Juan Martín del Potro encarna uno de los mayores ejemplos de resiliencia en la historia del tenis . Las lesiones minaron su carrera, una y otra vez, pero el tandilense siempre logró recuperarse; siempre. Muchos de sus regresos, inclusive, resultaron cinematográficos. Pero otra vez se encuentra frente a un escenario sumamente espinoso, teniendo que escalar una montaña traicionera. Su futuro es incierto. El campeón del US Open 2009 jamás estuvo tanto tiempo alejado de una cancha como ahora: este viernes se cumplirá un año de su último partido en el circuito (ante el canadiense Denis Shapovalov, en la primera ronda del césped británico de Queen’s) y, si bien el tour está cancelado por el Covid-19, tampoco hubiera jugado si había acción. No está en condiciones.
Si se creía que las cuatro cirugías de muñeca, entre 2010 y 2015, habían resultado una pesadilla para Del Potro, el período que comenzó el 11 de octubre de 2018 en el Masters 1000 de Shanghai, cuando se dañó la rótula derecha al trastabillar y golpear su pierna en el cemento chino, fue similar. O peor aún, teniendo en cuenta la edad (ya no es un veinteañero; en septiembre próximo cumplirá 32 años) y la falta de soluciones que halló desde entonces. El actual 128° del ranking mundial se sometió a una primera operación de rodilla derecha en junio de 2019, en Barcelona, por recomendación de Ángel Ruiz-Cotorro, el médico de confianza de los tenistas españoles. Y este año, a fines de enero, volvió a ingresar en un quirófano: en Miami, el doctor Lee Kaplan le realizó un toilette artroscópico, una suerte de «limpieza» de lo que estaba mal en la zona.
Desde entonces, tras pasar casi dos meses en Miami y sobre el inicio de la cuarentena en la Argentina, Del Potro regresó a Buenos Aires para continuar con la rehabilitación, bajo la lupa de su kinesiólogo, Diego Rodríguez. Fortalecer la rodilla, sin pensar en la raqueta: ese fue el objetivo que el tenista se planteó con su equipo. Claro, pero ya transcurrieron unos 150 días de la operación, los avances son parsimoniosos y continúa con dolores. Lo auspicioso es que continúa con la idea de no tirar la toalla. En las últimas horas, en el programa ESPN FC Show, dijo: «Mi papá y mi mamá nunca me vieron en un torneo. Mi hermana sí me vio jugar. En este tema de la lesión de la rodilla y cuando la gente se pregunta si voy a volver o no, es algo que a mí no me deja estar tranquilo, no me hace bajar los brazos y decir: ‘Yo tengo que volver a jugar, tengo que ir con mi mamá y mi papá, y presentárselos a Roger'».
Desde que Del Potro ganó su primer partido ATP, en febrero de 2006 en Viña del Mar, frente al español Albert Portas, nunca se ausentó de un court durante un período tan largo como el actual, ni siquiera por las severas lesiones de muñeca. Fueron ocho meses de inactividad en 2010 por la operación de muñeca derecha. Pasaron 321 días de 2014 a 2015, tras la primera cirugía de muñeca izquierda. Luego, entre la segunda y la tercera intervención en la misma mano transcurrieron 327 días sin actividad oficial (reapareció en febrero de 2016, en Delray Beach). Y desde que se produjo la lesión de rodilla, en 2018, hasta que volvió a jugar a Delray Beach 2019, acontecieron 131 días.
Los estudios de la rodilla le dan bien a Del Potro, pero sigue sintiendo molestias. Y, cuentan, que ya perdió la seguridad en todos los médicos. Ruíz-Cotorro, doctor de suma confianza de Rafael Nadal, ya le explicó en varias oportunidades a Juan Martín que tendría dolores durante un tiempo, pero que ello no significaría que se fuera «a romper». Del Potro «está sano», pero a esta altura del camino, su umbral del dolor es muy bajo. Los deportistas de alto rendimiento conviven con las molestias físicas, pero algunos tienen mayor tolerancia que otros. Y el caso de Del Potro es el de un tenista que ya perdió la paciencia en ese sentido.
