Gavin y Scott Hastings son símbolos legendarios del Cardo y de los British Lions. Disfrutaron y también pasaron por situaciones delicadas. Una sola vez enfrentaron a los Pumas.
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El 10 de octubre, Día Mundial de la Salud Mental, Scott le dijo al programa Mornings, de la BBC Radio de Escocia, que le ha costado mucho aceptar la pérdida de su mujer. “Estoy completamente destrozado. Jenny era una madre, esposa y hermana tan linda y amorosa. La extrañamos demasiado. Nos hemos quedado con las manos vacías”. Este héroe del rugby británico, reveló que hace unos tres años se sometió a una quimioterapia con el fin de eliminar un linfoma de Hodgkin. Un cáncer que se inicia en los glóbulos blancos llamados linfocitos, tratable y que no ponía en peligro su vida. “El único inconveniente fue quedarme temporalmente calvo”, declaró con humor, una vez superado el mal momento.
El Gran Gav
“El Gran Gav”, como lo llamaban en su época de jugador, completó una carrera de ensueño y se dio el gusto de ejercer la capitanía, tanto de Escocia como de los British Lions. Jugó y logró victorias en todas partes del mundo, hechos que le proporcionaron fama, prestigio y reconocimiento en diversos países. “Eso ha sido muy lindo, pero Escocia es mi lugar, especialmente Edimburgo. Estoy sumamente feliz de vivir aquí. Siempre me he considerado un embajador de mi país”, afirmó en una entrevista.
En su casa incorporó los valores que luego el rugby profundizó, al igual que su hermano Scott. Y la educación académica la recibió en el colegio George Watson, desde los cinco hasta los 18 años de edad, como Scott. Al egresar, Andrew Gavin decidió mudarse al pueblo de Paisley, para ir a la universidad, y luego a Cambridge, donde ejerció la capitanía del equipo universitario de rugby. “Esas experiencias me sirvieron para el resto de mi vida. Fueron años muy instructivos. Tuve la suerte de viajar por el mundo practicando este deporte. Esos viajes me hicieron apreciar lo que Escocia significa para mí. Y me dio una visión del mundo, conociendo gente de diferentes culturas y orígenes”, detalló.

es licenciado en economía agrariaGetty Images – Hulton Archive
El fullback tuvo un paso por la universidad (estudió economía agraria, consiguiendo la licenciatura en 1986) y combinó el rugby con el trabajo de topógrafo. “Todas las semanas iba a trabajar y luego entrenaba. Y cuando llegué al final de mi carrera, en 1995, monté un negocio, una consultoría de marketing deportivo”, apuntó quien representó a su país en 61 partidos internacionales, entre 1986 y 1995, veinte de ellos como capitán; y a los British Lions, combinado al que se accede por invitación, en 1986, 1989 (gira por Australia) y 1993 (como capitán en un tour a través de Nueva Zelanda).
Su debut en el Cardo se produjo en 1986, contra Francia, tras disputar cinco encuentros en Escocia B. Esa temporada, Hastings y compañía, compartieron con los galos el primer puesto del, por entonces, Cinco Naciones. Y cuatro años después, el aporte de Gavin resultó vital para la obtención de un nuevo título y con Grand Slam, es decir, ganando todas las fechas. Este certero pateador erró un famoso penal, frontal a los palos, nada menos que ante Inglaterra, el viejo enemigo, en su ciudad y por la semifinal del Mundial 91, cuando el marcador estaba igualado en 6 y ya promediaba el segundo tiempo. Si entraba el tiro, podría haber cambiado la historia de esa copa. Escocia debía aguantar la ventaja y, de conseguirlo, los ingleses no hubiesen sido los campeones y el título se hubiera definido entre los escoceses y los australianos, nada menos que en Twickenham.

