Repasamos la lista de singlistas de esta región que superaron alguna vez los cuartos de final en el Grand Slam británico. Solo tres han clasificado en múltiples ocasiones a esta ronda: Vilas, Nalbandian y del Potro.
Guillermo Vilas. El césped era la superficie que menos le gustaba al argentino, hasta que en el torneo de maestros de 1974 en Melbourne se convenció de que podía traducir en este tipo de canchas su éxito en arcilla. Y meses después, en Wimbledon 1975, confirmó un poco más que no había sido casualidad su triunfo en la hierba de Australia. En el All Englad Club, alcanzó los cuartos de final (p. con Taner), demostrando que los sudamericanos, criados en su mayoría en arcilla, sí podían ser protagonistas en pasto. En la siguiente edición de Wimbledon, el ganador de 62 títulos ATP volvió a alcanzar esta instancia (p. con Borg).
Andrés Gómez. El ecuatoriano tuvo sus mejores resultados a nivel Grand Slam en Roland Garros, ganando el título de 1990. Pero su historial en Wimbledon también fue destacado. En 1984 alcanzó la ronda de los últimos ocho (p. con Cash), y en 1987 llegó hasta la segunda semana en el All Englad Club (p. con Leconte). La hierba fue la superficie en la que menos partidos disputó en su carrera (18), pero en tan pocas presentaciones supo marcar la diferencia.
Ricardo Acuña. El chileno protagonizó una de las campañas más fascinantes del tenis sudamericano. En la edición de 1985, superó la fase previa siendo el No. 133 del mundo, derrotó en segunda ronda al No. 7 Pat Cash y en tercera ronda al No. 23 David Pate. Solo el No. 3 Jimmy Connors pudo cortar su racha, pero Acuña, de entonces 22 años, se despediría siendo el primer tenista de su país en llegar tan lejos en la historia del evento, y asegurando su primera irrupción en el Top-60.
Gustavo Kuerten. El brasileño, criado en arcilla, nunca tuvo preferencias por el césped. De hecho solo disputó 15 partidos en esta superficie durante su carrera en el ATP Tour (récord de 7-8). Aun así, se destacó en 1999 por su campaña en Wimbledon, cuadro en el que alcanzó los cuartos de final de un Grand Slam por tercera vez en su carrera, y por primera vez en un major distinto a Roland Garros. Su verdugo en esa ocasión fue nada menos que el No. 4 Andre Agassi.
David Nalbandian. Gracias a su increíble capacidad de adaptación de superficies, el argentino ha sido el único sudamericano capaz de llegar tan lejos en el All England Club. En 2002, en su cuarto cuadro principal de un Grand Slam, tuvo una semana de ensueño llegando hasta la final, en la que perdió con el No. 1 Lleyton Hewitt en sets corridos. Pero esa edición no fue todo lo que hizo el cordobés en Wimbledon. Allí ganó 19 partidos, y alcanzó los octavos en 2003 (p. con Henmman) y los cuartos en 2005 (p. con Johansson).
Nicolás Lapentti. El ecuatoriano tuvo una semana inolvidable en Wimbledon 2002. Como No. 27 del mundo, se instaló en cuartos de final tras ganar épicos partidos a cinco sets contra el local Jamie Delgado en primera ronda, contra el rumano Andrei Pavel en tercera (tras estar 0-2 en sets ) y en octavos ante el francés Arnaud Clement. Frente a Nalbandian en la ronda de los últimos ocho, pasó de estar 0-2 en sets a forzar un quinto en el que terminó sucumbiendo tras casi cuatro horas de juego.
Andre Sa. 2002 fue el año más destacado para el tenis sudamericano en la historia de Wimbledon. Además de Nalbandian y Lapentti, el brasileño Andre Sa alcanzó los cuartos de final. Y de manera inesperada. Era el No. 90 del mundo y nunca antes había ganado más de dos partidos seguidos en Grand Slams. En Wimbledon 2002 superó todas sus expectativas. Tras caer con Henmman, aseguró su primer ascenso al Top-65.
Fernando González. El chileno tuvo una sobresaliente historia en Wimbledon considerando que la hierba estuvo lejos de ser su superficie favorita. El Bombardero de La Reina tuvo nueve participaciones en SW19, y casi siempre hizo ruido. Clasificó cinco veces a tercera ronda y una más en 2005 cuando terminó citándose con el No. 1 Roger Federer en cuartos tras dejar en el camino, entre otros, al No. 10 Johansson. Aunque el suizo le negó su acceso a semifinales, González se afianzó como un jugador peligroso en múltiples condiciones, clave para que casi un año después debutara en el Top-10.
Juan Martín del Potro. El tandilense no ha necesitado ser campeón ni finalista para dejar huella en Wimbledon. Allí ha sumado victorias inolvidables (dos de ellas contra integrantes del Top-5), y ha disputado verdaderas batallas, como ante Nadal en cuartos de final de 2018 que se extendió hasta el quinto set, y ante Novak Djokovic en las semifinales de 2013, cuando tuvo su mejor actuación en el major londinense. Ese año se citó con el serbio sin sets perdidos en el camino (v. al No. 4 Ferrer en cuartos), y vendió cara su derrota tras cuatro horas y 43 minutos de intenso partido.
Guido Pella. La primera vez que el argentino consiguió al menos tres victorias seguidas en un Grand Slam fue en Wimbledon, solo un año después de que en Stuttgart consiguiera su primer triunfo ATP en la superficie. En el major británico en 2019, el bahiense dejó en el camino al No. 8 Kevin Anderson y al No. 17 Milos Raonic tras remontar un 0-2 en sets, antes de caer con el No. 22 Roberto Bautista en cuartos y firmar su mejor actuación en el torneo. En Wimbledon 2018, Pella también había remontado un 0-2 en sets, pero ante el No. 5 Marin Cilic, antes de caer en tercera ronda (p. con McDonald).
Fuente: ATP Staff – Foto: © Matthew Stockman/Getty Images – ATP TOUR