El Covid-19 fue un acelerador de ciertas transformaciones digitales que a su vez representaron una reconfiguración de la búsqueda del bienestar.
n reporte global sobre inversiones de dinero en compañías tecnológicas vinculadas con el deporte permite sacar ciertas conclusiones sobre el impacto de la pandemia en dos tendencias marcadas: cómo se instaló el llamado modelo híbrido basado en dispositivos conectados para entrenamiento y la explosión de los tokens no fungibles, que se resumen en la sigla NFT, y que reinventaron el coleccionismo de los momentos memorables y las leyendas del deporte.
El informe anual de Sportstechx, una compañía que releva el flujo de inversiones de capitales de riesgo en tecnológicas relacionadas con el deporte, indica que para finales de septiembre, las inversiones alcanzaron los 8.300 millones de dólares y que para finales de 2021 la proyección llegaría a los 12.700 millones de dólares. Sobre estos montos, el financiamiento para el sector de compañías dedicadas al fitness fue de 3.400 millones de dólares, mientras que los fondos que buscaron a las empresas dedicadas a producir NFT sumaron 2.100 millones de dólares. Lo sorprendente de este último caso es que se trata de una tendencia que en 2020, en plena pandemia, no figuraba entre las más importantes.