Tras festejar el tanto en el desenlace y ser insultado, el delantero trató de desagradecidos a los simpatizantes locales y recordó su paso por Junín de hace una década.
Como si estuviera esperando su momento, el delantero consiguió en el tercer minuto adicional el 3-1 de Colón con un remate en la entrada al área. En la celebración, se llevó una mano detrás de un oreja, con mirada desafiante a la tribuna, en el clásico gesto de “¿y ahora qué van a de decir? Los escucho”. Y lo que llegó a oídos de Wanchope fue una catarata de diatribas, con hinchas que se apretaban contra el alambrado perimetral.
Todavía con las pulsaciones altas tras el final del partido, el atacante de Colón hizo su descargo ante el micrófono de la transmisión televisiva: “Es la sociedad, es como está la gente. Me insultaron durante todo el partido, sin saber por qué. Porque cuando yo vine a jugar en 2011, este club estaba en la ruina, no quería venir nadie a acá. Y salimos campeones, ascendimos y dimos un gran impulso para lo que después vino, que es la actualidad que tienen hoy. Pareciera que hacer las cosas bien molesta, duele. Estoy muy tranquilo porque en Sarmiento di todo, fui el goleador del torneo, fui campeón, ascendí. No le debo nada a nadie, soy dueño de festejar el gol como se me cante. No sé por qué pasó esto, pero no me molesta. Habla más de ellos que de mí”.
La explicación de Ábila
Perdió el invicto como local Sarmiento en la Liga Profesional de Fútbol y el “Huevo” Sergio Rondina se anotó el primer triunfo en los tres partidos que lleva en Colón. El 3-1 puede inducir a una supremacía futbolística del sabalero, pero el resultado no respondió estrictamente a lo que ocurrió en Junín, donde el equipo de Israel Damonte fue superior, pero cuando no chocó con las atajadas de Ignacio Chicco, se lamentó por la falta de precisión en el último remate. “Pasamos momentos de zozobra, la suerte estuvo de nuestro lado. El fútbol es efectividad. Metimos un triunfo bárbaro”, reconoció Ábila.
Colón encontró la victoria a partir del ingreso para los últimos 25 minutos de Juan Sánchez Miño, que con su panorama y su zurda exquisita puso las asistencias para los goles de Cristian Bernardi (2-1) y Ábila. En los últimos minutos, el conjunto de Rondina alcanzó una victoria que parecía lejana. Sarmiento, después de mucho insistir, había igualado con un gran control y un disparo desde fuera del área de Lisandro “Licha” López. Siguió buscando el triunfo y creó situaciones de gol, pero pagó caras las desatenciones en su zaga central.
Compacto de Sarmiento 1 vs. Colón 3
Antes de cumplirse 10 minutos, Sarmiento podía estar ganando por más de un gol de diferencia, pero cuando el partido llegaba a los 20 el Verde se encontró 1-0 abajo. En el área de Colón no encontraba el pie justo y en la propia se le iba la mano, como la que cometió Jonathan Torres en la barrera para desviar un tiro libre de Luis “Pulga” Rodríguez. El árbitro Leandro Rey Hilfer no la advirtió y la acción continuó unos cuantos segundos, hasta que en la primera interrupción fue advertido por el VAR.
Mientras el referí iba a chequear en el monitor, Lisandro López lo corrió desde atrás durante 20 metros con la misma aceleración que cuando tira un desmarque para irse hacia el arquero. “Licha” era un reflejo de la impotencia y el nerviosismo que invadían a Sarmiento. Apenas comenzado el encuentro, el veterano delantero tuvo el gol en una definición que el arquero Ignacio Chicco le tapó con un pie. En una ráfaga inmediata, dos remates de Torres salieron apenas desviados y una sutileza de Lucas Castro dio en un poste.
Muchas llegadas y nula contundencia de Sarmiento, al que primero lo salvó el VAR de un error de Rey Hilfer –sancionó con penal una mano de Castro que había sido fuera del área– pero al que luego, en el tiro libre que ejecutó “Pulga”, se le detectó la mano de Torres que se le había pasado al árbitro.
Colón se ponía en ventaja sin mostrar la mejoría futbolística que seguramente pretende Rondina, que en los tres partidos desde que reemplazó a Julio Falcioni todavía no alcanzó a darle al equipo una estructura confiable. Este gris empate parcial estaba en la línea de los conseguidos frente a Gimnasia y Aldosivi, pero se iluminó Sánchez Miño con un par de pases, acertó primero Bernardi y luego Ábila le subió la temperatura a un final caliente.