La victoria no llegó a apagar el fuego de los insultos a jugadores, dirigentes y entrenador.
Cuando ni siquiera la persistente llovizna parecía poder bajar la temperatura del Cilindro de Avellaneda, Racing encontró un triunfo que había regalado a un minuto del final. El reloj ya marcaba 50. Además de agua, sobre el campo de juego ya caían los insultos a jugadores y dirigentes. En medio de ese torbellino, Agustín Almendra halló un hueco para habilitar a Gastón Martirena. El uruguayo se llenó el botín de cuero y le rompió el arco a Lucas Hoyos.
El gol le dio la victoria por 2 a 1 a la Academia. Y esos tres puntos dejan a Racing como líder del grupo B, luego de cinco fechas de la Copa de la Liga Profesional. Además, acerca al equipo dirigido por Fernando Gago a la zona de clasificación para las copas internacionales en la tabla anual. Sin embargo, no alcanza para que la tranquilidad regrese. Porque el segundo tiempo parece un buen resumen del ciclo de este Racing. Con juego y empuje, había hecho méritos como para establecer al 1 a 0. Cuando quedaban dos minutos para el cierre, Gabriel Arias salió a buscar lejos el último envío al área y le cedió el empate a Newell’s. Estalló la bronca. Aunque cambió otra vez el resultado, esa sensación da la impresión de no haberse ido. Y llegará hasta el clásico contra Independiente, del próximo sábado.
Media hora antes, cuando Jonathan Gómez había marcado el primer tanto, la calma parecía posible. Todavía se oía la silbatina estruendosa recibida por Maximiliano Romero unos segundos antes, cuando Gago lo había mandado a la cancha. También para el entrenador hubo algunos reproches, cuando la voz del estadio anunció su nombre. Y cuando salió al campo luego del descanso, esa muestra de disconformidad contra el DT fue en aumento. En el momento en que los hinchas parecían entrar en estado de ebullición, con el clásico de Avellaneda en el horizonte y la dura eliminación de la Copa Argentina a manos de Huracán en el pasado inmediato, Gómez encontró el camino a la tranquilidad con un derechazo suave en el área.
Desde que Gago asumió, en octubre de 2021, el ciclo se mueve al ritmo de una montaña rusa. De la sensación de estar en lo más alto, a una caída abrupta, repentina, inesperada. Así como la consolidación de un estilo de juego y conseguir una buena cantidad de puntos son inusuales en el fútbol argentino, también lo han sido las buenas maneras de perder o de no coronar los objetivos. A ese ritmo también se mueve el sentimiento de los hinchas para con el entrenador.
A ese caldo de cultivo que generaron los resultados, Gago ha añadido declaraciones provocativas y una personalidad algo chúcara, que parece alejarlo más de la gente. El ingreso de Romero, señalado desde la eliminación ante Boca por la Copa Libertadores, es una de esas decisiones que irritan al público. También, una muestra de personalidad.
A Fernando Gago y a Gabriel Heinze los une una amistad. También, cierta aura de ser “bichos raros” en el ambiente del fútbol. Compartieron las canchas 84 veces con tres camisetas distintas: la de la selección, la de Real Madrid y la de Roma. Incluso Heinze dirigió al ex mediocampista en Vélez, el club en el que Gago terminó su carrera. Fue en ese período en que el surgido de Boca terminó de convencerse de ser entrenador. En las contadas apariciones públicas de cada uno, con perfiles huidizos frente a la prensa, suelen cruzarse elogios.
Compacto de Racing 2 vs. Newell’s 1
Cuando se mide un equipo de Gago con uno de Heinze la esperanza es que salga un partido entretenido, bien jugado, con ocasiones de riesgo ante los dos arcos. Nada de eso ocurrió en el primer tiempo, un bostezo que parecía acompañar la jornada gris. Los dos equipos anunciaban debilidades defensivas, pero sus delanteros no estaban lúcidos como para aprovecharlas. En el segundo período, en cambio, pasó de todo. Esas falencias en el fondo se transformaron en goles. Sobraron las emociones.
Para Racing, los tres puntos y la presencia en la cima de la tabla resultan un alivio. Aunque ya acumule dos duras eliminaciones y le quede un solo objetivo este año, el equipo está aún en construcción. Contra Newell’s, Nazareno Colombo se metió a los hinchas en el bolsillo. Y al gol salvador lo construyeron Almendra y Martirena. Junto a las figuras Juan Fernando Quintero y Roger Martínez, son refuerzos que llegaron para disputar la Libertadores. Casi no pudieron hacerlo. Ahora les queda la Copa de la Liga. Como casi siempre, Racing caminó por la cornisa, pero terminó de pie.