Un recorrido visual y emocional por los modelos que marcaron época: de la primera sin escudo a las que Kempes, Maradona y Messi llevaron a la glori
Explorá las camisetas de los mundiales
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En esos años, las camisetas no tenían contrato de patrocinio. Recién en 1974, con el regreso a los Mundiales tras la ausencia en México 1970 por no haber logrado la clasificación, se firmó el primer convenio oficial con una marca: Adidas. Contrato anual por 35 mil dólares. Bastones anchos, cuello en V, un celeste claro y el logo de las tres tiras marcaban el inicio de una relación comercial que —con interrupciones— atraviesa más de medio siglo. Aquel debut no fue feliz: la selección cayó goleada por la Naranja Mecánica. Pero la camiseta ya había dado un salto hacia el profesionalismo.

José Sanfilipo. Mundial de Chile 1962 Archivo Quique Wolf. Eliminatorias mundial 1974. Archivo
Cuatro años después, en 1978, el uniforme se transformó en bandera de celebración. En el único Mundial disputado en casa, con Menotti como técnico, la selección ganó su primer título: la imagen de Daniel Passarella, el capitán, en andas con la copa en sus manos es inmortal. Adidas estampó por primera vez el escudo de la AFA sobre el pecho, sumó las tres tiras en hombros y shorts, y presentó una camiseta azul alternativa con cuello blanco, que no se usó en todo el torneo. Contra Holanda, Mario Kempes y Daniel Bertoni convirtieron los goles con la prenda más valiosa de la historia argentina hasta entonces. En 1982, Adidas dejó su lugar a Le Coq Sportif, marca francesa, que pagó 72 mil dólares anuales. La camiseta mantuvo el espíritu clásico, pero sumó detalles novedosos: cuello en V, puños blancos y, como elemento central, un escudo renovado con hojas de laurel doradas a su alrededor. Fue el debut mundialista de Diego Maradona, pero el equipo no superó la segunda fase.

La revancha llegó en México 1986. Con el mismo proveedor francés, la camiseta se volvió icono. La versión titular, muy parecida a la anterior, de cuello redondo, acompañó a Maradona en todos sus momentos cumbre, pero fue la alternativa azul la que quedó grabada en la memoria colectiva: la de “La mano de Dios” y “el Gol del Siglo” ante Inglaterra en cuarto de final. Esa prenda fue comprada en el mercado mexicano por el utilero en el día previo al partido y bordada a las apuradas. “Bilardo quería camisetas caladas para el calor de México, y no había. Esta era de invierno”, recordó Rubén Moschella, utilero de la selección, en una entrevista. Tras una recorrida maratónica por tiendas deportivas en el Distrito Federal (Ciudad de México), encontró modelos lisos y Diego fue quien dio el visto bueno: “Agarró una y dijo: ‘Esta es linda’”. Luego vino la carrera contrarreloj para terminarlas: “A las doce de la noche estaban pegando los números con la plancha las chicas que nos daban de comer”, contó Oscar Ruggeri. Y Jorge Burruchaga, testigo directo, dijo en un video compartido en las redes sociales de Maradona de aquella previa: “Un día antes del partido, a las seis de la tarde, están cosiendo las camisetas las mujeres que limpian el lugar. Si salimos campeones, nos tienen que hacer un monumento a todos”. En la final contra Alemania, la celeste y blanca también sumó una postal inolvidable: José Luis “Tata” Brown, con un hombro lesionado, se rompió la camiseta para enganchar el dedo en el cuello y fijar su brazo. Jugó y convirtió un gol. La tela no solo transpiraba historia: la sostenía. El regreso de Adidas en 1990, que pagó entonces 840 mil dólares anuales, trajo consigo un modelo elegante: bastones más finos, cuello en V blanco con líneas celestes y mangas blancas con las tres tiras. La camiseta acompañó a la selección en otra final mundialista, nuevamente contra Alemania, esta vez con final amargo. En el partido decisivo, Argentina jugó de azul. La imagen de Maradona llorando con esa camiseta recorrió el mundo. En 1994, en Estados Unidos, la selección presentó un diseño moderno, con cuello tipo chomba, número en el frente y bastones más angostos. Fue la última camiseta que usó Diego Maradona en un Mundial. La escena de su gol a Grecia, con la icónica azul con cuello negro, corriendo desafiante hacia la cámara, es un grito que todavía retumba. Una prenda impactante para una despedida inesperada.
En Francia 1998 comenzó la era post Maradona. Adidas renovó su logo y presentó una camiseta sobria, con cuello negro y un escudo dorado de gran tamaño. El nombre del torneo aparecía por primera vez debajo del escudo. El equipo de Daniel Passarella fue protagonista, pero cayó en cuartos de final. En ese mismo Mundial, la camiseta alternativa azul con detalles de la bandera en los costados acompañó el triunfo por penales ante Inglaterra, una de las victorias más celebradas de esa generación. En el ciclo previo al Mundial 2002, la AFA firmó contrato con Reebok por 80 millones de dólares, cifra record para aquel entonces, pero por incumplimientos contractuales, la relación no prosperó. Adidas volvió a vestir a la selección en la Copa de Corea-Japón. El modelo, con cuello en “V” celeste y mangas amplias, fue uno de los más sobrios del período moderno. El equipo dirigido por Marcelo Bielsa no superó la primera fase y la camiseta quedó como símbolo de un fracaso inesperado. La alternativa azul, de diseño estilizado y moderno, se usó en el partido decisivo ante Suecia, que marcó la eliminación. En Alemania 2006, Adidas apostó por un rediseño integral: el número se corrió al costado derecho del pecho, el logo se centró y las mangas fueron blancas con tiras negras. En ese modelo, Lionel Messi debutó en los mundiales y marcó su primer gol oficial frente al viejo Serbia y Montenegro. Fue con la camiseta alternativa azul, un diseño que también se utilizó en la eliminación ante Alemania en cuartos, una tendencia que apenas empezaba. Desde entonces, cada camiseta contaría también su propia historia con Messi.
Gabriel Batistuta y Hernán Crespo. Mundial de Francia 1998 (Izq), Mundial de Alemania 2006 (Der) Archivo
Sudáfrica 2010 trajo una variación cromática: el celeste se volvió más intenso, las mangas fueron completamente celestes y las tiras, blancas. El diseño respetaba la disposición de escudo y número del Mundial anterior. Maradona era el director técnico y Messi, la figura. Fue una ilusión que se diluyó en cuartos de final, otra vez ante Alemania. En ese torneo, Martín Palermo convirtió su único gol mundialista ante Grecia, con la camiseta azul alternativa, de diseño clásico y detalles blancos, a los 36 años En Brasil 2014, la camiseta presentó bastones más finos, degradé de celeste y detalles en negro. El escudo fue rediseñado y ubicado en un parche. Fue el uniforme que acompañó a la selección de Alejandro Sabella hasta la final en el Maracaná. Aunque la derrota en tiempo suplementario ante Alemania dolió, la camiseta se convirtió en una de las más valoradas por los hinchas. La alternativa azul —con bastones horizontales oscuros—, se usó solo en la final. Pese a la derrota, el número 10 de Messi con esa prenda se volvió parte de la iconografía moderna. En Rusia 2018, Adidas homenajeó los 125 años de la AFA con un modelo –polémico en aquel entonces– inspirado en Italia ‘90. Franjas celestes pixeladas, cuello en “V” blanco, mangas completamente blancas y las tres tiras negras en los hombros. Fue un Mundial agitado: Jorge Sampaoli al mando, cambios constantes, una clasificación agónica y eliminación en octavos frente a la que sería campeón, Francia. La alternativa negra marcó un quiebre visual: fue la primera camiseta suplente en ese color. Más allá de lo estético, quedó como registro de una campaña para el olvido.

