Los seis títulos de Fórmula 1 lo convierten en piloto estrella, en un ícono del Gran Circo. La historia señalará que Lewis Hamilton marcó una época en las pistas, con victorias y récords que se derrumban ante el apetito voraz del británico, que pretende esta temporada, que se iniciará el 5 de julio, en Austria, igualar el sello de siete coronas del alemán Michael Schumacher. También utiliza su fama para asociarse y lanzar una colección de moda con Tommy Hilfiger en Shanghái, participar de campañas de UNICEF o ser embajador Global para la Educación de la ONG Save The Children, por los derechos de la niñez. El asesinato en Minneapolis del ciudadano estadounidense George Floyd, a manos del agente blanco Derek Chauvin, provocó una conmoción social y desembocó en una escalada de protestas contra el racismo y la brutalidad policial. El segregacionismo resulta una batalla que Hamilton combate desde que era un niño en la calle y en la escuela, y por esa razón alzó la voz con firmeza cuando observó que la F.1 no reaccionó, mientras el planeta rechazaba, repudiaba y pedía justicia ante el atropello.
«La semana ha sido tan sombría que no he podido controlar mis emociones. He sentido mucho odio, tristeza, incredulidad ante lo que veían mis ojos. Estoy totalmente desbordado de ira al ver la evidente indiferencia por las vidas de los nuestros. La injusticia con la que estamos viendo a nuestros hermanos y hermanas enfrentarse a todo el mundo una y otra vez es repugnante y debe parar», el inicio de lo que escribió Hamilton, ayer, en Instagram; «mucha gente parece sorprendida, pero desafortunadamente para nosotros no supone una sorpresa. Aquellos que somos negros, marrones o mitad y mitad, lo vemos todos los días y no deberíamos sentirnos como si hubiéramos nacido culpables, fuera de lugar o tener miedo por nuestras vidas por nuestro color de piel. Will Smith lo ha expresado mejor: el racismo no se está poniendo peor, sólo se está grabando. Solo ahora que el mundo está bien equipado con cámaras, este problema ha sido capaz de salir a la luz de esta manera».
«Solo cuando ha habido disturbios y gritos clamando justicia, los poderes se han derrumbado y han hecho algo, pero para entonces ya es muy tarde y no es suficiente lo que se ha hecho. Se ha necesitado cientos de miles de personas quejándose y edificios ardiendo antes de que las autoridades reaccionaran y decidieran arrestar a Derek Chauvin por asesinato, y es triste. Desafortunadamente, América [por Estados Unidos] no es el único lugar donde vive el racismo y seguimos fallando como humanos cuando no podemos plantarnos por lo que es correcto. Por favor, no te quedes sentado en silencio, no importa el color de tu piel. Las vidas negras importan».
El lunes utilizó también la red social para efectuar un encendido reclamo por el mutismo de los pilotos y de la F.1, una medida similar adoptó cuando la pandemia mundial de Covid-19 jaqueaba al mundo y la categoría mantenía en pie el Gran Premio de Australia, en marzo pasado. «Veo a los que se están quedando en silencio. Algunos, las más grandes estrellas, se mantuvieron en silencio en medio de la injusticia. No hay una señal de nadie de mi industria que por supuesto es un deporte dominado por los blancos. Soy una de las pocas personas de color, entonces, protesto solo. Había pensado hasta ahora que ustedes hubieran visto por qué pasa esto y digan algo al respecto, pero no se levantaron y se pusieron a nuestro lado. Solo quiero que se sepa que los conozco y los estoy viendo», descargó con rabia. La escudería Mercedes se unió a la cruzada y al pedido de justicia; más tarde lo hicieron la F.1 y los pilotos Charles Leclerc (Ferrari), Carlos Sainz y Lando Norris -ambos de McLaren-, George Russell y Nicholas Latifi (los dos de Williams) y Daniel Ricciardo (Renault).
El barrio, la escuela, los karts y la F.1
En 2017, cuando el Gran Circo visitó los Estados Unidos, el movimiento que encabezó un año antes Colin Kaepernick -jugador de la NFL- en favor de los derechos de las personas de raza negra hizo visible la inconformidad imperante y Hamilton propagó a esa lucha con la victoria en Austin. El británico tenía en aquella cita dos frentes: el deportivo -una semana más tarde, en México, lograría su cuarto título mundial- y exhibir la bandera contra el racismo y la discriminación. En la rueda de prensa anterior al Gran Premio del 22 de octubre de aquel año, cuando le preguntaron si en el caso de ganar celebraría con la rodilla en tierra, como hicieron los jugadores de la NFL, Hamilton repasó: «El movimiento es genial, lo apoyo, pero estoy aquí para ganar y en este momento no estoy pensando en nada más. Tengo mis opiniones y sentimientos sobre la situación general, pero no tengo planeado hacer nada».
Era un desafío aquella carrera, era el modo de reivindicar su lucha, esa que en el automovilismo partió cuando participaba en los karts y sentía menosprecio por el color de su piel. La misma que lo hizo practicar karate cuando cursaba la escuela primaria, con el único objetivo de ganarse el respeto. «Recuerdo que había un racismo creciente en el barrio donde crecí, en Stevenage, y que fui, en cierta forma, víctima de discriminaciones en la calle y en la escuela», recordó un par de años atrás, quien apela a los 21 millones de seguidores que tiene en las redes sociales para generar conciencia también en temas como el cambio climático, la ecología y el maltrato animal.
Veinticinco años atrás para Hamilton era difícil descubrir apoyo de los patrocinadores, y cuando su padre Anthony lo inscribió en el Campeonato Británico de Karts los triunfos y el destrato se repartían por igual. «Había niños que decían cosas, profesores que me decían que nunca iba a ser nadie en las carreras. Siempre hubo quien intentó desanimarme. Mi padre me decía que hablara en la pista y eso es lo que hago desde el primer día», comentó Lewis Carl Davinson -nombres elegido por su padre, admirador del ganador de 10 medallas olímpicas Carl Lewis-, el niño que nunca se arrodilló por su color de piel, el hombre que refuerza su compromiso por la defensa de los derechos avasallados por el racismo y la discriminación.
Fuente: Alberto Cantore – LA NACION DEPORTES / JR – www.avtualidaddeportiva.com.ar – Fotos: Crédito:shutterstock – LA NACION DEPORTES