Al llegar a febrero de 1995, Gavin se convirtió en el poseedor de un número récord de partidos con su seleccionado, cuando saltó al campo por quincuagésima tercera vez, superando al hooker Colin Deans y al centro Jim Renwick. Su despedida del XV nacional ocurrió el 11 de junio de 1995, al caer 48-30 frente a los All Blacks, en Pretoria, por los cuartos de final del Mundial sudafricano. Al concluir el partido, en su legajo figuraban 667 puntos anotados, una cifra que se mantuvo en lo más alto de los registros de su país, hasta que, en 2008, lo superó el también número 15, Chris Paterson.
En la mente del mayor de los Hastings permanecen intactas las imágenes de su primera vez en una cancha de rugby. “Parece que hubiese sido ayer. Recuerdo que mi padre me llevó a Murrayfield en 1971 para ver Escocia-Gales. Un chico llamado John Taylor metió una maravillosa conversión en el último minuto. La metió de zurda, desde la derecha. Eso, a mis nueve años, me impactó y me quedé varios minutos pensando: ‘¡Wow, esto es fantástico…! Algún día voy a estar allí adentro”.
Gavin, junto a su hermano Scott, enfrentaron una sola vez a los Pumas: el 10 de noviembre de 1990, en Murrayfield, en el marco de una gira de los argentinos por el Reino Unido. Los locales vencieron 49-3 a un rival que incluyó a Hugo Porta, Diego Cash, Pichino Cubelli, Diego Cuesta Silva, Chirola Scolni, Lisandro Arbizu, Matías Allen, Pedro Sporleder, Pablo Garretón y Guillermo Angaut, entre otros. Una mezcla de veteranos y jóvenes que no dio resultado aquella tarde.
El fullback, gran pateador, hábil, rápido, fuerte y seguro en el juego aéreo, probó suerte en el fútbol americano. En 1996 se unió a los Claymores escoceses, equipo que participaba de la NFL Europa. El rugbier jugó una sola temporada en el rol de pateador, anotando 24 de 27 conversiones. “A diferencia del rugby, en el fútbol americano la patada es un trabajo de equipo. Es una diferencia fundamental”, sostuvo. “Trabajamos con quien hace el saque y con quien sostiene la pelota. Si el saque es malo, la pelota no estará ahí para un compañero. Es todo una cuestión de ritmo y técnica”, explicó. “Mi trabajo consistía simplemente en convertir. A los entrenadores les daba igual lo que hiciera, siempre y cuando yo estuviese en el campo y enviara el balón entre los postes”. Los Claymores ganaron el World Bowl ese año y, sin embargo, Hastings fue liberado al finalizar la temporada.

Además de los títulos en el rugby y el del fútbol americano, Gavin recibió dos importantes distinciones: la Orden del Imperio Británico, en 1993, debido a sus servicios al rugby, y un premio honorario de la Universidad Heriot Watt, de Edimburgo, en 1995, por su contribución al deporte nacional. En 2013 ingresó en el Salón de la Fama de World Rugby. Y en la actualidad, con 63 inviernos sobre los hombros, pasa su tiempo como embajador deportivo y activista comprometido, y orador principal, de organizaciones benéficas, fundamentalmente de Sandpipier Trust, cuyos objetivos están relacionados con la mejora de la atención pre hospitalaria inmediata en las zonas remotas y rurales de Escocia.
“Lo hago porque creo que es importante dar parte de tu tiempo de forma gratuita y apoyar buenas causas. En muchos aspectos me involucré más con algo como el Parkinson a raíz de la situación de Diane”, manifestó. Y desde hace bastante, su pasatiempo preferido es el golf. “Me divierto bastante jugando con amigos. ¿Qué es lo mejor de Escocia? ¡Los campos de golf!”, exclamó sin dudar quien no se pierde las ediciones de la Ryder Cup, el torneo que, cada dos años, enfrenta a un equipo de Europa con otro de Estados Unidos.: “He asistido a todas las Ryder Cup desde 1997, excepto a una. Me encanta y voy como un verdadero fanático”, señaló.
“El juego se ha vuelto brutal”
En una entrevista reciente, Gavin comparó al rugby actual con el que jugó en los años 80 y 90. “Este deporte ha experimentado grandes cambios, el principal es la llegada del profesionalismo. Nosotros jugábamos por diversión. Todos teníamos trabajos, éramos amateurs, y el rugby era algo que hacíamos con nuestros amigos los fines de semana, casi como un acto social. El juego se ha vuelto brutal. Quienes juegan hoy son enormes, muy fuertes y atléticos… Y creo que es algo malo para sus cuerpos. Los jugadores que ahora tienen 30, 35 años son los primeros que han jugado toda su carrera como profesionales y temo por su salud cuando lleguen a mi edad, 60, 65 años”.

