SANTA FE.- Con el debut soñado del paraguayo Junior Marabel (24 años), en una jugada de tres pasos, Unión le ganó a Vélez por 2 a 1, y está tercero, después de Atlético Tucumán y Gimnasia y Esgrima La Plata. El sueño de jugar nuevamente una copa internacional se sigue alimentando fecha tras fecha.

Pero el tatengue tiene aún la posibilidad de ascender un paso más porque está pendiente el cotejo frente a Talleres de Córdoba, por aquel accidente de hace 10 días, cuando un camión colisionó el micro que comenzaba el viaje del rojiblanco con destino a la vecina provincia.

Marabel llegó hace 15 días, recién esta semana fue habilitado e ingresó a los 16 minutos del complemento por Peralta Bauer. En la segunda ocasión que tuvo frente a Burián, el debutante puso su sello. Y dio vuelta un resultado que refleja el compacto trabajo que viene consolidando el trabajo del uruguayo Gustavo Munúa. “La habilitación fue todo un quilombo, pero por suerte se pudo dar… Vengo a pagar con goles; quiero que todas las pelotas que toque vayan adentro. Me voy muy feliz por el debut, la gente de Unión me recibió muy bien y se merece lo mejor”, dijo Marabel, autor de un gol con la potencia que mostraba Gabriel Batistuta, cuando terminó el partido.

Es cierto que Vélez vino a Santa Fe con un equipo alternativo pensando en la revancha con Talleres por la Copa Libertadores, pero va a lamentar –y mucho- lo que desperdició Osorio cuando el conjunto de Liniers estaba en ventaja y pudo cerrar el marcador. Un abuso de confianza después de dejar en el camino a Mele distrajo el remate final que se fue desviado. Los minutos restantes demostraron que Alexander Medina sabía por qué se lamentó de esa jugada. Vélez le “perdonó” la vida a Unión y el tatengue se hizo cargo de esa responsabilidad. De allí en adelante mostró más concentración, especialmente en el medio, y se fue acercando al área adversaria. Con los cambios, el visitante fue perdiendo equilibrio pero fundamentalmente seguridad en sus desplazamientos. En las pelotas divididas el rival lo apuró y le ganó terreno.

Bryan Castrillón puso el 1 a 1, con la complicidad del uruguayo Burián, y Vélez no reaccionó. Se fue conformando con el resultado y lo pagó muy caro. Cuando sobre el final quedó en desventaja intentó pero ya no tenía fuerzas ni fútbol.

Vélez había pegado primero cuando tuvo decisión para encarar el juego que le proponía Unión. Y en ese período inicial fue concreto: recuperó y atacó. A Unión le faltó final. Hizo lo conveniente pero no lo necesario. Con Machuca y Castrillón, abrió el terreno pero no tuvo peso en el área. Y cuando generó las situaciones apareció Burián para evitar la igualdad.

Tras el gol de José Florentín, Vélez ordenó mejor la línea de volantes. Soñora y Julión Fernández se apoyaron en Osorio. Y atrás, Godín e Insúa cubrieron los relevos. Todos los intentos tatengues no tuvieron la frescura que se necesitaba para romper el esquema defensivo que le propuso Vélez. La diferencia la justificó el visitante en la atención puesta en la zona caliente del medio campo.

Lo mejor del partido

El complemento pudo ser diferente, como se dijo, pero la mentalidad del conjunto local y Junior Marabel hicieron trizas las aspiraciones de un Vélez que se fue con las manos vacías cuando pudo haberse llevado todo, o casi todo.