En todo este tiempo, Del Potro realizó consultas con numerosos médicos y muy buenos, pero estaría evaluando una última opción fuerte. Viajar a Suiza, cuando estén dadas las condiciones sanitarias, para entrevistarse con Roland Biedert. ¿Quién es? El especialista en cirugía ortopédica y traumatología que trabaja en el equipo helvético de Copa Davis y un profesional de suma confianza de Roger Federer y Stan Wawrinka. Algunos bautizaron a Biedert como «el hombre milagro», a partir del trabajo a contrarreloj que hizo con Federer, cuando el ex número 1 no se pudo presentar en la final de la Copa de Maestros de Londres 2014 por molestias en la espalda y a los pocos días disputó tres puntos en la final de la Copa Davis ante Francia (Suiza ganó 3-1). Federer y Del Potro tienen un vínculo afectuoso y también comercial: el argentino es representado por la agencia del europeo.
¿Cómo son los días actuales de Del Potro? Resguardado en su casa, en la provincia de Buenos Aires, pero no en Tandil, donde ya se permite la práctica de muchos deportes (incluido el tenis) desde hace varios días. Aquellos que lo conocen muy bien, al verlo por fotos y videos, dicen que lo notan con algunos kilos de más, pero nada preocupante que un deportista no pueda quemar pronto, claro. Sigue sus rutinas físicas: en las historias de su cuenta de Instagram se lo observó, por ejemplo, manipulando kettlebells, que son un tipo de pesas rusas que se utilizan en crossfit. También se lo vio relajado junto a un hogar, tomando una copa de vino o un trago al que, en complicidad con sus seguidores, le buscó nombre.
El ensayo de tenis, hoy, está en un segundo plano. Durante el último tiempo, el ex número 3 del mundo apenas «tocó» la pelota con la raqueta, con mucha tranquilidad, parado en el lugar. Además, fue todo un síntoma de su distancia con el tenis cuando en marzo pasado le «permitió» a Sebastián Prieto, su entrenador desde el US Open de 2017, acompañar como coach al cordobés Juan Ignacio Londero a la serie de Copa Davis en Colombia. Allí, si bien no era un hecho concreto, quedó claro que el vínculo entre Del Potro y el ex doblista no tenía futuro. Los jugadores Top, por lo general, no «comparten» a sus entrenadores, por más que se encuentren inactivos. Pasó cuando lo entrenó Franco Davin, por ejemplo, durante los años en los que estuvo sin jugar. En algunos momentos puntuales de los últimos años, Del Potro pensó en sumar a otro coach a su equipo, pero no se concretó. Hoy, la elección de un entrenador no parece una prioridad .
A Del Potro le sobra categoría para volver a competir y recuperar el timing. Confía muchísimo en sus condiciones. Jamás hay que dar por muerto deportivamente, ya que puede enfocarse, entrenarse fuerte durante algunos meses y ganarle al número 1 del mundo (pasó en 2016, cuando derrotó a Novak Djokovic en la primera ronda de los Juegos Olímpicos de Río). Pero también es cierto que cada año le cuesta más. Ya no es tan joven como cuando empezó a tener problemas de muñeca y su físico de dos metros no lo ayuda, mucho menos teniendo en cuenta que sufre de una rodilla. El desgaste existe. Es evidente que la motivación es su combustible mental y los Juegos Olímpicos de Tokio eran un gran incentivo para este año. La cancelación de ese evento, más el aplazamiento del tour por el Covid-19, lo llevaron a poner freno de mano.