Edimburgo. El autobús promovía el rugby de clubes en las ligas escocesas, con
viajes entre Kilmarnock y GlasgowDavid Cheskin – PA Images – PA Images
Además, Hastings teme por el devenir del rugby escocés e incluso se arriesga a decir que el equipo nacional podría no clasificarse a una Copa del Mundo en el futuro. “Estamos al borde de un precipicio en lo que respecta a la trayectoria de Escocia. Otros países han progresado mucho, como Kenia, Portugal o España. Creo que el rugby nuestro puede seguir el mismo camino que el fútbol y que en el algunos años no nos clasifiquemos para los mundiales”. El ex fullback dijo no exagerar con su pesimista predicción. “En la era posterior a Kenny Dalglish (leyenda del futbol británico de los 70 y 80, emblema del Celtic y del Liverpool), habría parecido inverosímil que el seleccionado escocés no se clasificara para los mundiales. Sin embargo, sucedió (no participa de las rondas finales desde Francia 98, donde terminó último en su grupo). Y agregó: “No se trata de una crítica, es simplemente una constatación de los hechos y eso me preocupa”.
Glorias del deporte escocés, como los futbolistas Kenny Dalglish, Denis Law y Matt Busby; los golfistas James Braid y Colin Montgomery; y los corredores de Fórmula 1, Jim Clark y Jackie Stewart, comparten con Gavin un lugar de privilegio en el Salón de la Fama del Deporte Escocés.
Scott, otro guerrero
Scott, como su hermano, también pasó por Escocia B antes de estrenarse en el conjunto principal, con apenas 21, en 1986, frente a Francia y junto a Gavin. Scott también lo siguió a él en los British Lions, entre 1989 y 1993. Una vez lo consultaron acerca de cómo fue jugar al lado de su hermano. Y respondió: “Algo único”. En un principio compitieron por el mismo puesto, el de fullback, pero luego, Scott pasó a ocupar el lugar de inside y eso allanó el camino para que ambos pudieran integrar las formaciones titulares del seleccionado. A su carrera internacional, Scott debió compatibilizarla con su trabajo en una agencia de publicidad. Luego, con Gavin, y por muchos años, dirigió una empresa organizadora de eventos. Más adelante se dedicó al periodismo deportivo, como comentarista en la cobertura de distintos mundiales de rugby. Y en julio de 2014 participó por primera vez en el programa de debate político: “Question Time”, de la BBC. En ese entonces se debatía el referéndum por la independencia de Escocia y Scott apoyó la campaña “Better Together”, contra la separación. El fullback devenido en centro continúa involucrado en los medios de comunicación y ocasionalmente escribe una columna en un diario.

Su labor explicando el juego en las coberturas de los mundiales lo mantiene como una figura relevante en el mundo de la pelota ovalada, donde también ejerció la capitanía de los Barbarians y del equipo de seven de su país. Como comentarista (mundiales, Seis Naciones) brindó su enorme experiencia y un certero y claro análisis del juego.
La comparación permanente con Gavin no afectó a quien, al momento de retirarse, en 1997, ostentaba el récord de mayor cantidad de presencias usando la camiseta azul marino. Y más allá de que la opinión generalizada es que Gavin se lució más que Scott en las canchas, este último también dejó una huella y un importante legado. Los dos juntos son recordados como grandísimos jugadores, tanto en Edimburgo, como en el seleccionado o en los British Lions.

