/La ceremonia de clausura de Tokio 2020: tras semanas de protocolo y hospitalidad, los Juegos ahora miran a un París que promete ser imponente

La ceremonia de clausura de Tokio 2020: tras semanas de protocolo y hospitalidad, los Juegos ahora miran a un París que promete ser imponente

La cita olímpica se mudará a la capital francesa, que hizo gala de la Torre Eiffel y podría tener una fiesta de apertura lejos de los estadios: piensan en el río Sena.

TOKIO.- Aplausos, gratitud, recuerdos y agradecimiento. Si en 1964 decidieron despedirse con un “sayonara” (hasta luego) esta vez fue el turno del “arigato” (gracias). Con la pandemia sobre su espalda, Tokio 2020 tuvo su punto final con un reconocimiento al esfuerzo. Fueron los Juegos del control y los protocolos. Pero también del espíritu omotenashi, el de la hospitalidad, la cortesía y la armonía. Unos Juegos sin público y con varias alertas, desde las sanitarias hasta las meteorológicas -la última fue un tifón que cruzó la ciudad en la última mañana de actividad-. Marcado por el coronavirus, Tokio dice adiós, y ahora el mundo mira a París. ¿Serán los Juegos de la nueva normalidad? El deseo de un mundo sin pandemia de acá a 2024 cruza a la próxima cita. Mientras desde Francia despliegan sus mejores armas: imponentes escenarios, fuerza histórica y cultural, y una revolucionaria bienvenida sobre las aguas del río Sena.

Ya con las delegaciones diezmadas -los atletas solo podían quedarse en la Villa Olímpica hasta dos días después del final de sus competencias-, la fiesta en el estadio Olímpico duró apenas dos horas, en un cierre con ritmo, colores y fuegos artificiales -más algunos trucos de post-producción, como el de los cinco anillos dorados, que sólo fueron desplegados para la transmisión televisiva-. Hubo abanderados por cada país y un minúsculo grupo detrás de cada bandera. En la Argentina, el reconocimiento fue para Pedro Ibarra, escoltado por los jugadores de la selección de vóleibol y algunos miembros del comité olímpico nacional. En el caso de Ibarra no se recompensó la actuación en Tokio 2020, ya que los Leones no pudieron superar la barrera de cuartos de final. Sin embargo, el capitán de 35 años fue uno de los integrantes del equipo que alcanzó la gloria en Río 2016. Además, luego de la eliminación en estos Juegos, mostró su compromiso de seguir en el seleccionado y se mantendrá como una pieza clave de un proyecto que ya no contará con Carlos Retegui al frente.

La ceemonia de clausura tuvo su clásica fiesta de música y fuegos artificiales
La ceemonia de clausura tuvo su clásica fiesta de música y fuegos artificialesSantiago Filipuzzi / Enviado Especial – LA NACION

Con la ceremonia de premiación a las maratones femeninas y masculinas, Tokio 2020 entregó sus últimas medallas. Y lo hizo con el mayor peso dirigencial: Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional, y Sebastian Coe, presidente de World Athletic. Fue el último acto ligado a lo deportivo, en una cita olímpica que se vio obligada a sacar de la ciudad sede a la prueba de 42,195 kilómetros. El agobiante calor tokiota podría haber sido perjudicial para los corredores, por lo que se decidió mudar la carera a Sapporo, al norte de la capital. La tímida sonrisa del keniata Eliud Kipchoge, reconocido y aplaudido por todos los presentes, fue la última postal olímpica.

Después, llegó el turno de las palabras. Discursos donde el coronavirus y la gratitud a los servicios médicos estuvieron por encima del deporte. Donde el esfuerzo para llevar adelante estos Juegos -podrían haber sido los primeros en cancelarse en tiempos de paz- y “la inspiración que generan los atletas” fueron de la mano. Los Juegos Olímpicos dejan Tokio en medio de una explosiva ola de Covid, producto de la variante Delta. Una situación que aseguran que no tuvo que ver con los eventos. Sin espectadores y con atletas, oficiales y periodistas en una burbuja con apenas el 0,02% de positividad tras controles diarios y estrictas pautas de convivencia, el problema no habría la actividad deportiva, pero nadie tiene la respuesta definitiva.

París 2024, la próxima estación

“Los Juegos Olímpicos de París 2024 serán el mayor evento que se haya organizado en Francia en su historia”. Una declaración directa, sin matices. Así anuncian los organizadores a la próxima cita. Programada del 26 de julio al 11 de agosto, esperan una “fiesta popular y multicultural”. Y para ello tienen varias cartas interesantes para poner sobre la mesa: una ceremonia inaugural en el río Sena (”Una experiencia inédita, sobre los barcos y los puentes”, dicen), el tenis y el boxeo en Roland Garros, el básquetbol y la gimnasia en Paris-Bercy, la esgrima en el Grand Palais, los deportes urbanos en la Plaza de la Concordia, el beach voley en los Champs de Mars, la equitación en Versailles, la vela en Marsella, el fútbol en varios de los estadios mundialistas de 1998 y el surf en las playas de Tahití, a más de 15 mil kilómetros de la capital francesa. Y un dato no menor: estiman que el 95% de las instalaciones ya existen, por lo que no entrarían en gastos absurdos.

Un llamativo menú que tendrá a la Torre Eiffel como emblema. Un punto que ya quedó claro desde hoy: los organizadores deplegaron una bandera virtual sobre la emblemática estructura, junto a un show de acrobacias aéreas, la presencia de medallistas olímpicos de Tokio 2020 y un recado de Emmanuel Macron: “Más rápido, más alto, más fuerte. Juntos”. Ya sin el béisbol, el sóftbol y el karate, el programa 2024 contará con 32 deportes. Con la inclusión del breakdance (algo que quedó claro en el show montado en París mientras se cerraban los Juegos de Tokio), y la confirmación del surf, la escalada deportiva y el skateboard. Los Juegos Olímpicos buscan incluir a las nuevas audiencias, y París tomó nota. Prometen unos juegos urbanos. E imponentes.

Fuente:Ir a notas de Javier SaúlJavier Saúl  LA NACION – Fotos: Santiago Filipuzzi / Enviado Especial – LA NACION –