La T venció como local a Rosario Central por 4-1 y llegó a diez partidos sin conocer la derrota; Nahuel Tenaglia, Mateo Retegui (dos) y Diego Valoyes convirtieron para los cordobeses; descontó Alan Marinelli.
Quizás cuando pase el tiempo -que todo lo enseña- y baje la espuma, los jugadores de Talleres tomen distancia y comprendan la dimensión de este presente de ensueño. Se dijo una y otra vez: la montaña es más clara desde el llano para quien vive en ella. Mientras tanto, son días dulces allá en la cima de las posiciones para el equipo cordobés.
Son días de encanto para el líder absoluto del fútbol argentino, que gana, gusta, golea y manda con la prepotencia de un juego excelso. Esta vez lo padeció Rosario Central, que venía de vencer a Banfield y a San Lorenzo. Fue de nuevo sin público en el contorno. Pero su gente ya se restrega las manos por volver a verlo bien de cerca, ahora que se abrió el grifo para el regreso del público a las canchas. Y más después de este lapidario 4-1 sobre el conjunto del Kily González, una goleada convocante que se suma a los sólidos argumentos que vienen exhibiendo los dirigidos por el Cacique Alexander Medina.
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El invicto de diez partidos no hace otra cosa que enmarcar el gran momento de Talleres. La terna arbitral comandada por Néstor Pitana cometió errores que perjudicaron a Central, es cierto: anuló mal el gol de Infantino por un offside de Marco Ruben que no existió (hubiese sido el segundo tanto de equipo rosarino) y convalidó el cuarto del local a pesar de la posición adelantada de Komar.
Pero para el otro lado de la balanza también se equivocó: no hubo falta de Enzo Díaz que justificara la segunda amarilla y la consecuente expulsión en el amanecer del segundo tiempo. A pesar de eso Talleres siguió siendo más que Central con diez jugadores, como lo había once contra once.
El resumen de Talleres 4 vs. Rosario Central 1
En fin, ya en el primer tiempo aplastó a un rival que, a pesar de todo, nunca se entregó. Tenaglia de cabeza abrió el marcador y Retegui convirtió dos veces, luego descontó Marinelli sobre la expiración de la primera etapa como para avivar el fuego rosarino de cara a la segunda etapa. Luego llegó todo lo mencionado: la expulsión que no debió ser, un gol mal anulado y otro mal convalidado.
Así se desplomaron las ilusiones que tenía Central de dar el gran golpe a pesar de varias ausencias, entre lesiones y marginados por Covid-19. Así encadenó Talleres otro triunfo para el entusiasmo. El miércoles tiene cita con Temperley, en cancha de Lanús, por Copa Argentina. Pero esa será otra historia.