LionsGetty Images – Hulton Archive
“Haber sido seleccionado junto a mi hermano para jugar en los British & Irish Lions fue algo fantástico, también. Recuerdo muy bien aquella gira por Australia. Y tengo muy presente el momento en el que estaba con Gavin en el vestuario, rodeado de extraordinarios jugadores, mirando fijamente ese escudo de la camiseta colorada: iba a llevarlo sobre mi pecho”, rememoró. “Y como éramos amateurs, tuve que pedir permiso para ausentarme de mi trabajo por ocho semanas”, añadió. En la actualidad, Scott es consultor independiente de marketing y medios, y dicta numerosas conferencias y seminarios de motivación para empresas de primera línea.
Gavin y Scott son dos glorias del rugby escocés. Dos guerreros de corazones bravos.
El 10 de octubre, Día Mundial de la Salud Mental, Scott le dijo al programa Mornings, de la BBC Radio de Escocia, que le ha costado mucho aceptar la pérdida de su mujer. “Estoy completamente destrozado. Jenny era una madre, esposa y hermana tan linda y amorosa. La extrañamos demasiado. Nos hemos quedado con las manos vacías”. Este héroe del rugby británico, reveló que hace unos tres años se sometió a una quimioterapia con el fin de eliminar un linfoma de Hodgkin. Un cáncer que se inicia en los glóbulos blancos llamados linfocitos, tratable y que no ponía en peligro su vida. “El único inconveniente fue quedarme temporalmente calvo”, declaró con humor, una vez superado el mal momento.
El Gran Gav
“El Gran Gav”, como lo llamaban en su época de jugador, completó una carrera de ensueño y se dio el gusto de ejercer la capitanía, tanto de Escocia como de los British Lions. Jugó y logró victorias en todas partes del mundo, hechos que le proporcionaron fama, prestigio y reconocimiento en diversos países. “Eso ha sido muy lindo, pero Escocia es mi lugar, especialmente Edimburgo. Estoy sumamente feliz de vivir aquí. Siempre me he considerado un embajador de mi país”, afirmó en una entrevista.
En su casa incorporó los valores que luego el rugby profundizó, al igual que su hermano Scott. Y la educación académica la recibió en el colegio George Watson, desde los cinco hasta los 18 años de edad, como Scott. Al egresar, Andrew Gavin decidió mudarse al pueblo de Paisley, para ir a la universidad, y luego a Cambridge, donde ejerció la capitanía del equipo universitario de rugby. “Esas experiencias me sirvieron para el resto de mi vida. Fueron años muy instructivos. Tuve la suerte de viajar por el mundo practicando este deporte. Esos viajes me hicieron apreciar lo que Escocia significa para mí. Y me dio una visión del mundo, conociendo gente de diferentes culturas y orígenes”, detalló.

es licenciado en economía agrariaGetty Images – Hulton Archive
El fullback tuvo un paso por la universidad (estudió economía agraria, consiguiendo la licenciatura en 1986) y combinó el rugby con el trabajo de topógrafo. “Todas las semanas iba a trabajar y luego entrenaba. Y cuando llegué al final de mi carrera, en 1995, monté un negocio, una consultoría de marketing deportivo”, apuntó quien representó a su país en 61 partidos internacionales, entre 1986 y 1995, veinte de ellos como capitán; y a los British Lions, combinado al que se accede por invitación, en 1986, 1989 (gira por Australia) y 1993 (como capitán en un tour a través de Nueva Zelanda).
Su debut en el Cardo se produjo en 1986, contra Francia, tras disputar cinco encuentros en Escocia B. Esa temporada, Hastings y compañía, compartieron con los galos el primer puesto del, por entonces, Cinco Naciones. Y cuatro años después, el aporte de Gavin resultó vital para la obtención de un nuevo título y con Grand Slam, es decir, ganando todas las fechas. Este certero pateador erró un famoso penal, frontal a los palos, nada menos que ante Inglaterra, el viejo enemigo, en su ciudad y por la semifinal del Mundial 91, cuando el marcador estaba igualado en 6 y ya promediaba el segundo tiempo. Si entraba el tiro, podría haber cambiado la historia de esa copa. Escocia debía aguantar la ventaja y, de conseguirlo, los ingleses no hubiesen sido los campeones y el título se hubiera definido entre los escoceses y los australianos, nada menos que en Twickenham.