Lionel Messi. En los mundiales de Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Qatar 2022 Archivo
Qatar 2022 cambió todo. Con bastones bien definidos, detalles en negro, un sol de mayo en la nuca –que a Messi le “gustó mucho” – y un bastón central que recreaba la bandera argentina, la camiseta fue diseñada con una narrativa clara: identidad nacional. El 18 de diciembre en Lusail, Messi levantó la Copa con ese modelo, que se convirtió de inmediato en fetiche colectivo. Fue también la camiseta con la que se imprimió por primera vez el escudo con tres estrellas. Una prenda de consagración que tuvo su versión gigantesca sobre el teatro Colón para celebrar la gesta. La nueva camiseta para el Mundial 2026 ya fue presentada. Adidas optó por un diseño que rinde homenaje a las tres consagraciones: 1978, 1986 y 2022, con la última estrella resaltada en el medio. Incluye un efecto visual de franjas con distintos tonos de celeste y, en la parte posterior del cuello, la inscripción “1893”, en referencia al año de fundación de la AFA. Es un modelo sobrio, simbólico, que conecta con la tradición sin renunciar a la innovación. El estreno está previsto para el viernes 14, en el último amistoso del año, ante Angola. Ya no es una camiseta más: es la que usará el campeón defensor en la próxima copa del mundo.

mundial de Canáda, Estados Unidos, México 2026 Foto: Adidas
En más de 90 años de Mundiales, la camiseta de la selección argentina cambió de telas, de formas, de logos y hasta de colores. De los algodones gruesos de 1930 a las fibras técnicas de hoy. Del cordón en el cuello al corte aerodinámico. De no tener escudo ni número a convertirse en ícono global. Pero más allá de los detalles de diseño, hay algo que no cambió nunca: su capacidad para contar una historia. Cada camiseta dice algo del momento que representa. Algunas acompañaron gestas; otras, derrotas. Algunas fueron improvisadas, otras planificadas al milímetro. Pero todas, sin excepción, tienen algo para decir. Y están listas para seguir escribiendo historia.

















