El equipo de Insua se impuso por 2-1 con una gran actuación de Vombergar; la Academia terminó con 9 por las expulsiones de Chancalay y Sigali.

En un partido que se calentó de golpe con tantos y expulsiones por VAR mediante, San Lorenzo se llevó los tres puntos de Avellaneda con un gran triunfo por 2 a 1 sobre Racing. Se recibió de equipo el Ciclón, con una victoria que termina de afirmar el buen trabajo de Rubén Darío Insua en lo que va del campeonato. Un cuadro duro, muy ordenado y con futbolistas dispuestos a disputar cada pelota, que conoce sus limitaciones y las explota a pura voluntad. Con esa receta le alcanzó para doblegar a un Racing que llegaba con la ilusión de conseguir por fin dos triunfos seguidos después de 25 fechas y así prenderse en el campeonato.

Más allá de la victoria de los de Boedo, Rubén Darío Insua le ganó el duelo táctico a Fernando Gago. Antes del inicio del partido, el entrenador local se acercó a estrecharle la mano al técnico visitante, como indica la camaradería. Los dos quisieron mover el banco en el entretiempo. Pero el que tenía la carta ganadora bajo la manga era el Gallego. Eligió mandar al gigante Andrés Vombergar en lugar del chiquito Nahuel Barrios. El punta entró en una posición inusual, como extremo derecho, luego de que Ezequiel Cerutti se moviera a la izquierda. Como sea, tenía la llave del partido: provocó el primer tanto y marcó el segundo. Fue el héroe de un triunfo que el Ciclón festeja y mucho: hasta los allegados que se acercaron a Avellaneda se fueron festejando. Es el primer triunfo sobre la Academia luego de siete años, desde 2015.

Se jugó un clásico en Avellaneda. Con pierna fuerte y corazón caliente. Se cruzaban un equipo -Racing- que no perdía hace diez fechas y otro -San Lorenzo- que apenas cayó una vez en los últimos nueve partidos. La única manera de sostener una racha así en el fútbol argentino es con un equipo comprometido, con jugadores intensos en cada sector del campo. Eso, con sus matices tácticos y técnicos, son la Academia y el Ciclón. Y así salió el duelo.

En toda la primera mitad las áreas estuvieron de adorno. La pelota andaba por la mitad de la cancha. Como pocas veces en este año, Racing estuvo incómodo para desplegar su fútbol. Apurado en encontrar los huecos que San Lorenzo no ofrecía, equivocaba el pase y caía en la telaraña visitante, que estaba lista para contraatacar con sus tres puntas peligrosos. Pudo haber generado algo de peligro el Ciclón en los primeros 45 minutos, con dos tiros libres en la medialuna del área. Primero ejecutó mal Nicolás Fernández Mercau y luego lo imitó Ezequiel Cerutti.

Si el Racing-San Lorenzo se anunciaba como uno de los puntos altos de esta 15° fecha, lo inusual del lunes como escenario del partido y el último frío del invierno fueron entibiando la cita. Tan floja había sido la primera mitad que los dos entrenadores movieron el banco en el entretiempo. Gago buscó algo de desequilibrio con Tomás Chancalay y Carlos Alcaraz, mientras que Insua mandó a la cancha a Andrés Vombergar por Nahuel Barrios.

Cinco minutos después de esas modificaciones, Vombergar pescó una pelota perdida en el área y se la bajó a Juan Ignacio Méndez, quien remató para romper la paridad. La primera pelota del encuentro con destino de arco fue gol. Si el Cilindro ya transpiraba algunos nervios, a partir de la desventaja todo se volvió más intenso. Apenas Chancalay pisó la cancha y se instaló sobre la banda izquierda, al lateral Agustín Giay le llegó una indicación desde el banco de suplentes. Un ayudante de Insua señaló primero al 28 de Racing y luego se llevó el dedo a la sien. Una manera de decir: “ganale la cabeza”. Giay se llevó el primer duelo mano a mano cuando el surgido de Colón lo quiso encarar. Y cinco minutos después el capitán de la Selección Sub 20 provocó su expulsión, VAR mediante. En doce minutos del segundo tiempo había pasado mucho más que en toda la primera mitad. Y faltaba más.

La desventaja y el sacudón de la expulsión de Chanca -la tercera por roja directa en lo que va del año- movilizaron a Racing, que pareció sacar a relucir el amor propio que se le reclamaba en determinados contextos. Gago reordenó el equipo con el ingreso de Maxi Romero y Jonathan Gómez: 4-3-2, con dos puntas por dentro. Un puñado de minutos después el encuentro ya estaba igualado de nuevo: Eugenio Mena habilitó a Copetti, que de palomita marcó el 1 a 1. Pudo haber durado un suspiro esa paridad, pero Facundo Mura se disfrazó de bombero en la línea, cuando Bareiro ya había definido al arco vacío. La ventaja del Ciclón igual iba a llegar: Vombergar aprovechó un error de Mena y facturó en gran forma ante la salida de Arias.

San Lorenzo ya había aprendido la lección: si se quería llevar los tres puntos necesitaba enfriar el partido. Y el tanto del goleador de origen esloveno cayó como agua helada en Avellaneda. Cuando el reloj ya marcaba los 40, otra vez Fernando Espinoza fue llamado por el VAR. El capitán Leonardo Sigali fue expulsado por una entrada sobre Bareiro. Para Sigali era el regreso después de siete partidos. No tuvo un buen partido y se fue antes de tiempo. El paraguayo es cosa seria: ya había provocado la amonestación de Sigali y también la del otro zaguero, Emiliano Insúa. Aún con dos hombres menos y en desventaja, la Academia siguió creyendo en el empate. A puro pelotazo empujó contra el arco de Augusto Batalla, que casi no se tuvo que esforzar. Dos atajadas de Arias sostuvieron la diferencia mínima, como para que el suspenso se mantenga hasta el final. Era lo que merecía un partido con tanta tensión.