Al llegar a febrero de 1995, Gavin se convirtió en el poseedor de un número récord de partidos con su seleccionado, cuando saltó al campo por quincuagésima tercera vez, superando al hooker Colin Deans y al centro Jim Renwick. Su despedida del XV nacional ocurrió el 11 de junio de 1995, al caer 48-30 frente a los All Blacks, en Pretoria, por los cuartos de final del Mundial sudafricano. Al concluir el partido, en su legajo figuraban 667 puntos anotados, una cifra que se mantuvo en lo más alto de los registros de su país, hasta que, en 2008, lo superó el también número 15, Chris Paterson.
En la mente del mayor de los Hastings permanecen intactas las imágenes de su primera vez en una cancha de rugby. “Parece que hubiese sido ayer. Recuerdo que mi padre me llevó a Murrayfield en 1971 para ver Escocia-Gales. Un chico llamado John Taylor metió una maravillosa conversión en el último minuto. La metió de zurda, desde la derecha. Eso, a mis nueve años, me impactó y me quedé varios minutos pensando: ‘¡Wow, esto es fantástico…! Algún día voy a estar allí adentro”.
Gavin, junto a su hermano Scott, enfrentaron una sola vez a los Pumas: el 10 de noviembre de 1990, en Murrayfield, en el marco de una gira de los argentinos por el Reino Unido. Los locales vencieron 49-3 a un rival que incluyó a Hugo Porta, Diego Cash, Pichino Cubelli, Diego Cuesta Silva, Chirola Scolni, Lisandro Arbizu, Matías Allen, Pedro Sporleder, Pablo Garretón y Guillermo Angaut, entre otros. Una mezcla de veteranos y jóvenes que no dio resultado aquella tarde.
El fullback, gran pateador, hábil, rápido, fuerte y seguro en el juego aéreo, probó suerte en el fútbol americano. En 1996 se unió a los Claymores escoceses, equipo que participaba de la NFL Europa. El rugbier jugó una sola temporada en el rol de pateador, anotando 24 de 27 conversiones. “A diferencia del rugby, en el fútbol americano la patada es un trabajo de equipo. Es una diferencia fundamental”, sostuvo. “Trabajamos con quien hace el saque y con quien sostiene la pelota. Si el saque es malo, la pelota no estará ahí para un compañero. Es todo una cuestión de ritmo y técnica”, explicó. “Mi trabajo consistía simplemente en convertir. A los entrenadores les daba igual lo que hiciera, siempre y cuando yo estuviese en el campo y enviara el balón entre los postes”. Los Claymores ganaron el World Bowl ese año y, sin embargo, Hastings fue liberado al finalizar la temporada.

Además de los títulos en el rugby y el del fútbol americano, Gavin recibió dos importantes distinciones: la Orden del Imperio Británico, en 1993, debido a sus servicios al rugby, y un premio honorario de la Universidad Heriot Watt, de Edimburgo, en 1995, por su contribución al deporte nacional. En 2013 ingresó en el Salón de la Fama de World Rugby. Y en la actualidad, con 63 inviernos sobre los hombros, pasa su tiempo como embajador deportivo y activista comprometido, y orador principal, de organizaciones benéficas, fundamentalmente de Sandpipier Trust, cuyos objetivos están relacionados con la mejora de la atención pre hospitalaria inmediata en las zonas remotas y rurales de Escocia.
“Lo hago porque creo que es importante dar parte de tu tiempo de forma gratuita y apoyar buenas causas. En muchos aspectos me involucré más con algo como el Parkinson a raíz de la situación de Diane”, manifestó. Y desde hace bastante, su pasatiempo preferido es el golf. “Me divierto bastante jugando con amigos. ¿Qué es lo mejor de Escocia? ¡Los campos de golf!”, exclamó sin dudar quien no se pierde las ediciones de la Ryder Cup, el torneo que, cada dos años, enfrenta a un equipo de Europa con otro de Estados Unidos.: “He asistido a todas las Ryder Cup desde 1997, excepto a una. Me encanta y voy como un verdadero fanático”, señaló.
“El juego se ha vuelto brutal”
En una entrevista reciente, Gavin comparó al rugby actual con el que jugó en los años 80 y 90. “Este deporte ha experimentado grandes cambios, el principal es la llegada del profesionalismo. Nosotros jugábamos por diversión. Todos teníamos trabajos, éramos amateurs, y el rugby era algo que hacíamos con nuestros amigos los fines de semana, casi como un acto social. El juego se ha vuelto brutal. Quienes juegan hoy son enormes, muy fuertes y atléticos… Y creo que es algo malo para sus cuerpos. Los jugadores que ahora tienen 30, 35 años son los primeros que han jugado toda su carrera como profesionales y temo por su salud cuando lleguen a mi edad, 60, 65 años”.