¿Cómo puede funcionar la mente de un deportista de elite al tener que superar, nuevamente, un gran obstáculo? Pablo Pécora, licenciado en psicología y especialista en deportes, que trabajó, entre otros tenistas, con Gastón Gaudio y Fabio Fognini, hizo una radiografía: «Juan Martín es un deportista que, como todos sabemos, tiene una carrera tan exitosa como intermitente debido a sus prolongadas recuperaciones por lesiones. Es un gran resiliente, que ha logrado superar obstáculos físicos y mentales, y ser competitivo. El hecho de estar dispuesto a volver a escalar esa montaña que siempre impone el alto rendimiento está ligado a tener objetivos que generen esa motivación interna única de conectarse con el deseo de logro. Cada recuperación provoca un desgaste, un fastidio en el jugador y su entorno, pero, al saber que la vida ultra competitiva del deportista tiene un límite, a veces ligado a lo físico y a veces a lo mental, quizás tengan que cambiar algunos puntos de vista para ver las cosas desde otra perspectiva. Juan Martín tiene esa mente privilegiada, nos puede sorprender una vez más ya que es un gran competidor. Pero lo tiene que desear él».
El doble medallista olímpico parece dispuesto, al menos desde el discurso, a dar pelea una vez más. «Jugué tantos años con dolor en la muñeca -dijo en ESPN-, que si tengo que jugar un poco más con dolor de rodilla para poder cerrar un ciclo como me gusta, lo trataría de bancar».
Zeballos y el recuerdo del dobles frustrado en Queen’s
Horacio Zeballos, el actual número 4 del mundo en dobles, vivió de cerca la tristeza de Juan Martín del Potro hace un año, en Queen’s. El tandilense poseía, apenas, un puñado de partidos en la temporada, y había combinado con el marplatense para jugar la competencia de dobles en Londres. Sin embargo, tras el partido de 1ª ronda en singles, Del Potro se bajó del partido con Feliciano López por los 8vos de final y, también, de la competencia por parejas.
«Me quedó una sensación amarga por varios motivos. Se trataba del período de regreso de Juan Martín y uno siempre tiene expectativas con él. Cada vez que vuelve, se mete Top Ten. Si hay algo lindo es verlo jugar a Roger [Federer], a Nole [Djokovic], a Rafa [Nadal] y también a Juan Martín, con la derecha que tiene, el saque y el nivel altísimo. En ese torneo habíamos quedado para jugar dobles por primera vez. Sentía que jugando con él podíamos ganar el torneo. Pero fue una tristeza grande», rememoró Zeballos, ante LA NACION.
Y añadió: «Toda esa semana, que éramos pareja de dobles, viví muy cerca, entrenamos varias veces, lo entré en calor porque encima él jugó contra un zurdo en la primera ronda [Shapovalov]. Me sentía involucrado. También era la posibilidad de que todos vieran que jugábamos juntos y que había la mejor onda entre nosotros, que aquella macana que me mandé había quedado recontra en el pasado y esta era una oportunidad fabulosa para remarcarlo». ¿A qué se refiere Cebolla? En 2013, en la 1ª ronda de la Copa Davis ante Alemania, en Parque Roca, tras el triunfo del dobles junto con David Nalbandian, los argentinos fueron consultados si habían recibido un mensaje de Del Potro, enfrentado con el capitán de ese momento, Martín Jaite, y Zeballos ironizó: «¿De quién? No, no». Al tiempo Zeballos se disculpó y reconoció su error.
«Fue un momento triste -concluyó Zeballos, quince veces campeón ATP en dobles-. Cuando sintió otra vez el dolor de rodilla después del partido con Shapovalov se preocupó. No quería tomar ninguna decisión drástica en ese momento hasta esperar los resultados. Después de bañarse tras el partido, fue a hacerse estudios con el fisio y su equipo. Estaba muy duro».
Fuente: Sebastián Torok – LA NACION DEPORTES – Fotoa: Crédito: Instagram/@delpotrojuan – AFP – LA NACION DEPORTES – Twitter ATP TOUR TENNIS TV – LA NACION DEPORTES