la página oficial de la Confederación Argentina de Básquetbol.
Se trata de una forma de expresarse. Desde la cabeza se baja una idea y cada actor debe comprender sin correrse del libreto. Sin importar los nombres, la selección de la Argentina tiene una identidad y las señales que ofrece a cada paso, sin importar la competencia, ratifican que las formas son las correctas.
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