Edimburgo. El autobús promovía el rugby de clubes en las ligas escocesas, con
viajes entre Kilmarnock y GlasgowDavid Cheskin – PA Images – PA Images
Además, Hastings teme por el devenir del rugby escocés e incluso se arriesga a decir que el equipo nacional podría no clasificarse a una Copa del Mundo en el futuro. “Estamos al borde de un precipicio en lo que respecta a la trayectoria de Escocia. Otros países han progresado mucho, como Kenia, Portugal o España. Creo que el rugby nuestro puede seguir el mismo camino que el fútbol y que en el algunos años no nos clasifiquemos para los mundiales”. El ex fullback dijo no exagerar con su pesimista predicción. “En la era posterior a Kenny Dalglish (leyenda del futbol británico de los 70 y 80, emblema del Celtic y del Liverpool), habría parecido inverosímil que el seleccionado escocés no se clasificara para los mundiales. Sin embargo, sucedió (no participa de las rondas finales desde Francia 98, donde terminó último en su grupo). Y agregó: “No se trata de una crítica, es simplemente una constatación de los hechos y eso me preocupa”.
Glorias del deporte escocés, como los futbolistas Kenny Dalglish, Denis Law y Matt Busby; los golfistas James Braid y Colin Montgomery; y los corredores de Fórmula 1, Jim Clark y Jackie Stewart, comparten con Gavin un lugar de privilegio en el Salón de la Fama del Deporte Escocés.
Scott, otro guerrero
Scott, como su hermano, también pasó por Escocia B antes de estrenarse en el conjunto principal, con apenas 21, en 1986, frente a Francia y junto a Gavin. Scott también lo siguió a él en los British Lions, entre 1989 y 1993. Una vez lo consultaron acerca de cómo fue jugar al lado de su hermano. Y respondió: “Algo único”. En un principio compitieron por el mismo puesto, el de fullback, pero luego, Scott pasó a ocupar el lugar de inside y eso allanó el camino para que ambos pudieran integrar las formaciones titulares del seleccionado. A su carrera internacional, Scott debió compatibilizarla con su trabajo en una agencia de publicidad. Luego, con Gavin, y por muchos años, dirigió una empresa organizadora de eventos. Más adelante se dedicó al periodismo deportivo, como comentarista en la cobertura de distintos mundiales de rugby. Y en julio de 2014 participó por primera vez en el programa de debate político: “Question Time”, de la BBC. En ese entonces se debatía el referéndum por la independencia de Escocia y Scott apoyó la campaña “Better Together”, contra la separación. El fullback devenido en centro continúa involucrado en los medios de comunicación y ocasionalmente escribe una columna en un diario.

Su labor explicando el juego en las coberturas de los mundiales lo mantiene como una figura relevante en el mundo de la pelota ovalada, donde también ejerció la capitanía de los Barbarians y del equipo de seven de su país. Como comentarista (mundiales, Seis Naciones) brindó su enorme experiencia y un certero y claro análisis del juego.
La comparación permanente con Gavin no afectó a quien, al momento de retirarse, en 1997, ostentaba el récord de mayor cantidad de presencias usando la camiseta azul marino. Y más allá de que la opinión generalizada es que Gavin se lució más que Scott en las canchas, este último también dejó una huella y un importante legado. Los dos juntos son recordados como grandísimos jugadores, tanto en Edimburgo, como en el seleccionado o en los British Lions.

LionsGetty Images – Hulton Archive
“Haber sido seleccionado junto a mi hermano para jugar en los British & Irish Lions fue algo fantástico, también. Recuerdo muy bien aquella gira por Australia. Y tengo muy presente el momento en el que estaba con Gavin en el vestuario, rodeado de extraordinarios jugadores, mirando fijamente ese escudo de la camiseta colorada: iba a llevarlo sobre mi pecho”, rememoró. “Y como éramos amateurs, tuve que pedir permiso para ausentarme de mi trabajo por ocho semanas”, añadió. En la actualidad, Scott es consultor independiente de marketing y medios, y dicta numerosas conferencias y seminarios de motivación para empresas de primera línea.
Gavin y Scott son dos glorias del rugby escocés. Dos guerreros de corazones bravos.
Fuente: LA NACION – Fotos: Chris Bacon – PA Images – PA Images – Russell Cheyne – Getty Images Europe – Karwai Tang – WireImage – Getty Images – Hulton Archive – Ross Kinnaird – EMPICS – PA Images – David Cheskin – PA Images – PA Images – Tony Marshall – EMPICS – PA Images – LA NACION Deportes – JR / AD