El cordobés será el 13° argentino en la NBA y habla de todo: el gran sueño, el sacrificio que hizo para cumplirlo, los prejuicios y sus próximos objetivos.
«Es loco y cuesta que caiga la ficha. No sé, yo me veo cuando era pibe y jugaba a ser Steve Nash, a saltar una silla creyéndome Vince Carter, y pensar que ahora efectivamente voy a jugar en la NBA… Cuando lo miro así sí me parece muy loco pensarlo y no me cae la ficha», admite Facundo Campazzo.
La conversación telefónica no necesita de imágenes: uno sabe bien cuando el interlocutor habla con una sonrisa dibujada en el rostro. Es lo que le pasa al nuevo argentino en la mejor liga del mundo, al nuevo hombre de los Denver Nuggets.
Ya instalado en la ciudad que lo cobijará -en principio- por los próximos dos años, al cordobés la vida le sonríe. Hace pocos días la pequeña Sara, fruto del amor con Consuelo, cumplió su primer añito. Enseguida, se le cumplió el gran sueño de su vida profesional, ese que este martes tendrá su primer capítulo con el comienzo del campus de entrenamiento.
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-Hace tiempo contaste en otra entrevista con Clarín que tratabas de ser selectivo con lo que consumías en redes. Ante una nueva oportunidad y un nivel más alto, aparecen los prejuicios de siempre. ¿Los seguís usando como combustible?
-Siempre se ven esas cosas, pero intento mirar lo menos posible. Estas últimas semanas fueron una locura con las redes, recibí muchísimo cariño por la repercusión que tomó esto, muchísimo más que cualquier duda o prejuicio y eso fue hermoso, es lo que me queda. Quizá en un momento pensaba jugar para callar bocas, pero yo juego porque la paso bárbaro, porque me hace feliz y porque al menos hasta ahora es lo único que sé hacer (risas). Ver a mi familia y mis amigos emocionados por lo de la NBA me hizo ver que todo el sacrificio y la lucha valen la pena. Inconscientemente sí, tal vez querés cambiarles la cabeza a aquellos a los que no les caés bien, pero conscientemente intento ir por otro lado. Hoy mis energías van a mi hija y a mi mujer.
-Ya estamos en la Era Post-Ginóbili y después de Tokio vendrá la Era Post-Scola. ¿Te diste cuenta de que vas a ser la gran cara del básquet argentino?
-Espero no ser la única (risas). No me gusta para nada que haya uno solo o que parezca que hay un sólo líder. Nuestro básquet necesita de todos. Sé el lugar que voy a ocupar, no es que me ponga el cassette, así que intentaré ser una esponja en la NBA y llevar todo eso a la Selección. Pero deseo y sé que no voy a ser la única cara de nuestro básquet, y me enorgullece pensar así. A nuestro básquet lo vamos a liderar todos juntos: Nico (Laprovittola), Gaby (Deck), Pato (Garino), Brussi (Brussino) y mientras más seamos, mejor.
El desafío
Campazzo ensaya un pase de magia ante el pivote Nikola Jokic, serbio al que eliminó del Mundial 2019. Ahora jugarán juntos. Foto AFP
Pese a que el envase es chico, Campazzo piensa en grande. Su competitividad excede el frasco de su humanidad. Ahí, asegura, radica la decisión de ir a los Nuggets pese a que tuvo algunas posibilidades más. «Tampoco eran muchos -se ríe- pero hubo algo de New York y estaba Minnesota, que con Pablo (Prigioni) empujaba mucho porque es amigo y conoce la franquicia. Pero me sedujo Denver por el equipo que tiene, porque pelea por entrar en playoffs».
-¿Hablaste ya con la gente de la franquicia?
-Sí pero más que nada en plan de presentación. No hablé con nadie de mi rol, de cuánto voy a jugar ni nada. Sí con toda la gente del staff, el entrenador, los asistentes, la gente de video, pero más que nada para decir «yo soy esto, hago esto, es un placer y esperamos verte pronto».
-¿Cuál será tu objetivo apenas empiece este viaje?
-Estar preparado para lo que me depare esto y ayudar en lo que el equipo necesite y en lo que el entrenador quiera que le dé al equipo… Mi energía va a ir por ese lado, por el dar todo de mí y de mi juego; si el entrenador quiere que defienda toda la cancha, intentaré ser el mejor defensor posible. Y a la vez hablamos de que la NBA, para el desarrollo del jugador, es el mejor lugar del mundo, así que le podré agregar cosas a mi juego, pulir mis virtudes y mejorar mis defectos.
-¿Con qué podés hacer ruido en la NBA y qué creés que debés mejorar sí o sí?
-Como en todos los equipos, cuando empecé, siempre fui por el lado de la defensa, de la intensidad y la actitud, poniendo el 100% en cada partido; voy a vaciarme. Eso no se negocia nunca, eso es querer. Para mejorar, gracias a Dios, tengo un montón de cosas. Buscaré mejorar el tiro de tres puntos; el 1 contra 1, que es distinto al del mundo FIBA; los cambios defensivos, el marcar a hombres más grandes… Detalles que si los puedo incorporar me harán grandes diferencias a favor.
FK
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